Capitulo 9:

1.6K 192 58
                                    

—¿En qué estabas pensando?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¿En qué estabas pensando?

Me recorre un escalofrío por la espina dorsal. Su tono de voz es áspero y lleno de veneno. Sus ojos azules me atraviesan sin una pista de afecto. Y no es que alguna vez me atreviera a decir que me había visto con afecto, quizás lo imaginé en algún momento producto del nublado de deseo de tenerlo empujando entre mis piernas. Pero estoy segura, que por primera vez desde que ha pasado todo que realmente me aterroriza.

En todos mis años sirviendo al ejercito privado y todos esos años trabajando con Price, nunca nada me hizo sentir tan vulnerable como lo hace él ahora. Aplacando todos mis instintos salvajes, haciendo morir a mi altanería y rebeldía. Recordando las múltiples veces que Price me gritaba tan enojado por mi mal comportamiento y que ni siquiera tenía un atisbo de miedo.

No como ahora.
No con él.
Mirándome así.

Deseando ser insultada de todas las formas posibles y no me importaría. Lo dejaría, lo abrazaría. No me importaba ser patética y tonta. Yo quería en el fondo que él me domara. Necesitaba que él lo hiciera.

Da un paso a mi, con sus ojos brillantes mirando alrededor. Para luego detenerse en los míos.

Su gran figura se mueve cerca de mi, luciendo furioso de una manera muy controlada, de modo que cuándo hablaba solo se revelaba su furia a través de ella. De su voz.

Su espalda derecha, su postura firme frente a mi para hacerme sentir más pequeña.

—Me divertía, señor.

—Pero te dije específicamente que me siguieras y en cambio, te lanzaste al vacío como una loca ¿Por qué? — se detiene cerca de mi. Tan cerca que tengo que levantar la cabeza para poder mirarlo — ¿Perdiste la razón? ¿Buscas excusas para volver a Londres? ¿O simplemente quieres morir?

—Solo quería divertirme — vuelvo a decir — hago este tipo de cosas todo el tiempo, Coronel. No es la gran cosa. No es algo que le importe. De todos modos.

El fruncimiento de sus ojos me comprueba que he tocado un punto en él. Algo que lo ha hecho rayar su ego. Cada vez que lo desafío de alguna manera su comportamiento se vuelve más audaz.

—Cuida tu tono conmigo — levanta una mano dejándola sobre mi mentón y sus dedos aprietan mi hueso para hacerme mirarlo más fijamente — No me puedes hablar así, luces como una gata salvaje. Y me hace pensar que tengo que seguir domesticándote. Así que, compórtate.

—¿Y si no quiero, comportarme? — sus ojos se abren ligeros, su agarre en mi mentón se hace más intenso — Mis amigos me deben estar buscando, me tengo que ir.

Pero una vez que intento escapar, su agarre en mi mandibul se hace más fuerte. König dirige su otra mano a su cinturón y lo deshace de un tirón.

𝑩𝑨𝑫 𝑹𝑶𝑴𝑨𝑵𝑪𝑬 ➝ 𝑲𝑶̈𝑵𝑰𝑮Where stories live. Discover now