Cap 28: La únicas en el instituto

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/Al día siguiente/

Ya era hora de salir del instituto, como era viernes, los alumnos no esperaron ni 1 segundo y se fueron todos, al igual que la mayoría de profesores. Había sido una mañana tranquila, Cleer había llegado al instituto relajada, había pasado una noche calmada gracias a sus amigos, los cuales se fueron en taxi cuando ella se fue a dormir. Estaba tan metida en su libro, que ni siquiera escuchó el sonido de la sirena del instituto dando a entender que las clases habían acabado. Se encontraba en la biblioteca, llevaba media hora allí, hasta que alguien la interrumpió.

- ¿Piensas quedarte aquí la tarde entera o qué? - levantó la vista para encontrarse con Alejandra, la directora y también profesora de filosofía.

- Oh ¿ya sonó la sirena? Ni me enteré - sonrió tímida y recogió sus cosas.

- Cleer, ¿en quién piensas? Claro que ya sonó hace media hora, sabes, mejor cierra tú, yo me tengo que ir, y así te quedas cuanto quieras, pero antes de cerrar busca al dueño del coche que está fuera, porque no quiero a ningún profesor encerrado aquí jaja - dijo y salió con Cleer de la biblioteca.

- ¿Coche? ¿Queda alguien más aquí? - preguntó cleer mientras caminaban hacia el aparcamiento del interior del instituto.

- Si, aquel, no recuerdo de quien es - Cleer tembló al reconocer el coche, el mismo Sea Ibiza gris plata de Helen - pero yo me tengo que ir ya, ¿me haces el favor? - le sonrió.

- C-claro, sin problema, no tengo nada que hacer por ahora, así que, yo lo buscaré - respondió amablemente a la señora de 50 años.

- Pues bien, me voy, ya el lunes me devuelves las llaves, antes de irte a la excursión intertrimestral ¿ok? - le dijo mientras subía a su coche.

- Si si, buena tarde directora - le dijo amablemente.

- Igualmente Cleer, adiós, confío en ti - dijo y se fue.

Cleer entró en el instituto, tenía que buscar a Helen, no pensaba en dejarla allí encerrada. Solo podía estar en dos sitios, la conocía demasiado bien. Fue a la sala de profesores y al no verla allí, ya supo donde estaría, así que subió a la segunda planta.

~Helen~

No se había enterado de la sirena porque estaba demasiado concentrada en su experimento. Se encontraba en el laboratorio de biología, vestía su bata blanca, llevaba una coleta y unos guantes, a parte de unas gafas de protección. Estaba mezclando una disolución en un matraz aforado cuando empezó a burbujear. Sonrió felizmente y lo observó con detalle la lluvia de oro que se había formado en el matraz. Agarró unas pequeñas pinzas y metió un pedazo de cobre dentro. Se quedó mirándolo a contra luz a ver si reaccionaba, pero entonces sintió que alguien la miraba.

- Así te ves preciosa - dijo una voz que claramente conocía, dio un giro sobresaltada, mirando de donde venía la voz y entonces la vio, apoyada en la puerta, de brazos cruzados.

~Cleer~

No pudo evitar decirlo cuando la vió, se veía preciosa así vestida y así de concentrada.
Helen se llevó una mano al pecho dando a entender que casi le da un ataque por el susto.

- Perdona si te asusté - dijo tocándose el cuello de forma nerviosa.

- No pasa nada, ¿qué haces aquí? - preguntó desconcertada.

- Bueno, a no ser que quieras quedarte hasta la noche aquí, vengo a buscarte - dijo entrando al laboratorio.

- Oh dios, dime porfavor que tocó hace tan solo 5 minutos - dijo sonriéndole.

- Si hace 5 minutos - dijo y Helen respiró aliviada - más media hora de regalo - dijo sonriendo y Helen se golpeó la frente.

- Oh, no, que vergüenza, lo siento, dile a la directora que lo siento, no era mi intención, solo no lo escuché y... - Cleer la interrumpió.

- Tranquila, ella se fue ya, solo quedamos tu y yo, me dio las llaves para cerrar y me dijo que viniese a buscar a quién faltaba por irse aparte de mí, además, más vergüenza pasé yo, porque me encontró en la biblioteca leyendo después de media hora - dijo un poco sonrojada.

- Jajaja vale, estamos las dos iguales - dijo riendo y Cleer se acercó.

- Si... la verdad - sonrió y ayudó a Helen a recoger el laboratorio.

Al terminar de recoger, Cleer se acercó por detrás y la abrazó, haciendo que el corazón de ambas se acelerara.

- Te ves más bonita en bata de lo que yo me imaginé - le susurró.

Helen se dio la vuelta, deshaciéndose del abrazo y la miró a los ojos.

- Cleer yo... lo de ayer... - Cleer la interrumpió.

- No porfavor, escúchame, sé que sabes que fue Leticia la que se me abalanzó encima, sé que eso no excusa nada y que tienes todo el derecho del mundo de estar enfadada, pero es que, necesito que sepas que no quería besarla, ni siquiera abrí la boca, me dio hasta asco, incluso después de que te fueras casi la mato, la tiré contra una mesa y cayó al suelo, tuvieron que sacarme de allí los chicos - Helen se rió - Oye, no te rías idiota, es que de verdad no quería ni que se me acercase y me sentí tan celosa cuando te estaba coqueteando y mirando de esa manera, que quería decirle un par de cosas, pero se me tiró encima y... - Helen la interrumpió.

~Helen~

- Cleer, vale, ya está, no fuiste tú, no pasa nada, no tienes que darme explicaciones, no somos nada además de amigas, no tenía por qué irme y fui yo la que hizo cosas sin sentido - dijo y Cleer agachó la cabeza.

- Ese es el problema, que no somos nada y... - la miró a los ojos.

- ¿Y? - preguntó Helen mirándola.

- Y yo quiero que lo seamos todo... - dijo y al mismo tiempo en que se acercó, la tomó por la cintura y unieron sus labios.

Aún no se lo creía, estaba besando a Cleer, era un beso dulce, lento, se estaban conociendo, pero no podía evitar querer más. Se estaba derritiendo entre los brazos de Cleer. Ella pareció notar la falta de atención de Helen y la apoyó en una de las mesas del laboratorio y profundizó los besos. Después de unos minutos besándose de forma inocente, ambas empezaron a sentir el calor. Se separaron y se miraron con deseo.

- ¿Estás segura de que quieres todo con este cubito de hielo? - dijo Helen sonriendo con ternura ante los besos de Cleer.

- Si, porque yo me encargaré personalmente de derretirte - dijo con la voz grave y eso excitó aún más a Helen.

Sería una tarde entretenida en el instituto.

Amor MelifluoWhere stories live. Discover now