Capítulo 23 🕉

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23. El hombre perfecto:



Entre los tenues rayos Queen observaba a Roberto cocinar en su cocina después de no haber dormido durante toda la noche.

—¿Cómo es que sabes cocinar? —Roberto le acerca el plato y luego ella lo prueba.

—He tenido varios trabajos y he vivido mucho tiempo solo… así que me vi obligado a aprender.  Además te confieso que ¡me encanta hacerlo! —Queen volvía a tomar más de la comida frente a ella y Roberto la observaba sonriendo.

—Debes enseñarme a preparar esto, ¡es delicioso!.

Con suavidad, él retira un poco de salsa de alrededor de la boca de ella y luego saborea su dedo antes de besarla.

—Tú me enseñaste muchas cosas anoche y te prometo que te enseñaré lo que desees.

Un largo y segundo beso es interrumpido por una llamada de Dyland. Queen toma el teléfono y luego le pide a Roberto que guarde silencio al observar el nombre en su teléfono.

—¿Buenos días mi demonio?, me pregunto: si dejaste dormir a mi amigo anoche, ¡dale el teléfono!... ¡Ahora!.

Roberto escucha lo que Dyland ordenó y le hace señas para que cuelgue la llamada.

—¿Disculpa?, yo… ¿No sé dé que me hablas?, estoy sola en mi departamento ahora.

Roberto abraza a Queen por la espalda mientras la hace reír para que cuelgue el teléfono.

—Sofía me envió la ruta de Roberto anoche y adivina qué… ¡Jamás salió de tu departamento!.

Roberto cuelga el teléfono y comienza a besarla de nuevo, pero son interrumpidos por el timbre de la entrada.

—¡Por favor abre tú!, déjame terminar de desayunar.

Queen le ruega volviendo a comer del plato que sostiene ahora en sus manos.  Roberto sale de la cocina y luego se dirige a la entrada, con el torso al descubierto y descalzo, abre la puerta con una enorme y agradable sonrisa.

—¡Mira nada más!... supongo que merezco una explicación… ¿Amigo?.

Dyland se encontraba afuera del apartamento con el teléfono aún en su oreja y Max detrás de él saludando a Roberto y luego a Queen.

—¿Por qué me colgaste? —Dyland guarda su teléfono y luego entran al departamento. 

—Lo que ocurre es… —Queen intenta explicarlo y él levanta la mano para que guarde silencio sin quitarle la vista a Roberto.

—¿Amigo, ella te trato bien? —Roberto se queda en silencio sin saber qué decir.

—Te estoy hablando… dije que: ¿si ella te trato bien? —Roberto asiente con la cabeza y luego mira a Queen.

Dyland se acerca a Roberto y luego lo abraza inesperadamente frente a ambas mujeres. Él, impresionado corresponde al abrazo, pero su amigo lo da por terminado después de unos segundos.

—¡Entonces está bien! —él toma la mano de Max y se marcha con ella del lugar.

—¿Qué paso adentro? —pregunta Max sin entender.

—¡Algo importante!, un hombre acaba de perder su virginidad y una mujer acaba de encontrar a su otra mitad que juro en su niñez jamás encontrar —se dirigen al ascensor.

—No estoy “disfrazado” así que verás a varias personas tomarnos fotografías tanto a ti como a mí.  Mientras nos den privacidad a ambos permaneceré tranquilo.

Dyland lleva a Max a un centro comercial local, algunas personas le toman fotografía, pero no se acercan lo suficiente a ellos… Hasta que una pequeña niña jala del abrigo de Dyland mientras le habla en Coreano, él observa a Max y ella le sonríe al escucharlo hablándole a la pequeña.

—Ella dice: ¿Qué si puede sacarte una fotografía? —Max sonríe.

—¿A mí?, desde luego… ¡Claro que sí!.

Él toma la cámara y le toma una foto a Max.  La niña vuelve a jalar de su abrigo y le susurra al oído, luego le hace señas a la pequeña para que espere.

—Ella dice: que tú luces extrañas, pero eres muy bonita y que ahora quiere una foto junto a ti.

Max se arrodilla y la niña corre hacia ella colocándose a su lado, luego ambas sonríen.  En seguida saca la foto y la pequeña corre hacia él volviendo a hablarle, luego se despide y se marcha con su madre que observaba todo desde una esquina.

—¿Qué te dijo al final cuando se fue? —él sonríe y luego la abraza.

—Ella dijo: «Señor, su novia es muy bonita y cuando sea grande tendré un novio igual de guapo como usted» —le imita la voz.

Max ríe y él la lleva hacia una heladería cercana:

—¿Cómo fue tu adolescencia aquí? —pregunta al ver a unos chicos pasar mientras juegan entre ellos.

