21

1.8K 191 18
                                    

-Mamá! Quiero este vestido!

-Es muy caro mi amor...

-Porfavor.

-Haremos algo, le escribiré una carta a papá Noel para que cuando sea navidad, te regalé esto, vale?

-Vale mamá.

-Bien, vamos a casa que van a venir tus amigos.

~~~

-Ya voy!

Dijo saliendo de la cocina con el delantal puesto, para ir a abrir la puerta principal que había sonado.

-Ho-.

No podía creer esto...no.

-Hola Beck.

La mayor estaba impresionada con lo mayor y guapa que se veía Freen.

-Q-que haces aquí?

-He venido a ver a mi hija.

-Pues no la verás.

-Beck, porfavor.

-Beck porfavor? Crees que viniendo aquí después de años pidiendo porfavor voy a dejarte ver a la niña preciosa, amable y con un corazón increíble, que tú abandonaste!? Vete de aquí! No quiero verte entiendes!

-Beck...

-No! No más Beck. Soy Rebecca para ti!

-Mamá que ocurre..?

Freen no podia creerlo, era ella, Malee, su hija.

-Quien es ella mamá?

Dijo mirando a Rebecca escondida detrás de ella.

A Rebecca no le quedaba otra opción que decírselo.

-Es tu otra madre princesa.-Dijo acariciándole la cabeza.

-Ella es mami?

-Si cariño.

-Mami!

La pequeña castaña saltó encima de Freen para abrazarla.

-Te quedarás con nosotras para siempre mami?

-N-no lo sé, pero estaré aquí el tiempo que haga falta para recompensar estos años que no he estado contigo.

-Malee, porque no sigues jugando arriba con tus amiguitos? Yo iré enseguida a serviros la cena.

-Vale mamá.

La pequeña fue corriendo escaleras arriba para seguir jugando en su habitación.

-Rebecca yo...

-Rebecca nada! Me debes una explicación!

-Podemos sentarnos y hablar con calma..?

Miró a Freen de arriba a abajo y asintió dándole paso para que entrara.

~~~

-Primero de todo, quiero que sepas que no la abandoné porque no la quisiera, la abandoné porque el miedo me ganó Rebecca, tenía muchísimo miedo de lo que podía pasar y de que pasaría si no fuera capaz de cuidar bien de ella. Entonces cuando te vi con ella en brazos el primer día, supe que tú serías la madre perfecta que ella necesitaría, y no a una madre como yo que no sabía ni lo que haría en ese entonces. Por eso me fui, y me arrepiento tanto, pero tanto de aquella decisión.

-Has terminado?

-S-si...

-Bien, despídete y vuelve por donde has venido.

-Pero...

-Pero nada! Que te crees? Que por venir aquí a decir cuatro palabras, vas a arreglar todo el daño que me has hecho, y sobretodo a tu hija!

-No...

-Bien, ella y yo no tenemos la culpa de haber sido demasiado para alguien como tú! No te lo volveré a repetir, despídete y márchate.

No tenemos la culpa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora