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1 año después.

Ya habían pasado dos años desde que Jimin había llegado a ese lugar, no sabía con exactitud porque había sido traído de esa manera sin sentido, sin embargo solo quería disfrutar del tiempo que le quedaba, se sentía raro, no sabía porque pero presentía que ya no le quedaba mucho tiempo ahí, y esperaba con ansias que pudiera llevarse a su bebé con él.

El pequeño Jung-Su apenas tenía 10 meses de edad, era la cosita más hermosa que habia visto en su vida. Era demasiado parecido a su alteza, al tener a su bebé en sus brazos, luego de haber dado a luz se dio cuenta que era una copia exacta del rey, tenía los ojos negros y el cabello del mismo color, se veía increíblemente guapo e incluso un rasgo similar era su naricita de tucán.

Al darse cuenta que Jungkook si era el verdadero padre en realidad no quiso hacer mucho, no le parecía correcto regresar al palacio, quería vivir una vida tranquila con su hijo, por lo que estar alejado del palacio era la mejor opción, así no correrían ningún peligro o intentarían matarlos. Desde ese tiempo jamás volvió a ver a su alteza, por supuesto que lo extrañaba con locura, sin embargo con el tiempo supo darse cuenta que ya no se encontrarían por lo que poco a poco lo fue olvidando, puso como prioridad a su hijo y mantener su hogar.

Jimin había conseguido un trabajo en una florería, está no tenía las mejores condiciones y estaba a punto de quebrar por las pocas ventas que había, pero se esforzaba día a día para mejorar el negocio, y para intentar que las ventas incrementarán. La dueña de la florería era una anciana muy amable, nunca tuvo problema con que trabajará con su hijo en brazos y eso fue lo que agradeció demasiado pues tenía que amamantarlo todavía, y no podía alejarse mucho de él pues el niño y también él habían creado una dependencia emocional.

Yoongi vivía prácticamente con él y siempre lo ayudaba con muchísimas cosas, como alimentos, ropa para su hijo, a limpiar su casa, siempre estaba a su lado y era en parte una razón por la cual no se sentía solo. Era muy divertido pasar tiempo con él, siempre intentaba ser gracioso. Prácticamente solo tenía su trabajo de chef real y posterior a eso regresaba a la casa de Jimin.

—¡Muchacho! —corrío la anciana feliz hacia con Jimin —¡Nos ha llegado un trabajo grande!

La anciana lloraba de felicidad, realmente creía que se iría a la quiebra, pero realmente con este trabajo que había conseguido podía pagar el mes de renta e incluso aumentarle el salario a su trabajador.

Jimin dejo de darle golpecitos a su hijo para que se durmiera y se acercó a la señora Jeul aún con su hijo en brazos.

—¿Es mucho trabajo?

—Si, pero va a valer completamente la pena —respondió alegre —Te voy explicando. Va ser cumpleaños de alguien y quieren hacer una fiesta en grande, y quieren que decoramos con flores todo el lugar. ¡Nos van a pagar con oro y joyas! Con eso podíamos incluso poner otro negocio.

Jimin estaba bastante sorprendido.
—¿quién nos encargó todo esto?

—Su Majestad el rey —respondió —En unos meses es el cumpleaños de su hijo el principe.

El corazón de Jimin se paralizó por un instante. Sintió como si se le bajara la presión.

—¿El rey? —preguntó tartamudeando —¿Es necesario que yo vaya con usted a decorar?

—¡Por supuesto muchacho! Eres mi único trabajador —le contestó —¿Hay un problema con eso?

—No para nada, solo que... —Jimin no quería darle mucho contexto a la anciana, y tampoco quería decirle que no pues seguramente lo correría, ella ya ha hecho mucho por él —Esta bien, ¿Desde cuándo tenemos que ir?

—Primero será un encuentro con el Rey, él es el que organizara la fiesta —comenzo a explicar —Ese día irás tú a tomar nota de todas las flores que quiere y a pedirle el primer pago.