—Dame un momento.

Dyland toma su teléfono y se lo muestra a Max con varias fotografías de él en la escuela. Max lo toma y ve cada una de ellas.

—Era popular, pero no dejaba que cualquier persona se acercará, sabía que muchos de ellos solo querían estar conmigo por “quién era” y no por “lo que yo era”.

Max observa una a una cada fotografía hasta que una en particular llama su atención, luego se lo muestra:

—Este chico de aquí es Draco… ¿No es así? —Max señala al chico de la fotografía. 

—Era mi compañero inseparable, hacíamos todo juntos, esa era del equipo de baloncesto de mi escuela. Ambos fuimos capitanes del equipo en ese entonces.

—¿Utilizabas aretes?, ¿dónde están ahora porque no los traes?, ¡se te ven bastante bien! —Max saca su teléfono y envía algunas fotos a él.

—¿Qué estás haciendo? —rueda de la silla para sentarse junto a ella.

—Estoy robando fotografías de mi esposo cuando era un adolescente problemático.

—Yo no era problemático… ¡Bueno solo un poco!, era la única forma de mantener a los matones de la escuela a distancia —confiesa.

Al terminar, Max coloca una en su fondo de pantalla sin que Dyland lo note. O eso creía:

—Así es mejor… ¿No crees?.

Dyland se toma una fotografía junto a ella y luego la envía a su teléfono, después le señala la foto tomada que ahora es su nuevo fondo de bloqueo.

—¿Supongo que hiciste muchas cosas no?, ¿pero hay algo que siempre quisiste hacer o experimentar? —guarda su teléfono.

—¿Prometes no reírte si te muestro algo? —Max dibuja una equis imaginaria en su pecho.

—Esto fue en la escuela, le imploré a mi padre que fuera a verme y jamás apareció esa noche. Mientras yo estaba ahí parado entre las luces dando lo mejor de mí, él pensó que una reunión de trabajo era más importante que su hijo.

Él vuelve a tomar su teléfono y después de buscar en la nube de almacenamiento de su asistente virtual, reproduce un vídeo y luego Max toma el teléfono para observarlo. En aquel vídeo, un Dyland más joven cantaba sobre una tarima una hermosa canción mientras las personas disfrutaban de su voz, Max lo observa cantar y de inmediato su corazón comienza a palpitar rápidamente. 

—¡Oye!, definitivamente eres especial, como pudiste acelerar mi corazón al escucharte cantar —él le sonríe y Max lo toma del abrigo jalándolo hacia ella para luego besarlo.

—¿Me preguntó?, ¿qué más podrás hacer para enamorarme aún más de ti?.

Él se levanta tomando su mano, luego lleva a Max al fondo del centro comercial. Dyland entra al lugar y Max reconoce a donde la lleva inmediatamente, al entrar a una de las salas el se quita su abrigo.

—Te traje aquí porque quiero que veas el lugar donde más me la pasaba en mi adolescencia, está cabina era nuestro mundo Max… ahora únicamente siéntate y ¡escucha!:

Dyland busca entre las canciones una en especial y luego se arrodilla frente a Max.  Al comenzar la melodía comienza a cantar frente a Max mientras ella sentía su corazón bailar en su pecho al ritmo y la voz del hombre a sus pies, él cantaba en ese momento para ella y “solo para ella” aquel tema de su novela actual favorita.

Max comienza a llorar y él no puede evitar sonreír al verla feliz, él la había visto en secreto y terminó gustándole aquella canción porque en cada fragmento escuchaba la voz de Max. La canción termina y luego se levanta.

—Nunca salimos como novios, tenía que tener esta salida como una pareja formal junto a ti —se sincera limpiando las lágrimas de Max.

—Ahora considérate la primera persona en conocerme a fondo y por quien realmente soy.  Recientemente, un romántico enamorado de la mujer más interesante que a conocido en este planeta, la mujer que una vez confundieron con una vendedora de biblias —Max ríe al fin y él acaricia su cabello.

—Esa vez fue tu culpa, esa chica no sabía que yo sería tu secretaria temporal —él le coloca su abrigo a Max y después salen del Karaoke. 

Al pasar luego por una tienda, Max lo jala del brazo entrando en ella al instante.

—Mira estos, —señala los aretes frente a ella— ¿son lindos no?.

—Mmm, ¡No! —Dyland se gira pero Max lo toma de la camisa.

—Me gustaría verte con ellos… ¡mi amor! —se niega.

—Esos en especial son muy populares, señorita, hoy en día es lo que más utilizan —dice un hombre con tatuajes mientras se acerca a ella, luego le muestra los aretes— ¡obsérvelos!.

