Capítulo 2

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Henry tocaba el piano. Llevaba como 4 horas seguidas tocando el piano, ya se le había olvidado cómo se pasaba de una escala a otra conscientemente, su memoria muscular le servía de maravilla. Este día había comenzado especialmente estresante. Phillip estuvo haciendo botar una pelota toda la noche, incluso en el complejo de habitaciones del palacio se alcanzaba a oír "pum...pum...pum" esto, sumado a la tensión general lo tuvo toda la noche en vela. Si no fuera porque Henry estaba totalmente convencido de que ni su hermano ni su futura cuñada tienen sentimientos habría sentido un poco de pena por ellos. 

David podía oler su tensión y estuvo toda la noche haciéndole compañía y lamiéndole los brazos, cosa que no ayudó en el panorama general.

Luego de tocar a Bach por centésima vez se dijo que ya estaba bien, se levantó se puso su traje hecho a medida con la corbata más gris que Bea no le había ayudado a escoger. Cuando llegaron los estilistas, ya todo estaba perfecto para que empezara la función.

- Good morning sunshine  - Saludó Anastasio, Henry no sabía si ese era su verdadero nombre pero le iba con su personalidad extrovertida, era el mejor estilista del palacio, al parecer había aprendido por su cuenta maquillando a sus amigas de secundaria hasta que atendió a un famoso que lo llevó a otro famoso y terminó siendo de los favoritos de la realeza por su maquillaje natural.

- Bueeenos días alegría, así decimos en este lado del mundo, ¿cómo estás?

- Bien, bien, listo para hacer de su alteza el soltero más cotizado del país por...¿cuántos años tiene?

Henry rió - Veintidós 

- Exactamente, dese la vuelta vamos a empezar, me encanta ver que se ha estado poniendo las mascarillas que le recomendé. Tiene un cutis per-fec-to - Dijo enfatizando cada sílaba.

A Henry le caía bien Anastasio, la verdad es que era incluso más extrovertido que Bea, aunque no tanto como Percy, le parecía un soplo de aire fresco con tanta formalidad, precisamente hoy. 

El maquillaje terminó con un poco de corrector e iluminador, para mejorar su lado bueno en público, cosa que Henry sabía que era una estupidez, no es como que con corrector le fueran a tapar sus vacíos existenciales y convertirlo en lo que iba a mostrar en cámara.

 Touché Shakira

Para las 11:00 de la mañana ya el gran salón estaba abierto, a las 2:00 comenzaría la ceremonia y todo debía salir perfecto si él no quería terminar encerrado de por vida o metido en el servicio militar. Probablemente les fuera bien o mal el resultado sería el mismo. 

La ceremonia fue bonita, elegante, sútil, tuvo todos los matices de "somos perfectos pero tan aburridos que no indagues mucho" la prensa estaba encantada con todo y los invitados estaban bien. Menos una cabeza de pelo negro con unas pestañas. ¿Era su impresión o Alex, el hijo de la presidenta de USA lo buscaba con la mirada? Ahí decide ayudar un poco a las relaciones internacionales, tal vez incluso irritando un poco al americano.

- Pss, disculpa - le dijo a un mesero - ¿podrías decirle a la señorita June Claremont que si me concede el honor de bailar?

El hombre se fue con un asentimiento, hasta una de las mesas donde estaban y regresó con ella, tal vez un poco sonrojada. Por lo que había escuchado ella era un vendaval, mitad periodista mitad primera hija, tal vez todos en esa familia estuvieran locos. Al menos se veían menos rígidos que la monarquía inglesa. 

- ¿Hola June, sabes bailar el vals? - Preguntó Henry una vez que sus manos estuvieron encajadas en su cintura y las de ella en su cuello, estaba claro que si iban a montar un espectáculo había que hacerlo bien. 

- Este...estoy segura que podré seguirlo.

Dicho esto comienzan a bailar ambos con una sonrisa neutra y cortés. Para el final de la fiesta se retirar al podio donde está el pastel, observa a todos y le parece gracioso la cantidad de personas que están aquí, fingiendo interesarse por ellos. Que desperdicio, ¿es que no leyeron cuánto costó el pastel? En una esquina está su abuela charlando con el primer ministro de Australia, sabe que pronto serán las negociaciones, por no hablar del proyecto de Percy, mañana ya deberían comenzar a conseguir los maestros. 

- Cuando se tiene una de esta fuentes de champán- dice Alex, rápidamente a su lado, sorprendiéndolo -  hay que poner dos en vez de una, resulta muy violento estar en una boda donde solo se tiene una fuente de champán.

- Alex, me preguntaba si tendría el placer. - Se obliga a decirlo con un tono casi de aburrimiento, indiferencia pura. Algo que definitivamente no soportan los americanos

Viéndolo así se pregunta porqué será su gusto culposo, un americano alborotado que actúa como si estuviera ebrio por naturaleza. 

- Por lo que parece, hoy es tu día de suerte - Usa una de esas sonrisas ensayadas que para el exaspero de Henry sí es atractiva, pero con él no le funcionará. 

- Una ocasión trascendental, ciertamente. 

- ¿Nunca te cansas —le pregunta— de fingir estar por encima de todo esto? —Me refiero —replica Alex— a que estás aquí, haciendo que losfotógrafos tengan que perseguirte, apartándote como si odiaras ser el centrode atención, cosa que evidentemente no es cierta ya que has estado bailandocon mi hermana, nada menos. Actúas como si fueras una personademasiado importante para estar en cualquier parte. ¿No resulta agotador? 

—Soy... un poco más complicado que eso —explica Henry 

—Ja.

 —Oh —dice Henry entornando los ojos—, estás bebido.

—Opino que deberías contemplar la posibilidad de empezar a beber agua, Alex.

—. ¿Te estoy ofendiendo? Perdona que no esté tan obsesionado contigo como todo el mundo. Sé que debe de resultarte desconcertante.

—¿Sabes una cosa? —Dice Henry—. Creo que sí estás obsesionado conmigo. -  Timidamente como si no hubiera estado esperando este momento para irritarlo. 

Al parecer dio en el blanco porque a Alex se le descuelga la mandíbula. 

—Era solo una idea —dice  en tono cortés—. ¿Alguna vez te has dado cuenta de que yo nunca te he abordado a ti, y de que he sido profundamente educado todas las veces que nos hemos visto? Y en cambio aquí estás tú ahora, buscándome de nuevo. —Bebe un sorbo de su champán—. Es simplemente una observación.

- ¿Qué? Yo no estoy... —balbucea Alex—. Eres tú el que...

—Que tengas una velada encantadora, Alex —dice Henry dando por terminada la conversación.

Lo que sucede a continuación Henry está seguro de no haberlo visto venir jamás. 

Alex lo toma del hombro, su mano está lleno de merengue de pastel, ahora su traje hecho a medida también lo está, maldice lo que tiene que soportar de los borrachos solo por pertenecer a la realeza. En ese momento empuja a Alex y este se tropieza con la mesa más cercana, que no tenía que ser otra sino la del pastel. Pierden el equilibrio y ambos caen.

El silencio que se produjo en la sala costó 75.000 Libras en dinero y quien sabe cuánto para la prensa, empiezan a sonar los flashes. 

- Me cago en la puta - Consigue decir antes de que todo se vaya a la mierda. 

Así que la historia, eh? - Rojo blanco y sangre AzulOnde histórias criam vida. Descubra agora