—¿Me encontraré a su majestad? ¿Cuando? —tenia miedo de la respuesta, todavía no estaba mentalmente preparado ni había superado todo lo acontecido.

—Mañana.

El corazón de Jimin bombeo con mucha intensidad, no estaba seguro de que podría volver al palacio y reencontrarse con su majestad, todo este tiempo había puesto una barrera para no recordar lo difícil que fue para él sobrevivir luego de haber sido echado del palacio, sin embargo aún no olvidaba esos sentimientos, pues lo había querido con tanta fuerza que su amor por él ahora se había convertido en odio.

Odiaba a Jungkook por no creer en él.

Lo odiaba por haberlo abandonado.

Porque finalmente se dio cuenta que el que había sido afectado más con todo eso había sido él, al ser violado por un despiadado hombre, no recibió el apoyo de su futuro esposo, aunque sabía que era por su culpa pues nunca se lo había dicho, pero si no hubiera desconfiado de él, y hubiera esperado a su lado todo resultaría mucho más sencillo.

No lo odiaba del todo, solo sentía rencor por lo poco que se esforzó por su amor y lo rápido que se rindió.

—¿Que tengo que hacer?

—Presentarle las flores disponibles. Asegúrate de que sean las más costosas, debemos cobrar un buen billete —sonrió de lado la mujer —Es una oportunidad que no se debe perder niño, así que hazlo bien.

—Si señora Jeul —respondió no muy convencido.

[...]

Yoongi había llegado a su casa con un cesto de mandarinas, supuestamente con intenciones de compartir pero al final se las había comido solo él, luego de eso cargo al bebé de Jimin haciéndole cariñitos y jugando con el haciéndolo reír constantemente, la sonrisa había sido algo que había heredaro de Jimin.

Jimin estaba más ansioso que nunca, se sentía muy nervioso por lo que sucedería al día siguiente, el procuraba tomarse esto con calma, pero en realidad no estaba para nada tranquilo y quería golpear todo a su paso. Mientras que Yoongi jugaba con su hijo, el lavaba su ropa que utilizaría el día de mañana, al mismo tiempo calentaba su agua en el fogón para meterse a bañar.

—Ya tranquilo hombre —mencionó Yoongi al verlo tan ansioso —Creeme que el rey estará muy feliz de verte.

—¿Porque lo dices tan seguro? —alzó su ceja no muy convencido.

—Ese hombre sigue enamorado de ti —le respondió —Siempre pregunta por ti.

—¿Enserio? —estaba dudoso —¿No me odia?

—Hable con él hace unos días, él en realidad no ha superado tu partida y se siente muy tonto por haberte dejado ir —mencionó —Él muy en el fondo sabía que era suyo, el bebé.

—Pues no será tan fácil —respondió Jimin.

—No tiene que ser así —dijo —Tu tienes derecho de saber que hacer, y él, aunque quiera, tiene una responsabilidad y es hacerse cargo del reino, aunque te ame con locura, el siempre piensa el el palacio y también sabe que puedes salir lastimado por lo que no va a tener intenciones contigo de algo, así que tranquilo.

Jimin tenía seguro de que no quería volver a ser esclavo, no de forma literal, el quería ser libre y vivir plenamente en el pueblo sin muchas preocupaciones, solo quería sentirse feliz y entendió que dentro del palacio había muchos problemas tanto económicos como peleas con otra gente y no quería volver a salir perjudicado, no quería volver a sufrir y ser infeliz.

Ahora sentía un leve resentimiento hacia Jeon.

Si lo seguía amando y extrañando, ¿Porque nunca había ido por él? Jamás lo había buscado y eso le molestaba y por eso lo odiaba.

Pero tenía miedo.

Miedo de que le quiera quitar a su hijo o que le quiera hacer algo a él.

Tenía miedo de volver a enamorarse y de que le volviera a romper el corazón.

Tenía miedo de algo que probablemente pasaría.

The King Is Mine | Kookmin Where stories live. Discover now