Dyland niega pero al final, termina aceptándolos por Max.  El hombre le entrega un espejo y luego se coloca el primero con facilidad, con él otro, tiene problemas para colocárselos.

—¿Hace cuanto tiempo que no los usa? —él se da por vencido.

—¡Hace ya mucho tiempo!.

El hombre de los tatuajes lo lleva a una silla mientras observa el lugar donde debería estar el agujero con una pequeña linterna en sus anteojos.

—¡Está cerrado!, por eso no pudiste colocarlo.

Dyland observa la cara de decepción de Max, por ella decide tomar una importante decisión. 

—¿Puede abrirlo de nuevo? —dice cerrando los ojos recordando lo mucho que le dolió colocarlos la primera vez.

—¡Por supuesto!, espere aquí por favor —el hombre va detrás del mostrador y al regresar trae consigo un pequeño aparato.

—Va a sentir un pequeño pinchazo, ¿de acuerdo?, ¿eres su novia no es así? —Max asiente con la cabeza observando a Dyland con los ojos cerrados.

—Entonces permíteme sugerirte algo, dele un beso mientras hago mi trabajo, muchos hombres se ponen nerviosos cuando hacen esto. Generalmente son las mujeres quienes vienen a lugares como esto, pero gracias a la moda impuesta por los recientes Idols se han hecho populares en los hombres, ¿de acuerdo?.

(En Corea del Sur, un Idol es un artista o miembro de un grupo musical que es muy popular y tiene una gran base de fans en Corea y otros países de Asia. Los Idols son conocidos por su música y presentaciones en vivo, pero también por su imagen cuidadosamente diseñada, que incluye su apariencia, personalidad y habilidades de entretenimiento. Los Idols son a menudo entrenados desde una edad temprana en canto, baile y otros talentos, y pasan por rigurosas audiciones y pruebas de selección antes de debutar como artistas. Estos grupos de Idols a menudo utilizan coreografías, vestuario y presentación de alto nivel para destacar entre la multitud. En resumen, los Idols son una parte integral de la cultura pop en Corea del Sur y tienen una gran influencia en la vida de muchos jóvenes).

—¿Oye?, ¿estás seguro de esto?, no lo hagas nada más porque tu novia te dijo lo bien que te veías con ellos —Dyland niega y luego afirma con la cabeza. 

—¡Sí, estoy seguro!, ya hace rato que quería cambiar de estilo.

—¡Es un hombre fuerte!, lo resistirá —comenta Max y el hombre ríe.

Él le hace señas a Max y ella lo besa en el momento exacto en que el agujero es abierto. Después de media hora se encuentra caminando con unos aretes nuevos, una oreja con sangre, adolorido y una esposa feliz.

—No sé que tanto poder tienes sobre mí, como me convenciste de que ese hombre violara mis orejas… pero se sincera conmigo ¿cómo se ven? —señala sus aretes.

—Te ves mejor con ellas, son muy lindas y además… tengo unas a juego —Max rebela en sus orejas un par igual a las que él tiene.

—¿Te las robaste? —él toma el abrigo y sube su gorro.

—¡Claro que no tonto!, el hombre me las dio, él dijo: Escogiste los aretes para parejas, luego me los dio y me los coloque cuando tu oreja comenzó a sangrar —dice recordando que aquel agujero derramó algo de sangre.

—¡Aún me duele!, pero valió la pena… Seguro las personas me ven más atractivo ahora.

—No quiero que las personas te vean atractivo, solo que sepas lo que yo veo cuando yo te miro a ti.

Max se cruza de brazos y luego comienza a caminar dejando a Dyland atrás con la satisfacción de que ese comentario le hizo sentir un poco de celos en su interior. El teléfono de comienza a vibrar y él responde llegando al lado de Max.

—Por favor necesito de Max en este momento, ¿podrías traerla de vuelta a mi departamento? —Queen susurraba mientras se encontraba en el baño.

—¿Por qué?, ¿qué es tan importante como para arruinar mi cita de hoy? —le hace caras tiernas a Max al ver que aún sigue molesta.

—¿Dyland?, por favor solamente quiero una charla de chicas entre ella y yo —Max toma de la mano a Dyland y le susurra que va a ir con ella.

—¡Bien!. Ella te escucha y dice que sí, vamos rápidamente.  ¿Roberto aún sigue contigo? —Queen se asoma por la puerta, observa a Roberto tender la cama y acomodar su sombrero.

—Se irá en unos minutos, ¡los esperaré! —Queen cuelga la llamada y sale del baño.

En algunos minutos ambos llegan al edificio, él no quiere soltar la mano de Max y ella lucha por abrir el auto.

—Vendré por ti después ¿está bien?. Te advierto que tendrás que compensarme el tiempo perdido de nuestra cita —deja que Max entre al edificio.

