♤77♤ FANTASMAS DEL PASADO

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Año 13
10Ka, 50Ma.
Jadre.

Khristen no dedicó mucho tiempo a interactuar con la inglesa, porque esta dijo que necesitaba hablar desesperadamente con su «prometido».

Prometido... Hacía tiempo que esa palabra en particular le era bastante pesada a Khristenyara. Durante todos esos años había adquirido diferentes significados, pero ninguno la atribuló de la forma en que el último lo hizo. El prometido de la descendiente de idryos  no era otro que Arthur. Eso significaba que mientras la emperatriz se estaba preparando en el universo paralelo, ellos habían reanudado una relación en la Tierra, ellos realmente habían...

Khristenyara sintió cómo el suelo se abría bajo sus pies y un hueco profundo se la tragaba. Contuvo el estallido de su pecho, hizo uso de su autodominio. Qué tontería sentir pesar por lo que ya no era, ¿cierto? Porque Arthur llevaba años en Irlendia, y se casaría con ella, la amaba, y le había entregado un anillo costosísimo.

Sin embargo ante la mirada suplicante de Jessica, no pudo lanzar ningún comentario hiriente.

Es más, parecía que la lengua de Khristenyara había sido cortada igual que hacían con los pecadores irreverentes. La situación en sí era irreal... Esa mañana había planificado orquestar los preparativos para la ceremonia de ascensión del nuevo general, disfrutaba de felicidad a pesar de estar en tiempos de guerra. Y entonces todo se había arruinado instantáneamente con el descubrimiento que su hermano escondía una fugitiva que había llegado por las montañas del norte, desde Balgüim, y que dicha fugitiva no era otra que la Barbie rubia, esa aferrada al hombre que ambas amaban, la incordia inglesa personificada con alegaciones de ser la prometida de Arthur Kane.

Y lo más desgarrador llegó cuando Kilian apareció con Arthur. Este último parpadeó incrédulo y a Jessica se le desbordaron las lágrimas; se abalanzó hacia él y le propinó una bofetada. Luego alzó un puño para golpearle el pecho, puño que Arthur agarró antes de que cumpliera su cometido. Ella alzó el otro, que también fue intercedido. Jessica forcejeó con rabia y dolor mientras Arthur la aguantaba, pero a la vez se percibía alivio en su desmejorada persona. Era tan desconcertante, sentimental e intenso, que Kilian y Khristen sintieron como si estuvieran frente a una escena privada y demasiado íntima para ser contemplada por terceros.

Cuando Jessica se cansó, rompió a llorar en el lugar y Arthur le bajó las manos, recibiéndola cuando ella se inclinó hacia su pecho para esconder la cara y tratar de ahogar los sollozos. El hombre la abrazó, y Khristen recordó que antes de entrar en la vida de ese Kane, él y la inglesa tenían un pasado que los había unido como amigos más que amantes.

Fue cuando decidió marcharse. No podía ver aquello. No es que le disgustara el proceder de Arthur, porque entendía con total plenitud que era lo menos que podía hacer después de haber compartido tanto con Jessica y dejarla tirada en la Tierra, muy parecido a lo que Khristen misma había hecho con Arthur. Así que él mejor que todos los presentes podía comprender la frustración y la ira, el sufrimiento y la impotencia de Jessica. Le tocaba absorberlo y aplacar las emociones huracanadas. Y Khris razonaba esto, y lo aceptaba.

Ah, pero verlo..., verlo ya era otra cosa.

Podía entender y aceptar, pero no se quedaría durante el proceso. Partió de allí dejándolos solos, puesto que Kilian se había marchado en cuanto vio a Arthur a merced de la «loca», como la nombró. Khristen caminó en dirección al salón donde se reunía el Consejo, porque faltaba poco para que la reunión matutina convocada tuviese lugar. En su trayecto, intentó odiar a Jessica como cualquier participante de un triángulo amoroso debería odiar.

Mas no podía. No podía...

Ya fuera por su largo entrenamiento, porque había madurado con los años, o porque ser emperatriz le había enseñado que existían asuntos más importantes que tener celos de una mujer perdidamente enamorada de su novio, Khristenyara Daynon no sintió más que una inmensa lástima por Jessica O'Brien. Había notado las cicatrices de ella, y las vendas sobre las heridas. También había percibido lo demacrado de su rostro y su palidez, lo que hacía un contraste extraño en la inglesa que en tiempos pasados se esmeraba en lucir bronceada y radiante. Kilian le había mencionado we Jessica había atravesado vivencias aterradoras en Balgüim, y Khris conocía en carne propia lo traumático que podía ser estar confinada en el mundo de la oscuridad y nieve eternas. Incluso, aceptó que para Jessica debió ser peor, pues estuvo vagando sola. A diferencia de su propia experiencia que contó con un guardián destroyador dispuesto a protegerla y matar por ella.

LEGENDARIOS2️⃣MIENTRAS TE LLEVO CONMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora