Omegaverse - [Inosuke x Tengen] - Kimetsu No Yaiba 🔥❤️💦

💔 ~ Temor ~ 💔

⚠️ ¡ATENCIÓN! ⚠️

➡️ Los escenarios, personajes y acciones realizadas por los mismos son totalmente ficticias y no representan a nadie en particular.

➡️ Las relaciones narradas son consensuales.

⚠️ Los próximos capítulos podrían contener escenas 🔞, intentos de abuso, agresiones físicas o verbales y actos sexuales, por lo que se recomienda discreción.

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Dicho todo esto...

¡COMENCEMOS!

Uzui finalmente se detuvo, dejándose caer sobre la cama, totalmente rendido. Le llevó un par de minutos recobrar el aliento y una vez su cuerpo se relajo, se quedó profundamente dormido. Inosuke no estaba seguro de cuánto tiempo había pasado, pero sabía que había amanecido, ya que notó, como la luz del exterior había comenzado a colarse por las rendijas de las ventanas tiempo atrás.

Estaba tan cansado y adolorido, que ni siquiera tenía fuerzas para moverse, pero no podía quedarse allí por más tiempo. Se levantó con cuidado, sentándose sobre el colchón e inclinándose para tomar sus pantalones, los cuales se encontraban en el suelo y al intentar ponerse de pie, pudo sentir una gran punzada recorrer su espalda.

El dolor se extendió por todo su cuerpo, haciéndolo soltar un quejido ahogado, teniendo que contener su voz para no despertar al Alfa, ya que si lo hacía, este podría volver a atacarlo. Sus piernas temblaban y le era difícil moverse con normalidad, por lo que tuvo que sostenerse de algunos muebles para poder llegar a la puerta sin caer.

Mientras bajabas las escaleras pudo sentir como aquel fluido espeso, comenzaba a deslizarse entre sus muslos, lo cual lo puso extremadamente nervioso, apresurando el paso, para así poder llegar al cuarto de baño lo antes posible.

Una vez allí, trabó la puerta desde dentro, quitándose la camiseta manchada y abriendo la ducha. Comenzó a lavarse, metiendo sus dedos para así poder sacar el semen del interior de su cuerpo. Su entrada dolía demasiado a causa de las constantes embestidas. Lo habían estado haciendo durante horas y el muchacho había perdido la cuenta de cuantas veces Uzui, había terminado corriéndose.