Deseo (1) ✔️

69| Navidad

69| Navidad

|Alexa

Caminé por las resbaladizas calles buscando alguna cafetería donde pudiera tomarme un café y quitar de mi cuerpo el frío que estaba congelando mis huesos.

Me encantaba diciembre, desde muy pequeños mi hermano y yo disfrutamos de las festividades que hacía en la ciudad, las calles decoradas, los conciertos que hacían para celebrar la navidad y el año nuevo. Pero, odio la nieve.

Pero no porque odie el frío, me encanta. Pero caminar por las calles era demasiado horrible, siempre me iba resbalando, los taxis no paraban, el tren iba a reventar y en las cafeterías no cabía un alma.

Mis ojos vieron el letrero con un dibujo de un humeante café y suspiré de alivio, entré haciendo sonar la campanilla y el calor con el olor a café recién hecho inundó mi cuerpo.

Que delicia.

Me acerqué hasta el mostrador donde unos deliciosos postres y panes hacían presencia, estaban calientes y esponjosos. Pedí tres pedazos de pastel, uno para mí y dos para mi hermano. Caminé con mi pedido hasta la única mesa disponible, me senté a disfrutar del postre y del café.

Miré la lista que tenía en el celular de los regalos que debía comprar, suspiré pensando del porqué siempre dejo las cosas para hacerlas a último momento. Todavía no he encontrado un lugar donde pueda encontrar regalos para mi hermano, Scarlett, María, Meredith, Harper, Christopher, Annika, Andréi y éste año se suma Maximilian.

Tengo que darle buena impresión a mi cuñado.

Sonreí pensando eso. Han pasado ya varios meses desde que Christopher y yo nos hicimos novios, aun seguía sin creerlo, es que como es posible que yo, una persona tan normal sea novia de un chico como él. Y no es que Christopher sea un super humano, pero es millonario, buen amante, sexy, el cual podría tener a una supermodelo de novia, pero está conmigo. No es por tirarme tierra pero soy normalita, me gusta mi cuerpo y mi rostro, también mis extraños ojos, pero aun así me preguntaba ¿qué vió él en mí?

Soy una chica demasiado afortunada.

—El que solo se ríe de sus pecados se acuerda.

Ashton estaba frente a mí con un vaso de café y dos muffins en la mano.

—Hola, lo siento no te había visto.

—Así que ¿haciendo compras de última hora?—Él se sentó en una de las sillas vacías frente a mí.

—Si, algo así—tomé un poco del café y lo miré—¿y tú?

—Bueno estaba comprando el regalo de mi madre, pero me dió un poco de hambre y vine a comer algo—él sonrió—jamás pensé encontrarme esos perfectos ojos de dos colores.

Le sonreí algo incómoda.

—Sí, sobre eso... creo que deberías dejar de hacerlo, Ashton.

Él parpadeó varias veces.

—¿Hacer qué?

—Eso, halagarme, decirme cosas muy sugerentes—miré mi postre y lo partí en varios pedazos.

—¿Christopher te obligo a decirme eso?

—No, pero yo soy su novia. No es correcto que éste recibiendo halagos o coqueteos de hombres, así como a mí no me gustaría que él recibiera halagos de otras chicas—murmuré con algo de vergüenza. A veces me molestaba ir caminando con él y tener que escuchar a las mujeres hablar sobre lo mucho que les gustaría lamerlo o tenerlo entre sus piernas.