Como coser y gritar

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*Cuento de terror para niños

Como coser y gritar

Verónica era de esos adultos que siempre son un poco chicos.

Le gustaban las películas de miedo, aunque ya casi no le asustaban, casi.

Le gustaba quedarse despierta hasta tarde, aunque tuviera que despertarse temprano al otro día.

Y le gustaban las muñecas, con las que seguía jugando, aunque no tuviera con quién jugar.

Es por eso que todas las noches, cuando llegaba la hora de dormir, y la casa estaba muy silenciosa, Verónica ponía una película de miedo, sentaba a su lado a una de sus muñecas y se ponía a coser ropita para ella.

Y las noches se llenaban de triquitracs de la máquina de coser, y de bum bum bum bum de la música de miedo de las películas. Y de las muñecas nada, porque ellas no hablan ni hacen ruido. O al menos no solían hacerlo.

Una noche como cualquier otra noche, Verónica cosía ropita para su muñeca Luna. La había sentado a su lado, cerca de la ventana, y la luz que entraba se reflejaba en sus ojitos de vidrio.

—Luz de la luna llena sobre Luna —dijo Verónica divertida—. Hoy una de hombres lobo, no puede ser otra cosa —aseguró

mirando el cielo nocturno.

Puso la película y enseguida se puso a trabajar.

Y pronto el aire se llenó de triquitracs, bum bum bum, aauuuuuuu (de los hombres lobo) y más triquitracs, bum bum bum, aaauuuu, triquiti triquiti tracs, bum bum bum y ¡¡¡AAAAaayyy!!!

Verónica paró de golpe de coser.

Ese grito no venía de la tele. Y estaba segura de no haber gritado.

—¿Vos gritaste? —Le preguntó jugando a la muñeca.

—Es que me dan miedo los lobos —respondió Luna—. Parecen perros, y esos comen muñecas.

Verónica se la quedó mirando por un rato largo, sacó la película y dijo:

—¿Qué te parece si por hoy miramos dibujitos?

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⏰ Last updated: Mar 18 ⏰

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