Los Fantasmas de KANT

6 2 0
                                    


Dos cosas colman el ánimo con una admiración y una veneración siempre renovadas y crecientes, cuanto más frecuente y continuamente reflexionamos sobre ellas: "El cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí. Ambas cosas no debo

buscarlas ni limitarme a conjeturarlas, como si estuvieran ocultas entre tinieblas, o tan en lontananza que se hallaran fuera de mi horizonte; yo las veo ante mí y las relaciono inmediatamente con la consciencia de mi existir.

La primera comienza por el sitio que ocupo dentro del mundo exterior de los sentidos y amplía la conexión en que me hallo con una inconmensurable vastedad de mundos, meta mundos y sistemas de sistemas, en los ilimitados tiempos de su movimiento periódico, de su comienzo y perdurabilidad. La segunda parte de mi propio yo invisible, de mi personalidad y me escenifica en un mundo que posee auténtica infinitud, pero que sólo es perceptible por el entendimiento, y con el cual (más también a través de él con todos aquellos mundos visibles) me reconozco, no como allí en una conexión simplemente azarosa, sino con una vinculación universal y necesaria.

El primer espectáculo de un sinfín de mundos anula, por decirlo así, mi importancia en cuanto criatura animal, habiendo de reintegrar a los planetas (un simple punto en el cosmos) esa materia que durante un breve lapso (no se sabe cómo) fue dotada con energía vital. En cambio el segundo espectáculo eleva mi valor en cuanto persona infinitamente, gracias a mi personalidad, en donde la ley moral me revela una vida independiente de la animalidad e incluso del mundo sensible en su conjunto, al menos por cuanto cabe inferir del destino teleológico de mi existencia merced a esta ley, la cual no se circunscribe a las condiciones y los límites de | esta vida, sino que se dirige hacia lo infinito.

Sin embargo, admiración y respeto pueden ciertamente incitar a la investigación, mas no hacer sus veces. ¿Qué debe hacerse entonces para emprender dicha indagación de una manera útil y adecuada a la eminencia del objeto? Los ejemplos pueden servir aquí como prevención, pero también de modelo.

La contemplación del mundo comenzó por el más espléndido espectáculo que sólo puede mostrarse siempre al sentido humano y que sólo nuestro entendimiento puede soportar siempre al observarlo en su lejano contorno, y terminó... con la astrología. La moral comenzó con el más noble atributo de la naturaleza moral, cuyo desarrollo y cultivo hacían vislumbrar un provecho infinito, y terminó con... el fanatismo o la superstición.

Immanuel Kant en la Crítica de la Razón Práctica


Café Filosófico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora