Taller Literario

Carta de amor que no será enviada

Carlitos, querido,

¿En qué mierda estabas pensando? ¡¿A quién se le ocurre confesar una cosa así por carta?! ¡Cuarenta años hace que nos conocemos!

Estuviste en mi boda, y me acompañaste cuando me divorcié. Somos amigos desde... siempre. Vos sabes que me podes decir cualquier cosa, ¿o no? Pero así no, viejo. ¡Así no!

Para colmo te llamo y tenés el teléfono desconectado. Fui a tu casa y el portero dijo que te fuiste de viaje. ¿Cómo se te ocurre tirar una bomba como esta y desaparecer? Nunca pensé que fueras tan cobarde. Si serás cagón...

Me lo tendrías que haber dicho en persona, mirándome a los ojos. Mínimo invitarme a comer un asado antes, o tomar un vino, o unas cervezas...

¡¿En qué cabeza cabe?! Si me querés tanto como decís no me lo dirías por cartita, ¿cuántos años tenemos? ¿Trece? Ya estamos grandes para estas boludeces, Carlitos.

Mirá que tuviste oportunidades para decirlo. ¿De eso querías hablar la otra vez? ¿Cuando fuimos a pescar hace unos meses? Estabas más raro... Seguro era eso, y yo te interrumpí porque estabas haciendo un desastre con la carnada. Te temblaban las manos, pensé que era por el frío.

Hay que ser... "desde hace mucho tiempo" ponías en la carta, yo me pregunto: ¿Cuánto tiempo es mucho tiempo? ¿Años? ¿Décadas?

¿Vos te das cuenta del tiempo que desperdiciamos?

Bueno... no diría desperdiciar, después de todo, de una forma u otra estábamos juntos. Pero vos me entendés...

El portero dijo que volvías en un mes; supongo que es el tiempo que me diste para que procese la información. Lo suficiente para que no hable del tema cuando vuelvas.

Pero de esta no te escapás. Le dejé dicho que me avise en cuanto llegues.

No sé ni para qué escribo esto si de todos modos no lo vas a leer; yo no voy a hacer la misma boludez de andarte con cartitas. Podría haberla deslizado por debajo de tu puerta, pero no.

Puedo esperar un mes. Después de cuarenta años, un mes no es nada.

Tuyo,

Alberto.