—Sofía, dime la ubicación de Roberto justo ahora —en unos segundos, Sofía le hace llegar los datos.

—¡Bien!, supongo que él también necesita compañía.

Dyland se marcha y Max llega al departamento. Ella toca y Queen abre en seguida lanzándose sobre ella al instante provocando que ambas choquen contra la puerta del vecino. Al escucharlo las dos entran rápidamente.

—¡Te necesito Max! —dice comenzando a llorar.

—¡Ok!, ¿qué puedo… hacer por ti? —camina hacia ella.

—Por ahora solo escucharme ¿está bien?.

Queen se acerca a la cocina mientras tira de la mano de Max. Al llegar se dirige al horno y saca una bandeja de galletas recién horneadas. Ella le señala la bandeja para que las pruebe y luego se da vuelta.

—¡Qué deliciosas! —observa las galletas y Queen comienza a llorar.

—¿Qué paso?, ¿qué fue lo que dije? —Queen niega comiendo una también.

—Él las preparo anoche y… —Max la detiene en su relato

—¡Espera!. No quiero detalles exactos solo dime ¿por qué lloras? —Queen se acerca a ella.

—Anoche, me di cuenta de algo mientras estaba en sus brazos Max. No importa lo mucho que te escondas del amor… él terminará encontrándote y cuando lo haga lo hará muy fuerte.  ¡Te dolerá!, pero ¡te gustará!... así mismo cuando pierdes la virginidad.

—¿Anoche; tú también?... —pregunta Max.

—¡Yo no!, pero fue la primera vez de él. ¡Escucha!, al principio yo solo le hablaba, pero después ese hombre logró silenciarme con solo mirarme a los ojos.  He estado con cinco hombres (al menos que yo recuerde), ninguno me miro a los ojos mientras me hacía el amor. Mi primera vez fue un desastre yo estaba tan ebria que no me acuerdo de nada y con Roberto sentí una verdadera conexión.

Max solo afirmaba con la cabeza a todo lo que Queen le confesaba, pero ella únicamente hablaba sin parar de lo que sentía en ese momento:

—Tengo miedo de estar enamorado Max, ¡ese es el problema!.  Ni siquiera mi último novio me hizo sentir ese tipo de conexión tan intensa y especial.

Queen saca una botella y le sirve a Max, ella lo prueba y su sabor parece gustarle.  Queen también comienza a beber y en algunas horas ambas están ebrias y derrochando sentimientos que hasta ahora habían mantenido en total y completo secreto.

—¿Sabes?, te quiero muchísimo Max —decía Queen mientras cepillaba con cuidado el cabello de Max. 

—Siempre quise una hermana, pero mi padre no tenía tiempo para hacerlo con mi madre y luego nada más salió de su vientre, solo una barriga por exceso de peso.

—Mi Oma no quería más hijos. Ella no podía tenerlos y era por eso también que se fue de este país.  Su antiguo esposo la maltrató por ser incapaz de engendrar un hijo, ella se cansó de tanto sufrir y se divorció de él.  No conforme con el daño que le hizo la seguía acosando una y otra vez. Una noche intentó abusar de ella, pero un hombre logró salvarla en ese momento.

—¡Yo!, no sabía que eres adoptada —Queen se acuesta en las piernas de Max.

—¿Cómo así?, soy igualita a mi Oma ¡mírame! —señala sus ojos mientras ríe— ¡que no vez! —bromea.

—¿Qué paso con el hombre que la salvó?, Oma sabe, ¿dónde está? —está vez es Max la que llora y Queen la toma entre sus brazos.

—Mi mamá se casó con él. Ese hombre era mi padre, él era profesor, llegó de vacaciones ese verano y conoció a Oma bajo esas circunstancias, no solo la salvó, la ayudo a irse con él después de que esa noche recibiera varios golpes de parte de ese hombre.  A él no le importó el pasado de mi mamá solo hacerla olvidar el dolor que sentía… luego llegué yo a sus vidas —Queen se levanta de la cama.

—¡Tengo una idea!... la valentía de tu mamá me hizo sentirme con vida.  Mi ex vive en el edificio de al lado, acompañarme a vengarme de él por ser tan imbécil y a restregarle en la cara que un hombre virgen le ganó en la cama después de haberme restregado con cuantas mujeres había estado.

Queen camina hacia la cocina y regresa con un cartón de huevos en sus manos.

—¡Por Oma!, y por todas las mujeres que hemos sido rebajadas a ser tratadas como lindos objetos en lugar de las reinas que somos

Queen, motivada por la madre de Max y su historia, ambas salen del lugar luego de tomar otro cartón de huevos.


Érase Una Vez Un Kdrama (Version Completa) Disponible En Físico Por AmazonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora