Capítulo 11

1.3K 167 24
                                    

Nayeon empezó a abrir sus ojos al sentir una pequeña presión en sus mejillas, al abrirlos se encontró con unos grandes ojos de gatito y un rico aroma a galletas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Nayeon empezó a abrir sus ojos al sentir una pequeña presión en sus mejillas, al abrirlos se encontró con unos grandes ojos de gatito y un rico aroma a galletas. Ryujin estaba a su lado boca abajo sonriéndole y soltando pequeños balbuceos.

La omega sonrió y atrajo a su pequeña bebé a su pecho.

—Mamá te trajo aquí, ¿eh? —Murmuró con la voz ronca por el sueño.

La cachorra soltó un pequeño chillido tirando de su blusa, la morena le dio del pecho, lo más que pudo soportar, a su hija. Se levantó de la cama con Ryujin en brazos y se dirigió al baño para lavarse la cara y los dientes dejando a la bebé en el suelo vigilándola atentamente. Al terminar con su higiene personal volvió a tomarla en brazos y se dirigió a la cocina para preparar algo de comer, dejó a su bebé en su sillita con un juguete para entretenerla.

Abrió el gabinete de la cocina y sacó la formula de bebé dejándola a un lado mientras se calentaba el agua. Hace unos días habían ido a una cita con el pediatra y les dijo que ya era hora de que Ryujin deje el pecho y empiece con fórmula, claro, había que hacerlo poco a poco porque a la pequeñita no le agradaba mucho la idea.

Nayeon creía que era lo mejor, pues sentía que no estaba produciendo mucha leche para satisfacerla, además sus pezones se hinchaban y se enrojecían causándole ardor sumado que Ryujin ya tenía algunos dientitos y a veces le mordía. Y era muy doloroso.

Agitó la mamadera y probó la temperatura en su muñeca, estaba perfecta, caminó hasta la cachorrita que al ver a su mami alzó sus bracitos y soltó unos pequeños soniditos. Nayeon sonrió con ternura.

—Ten, amor —Dijo llevando la tetina hasta los labios de la cachorrita, esta frunció el ceño y giró su cabecita negándose a tomar— Por favor, hijita...

—¡No!

Ryujin observó a Nayeon y estiró sus manitos tirando de su blusa para dormir. Ella no quería la mamadera, quería a su mami.

—No, amor. A mami le duele —Pero Ryujin siguió tirando— ¡Ryujin, no!

Su grito asustó a la bebé ocasionando que empiece a llorar, Nayeon suspiró dejando la mamadera en la mesa y la tomó en brazos arrullándola y sobando sus espalda. Odiaba gritar, más que nada a su hija, joder, era una bebé, no podía andar por ahí gritándole.

Ryujin levantó su carita, roja y empapada, del cuello de su madre y conectó miradas, la morena acarició la abultada mejilla de la cachorrita con cariño.

—Perdón, amor —Murmuró.

—¡Ma!

Intentó nuevamente, tomó la mamadera y la acercó a Ryujin; esta frunció el ceño y alejó la cabeza, Nayeon picó su pancita y al ver que abrió la boca para reír le metió la tetina. La bebé intentó resistirse pero al sentir el rico sabor poco a poco su gesto se relajó y empezó a tomar sin problema.

—Ja, menos mal que no te gustaba —Dijo sarcástica dejándola nuevamente en la sillita— Eres dramática como tu madre.

Su pequeñita tenía nueve meses, decía palabras sueltas y al sonreír se veían sus lindos dientitos, gateaba y lo hacía sumamente rápido, tanto que a veces se les escapaba cuando la puerta se abría por más de unos segundos pero todavía no caminaba, solo se paraba si se sostenía de algo pero no daba ni un solo paso, claro, sin ayuda de sus madres. Nayeon o Jeongyeon la agarraban de las manitos con cuidado y la hacían caminar cortas distancias, pero por sí sola no ha caminado, el pediatra le dijo que cada niño tenía su tiempo pero que si llegaban a ver algo inusual que la llevaran para revisión.

Unos toques en la puerta la distrajeron de los pequeños jueguitos que le estaba haciendo a su hija, la dejó en el medio del salón y corrió a la puerta dejando ver a Joohyun, la pelinegra tenía una gran sonrisa y en sus manos una caja de cupcakes.

—¡Hola!

—Entra, entra, entra —La jaló del brazo y la metió dentro del departamento cerrando la puerta rápidamente— ¡Ja! Te gané.

La cachorrita frunció el ceño.

—¡Hola, mi amorcito!

Joohyun prácticamente lanzó la caja a la cara de Nayeon solamente para agacharse y tomar a la bebé y llenarla de besos mientras soltaba risas algo chillonas por lo besos de su tía Joohyun.

—No quiero sonar descortés o algo así, pero... ¿por qué estás aquí? No me avisaste que venías. ¿Quieres café? —Habló escuchando los pasos de la chica detrás de ella.

—Lo siento por venir sin avisar, pero Jeong me dijo que estarías sola así que decidí pasar y hacerte compañía —Explicó— Y sí, por favor.

El resto de la tarde Joohyun le hizo compañía y también le hizo el favor de ser la niñera de su hija por media hora para poder darse una ducha, hablaron de todo un poco y también intentaron que Ryujin camine pero, nuevamente, no funciono; la cachorrita solo se quedaba sentada y miraba de su madre a su tía y de su tía otra vez a su madre y se reía.

A eso de las casi nueve de la noche Jeongyeon abrió la puerta de su hogar siendo recibida por un delicioso aroma a carne, dejó sus cosas donde siempre y caminó hasta la cocina encontrándose a su omega de espaldas y su cachorrita en su sillita viendo un video infantil. Ryujin giró su cabeza y chilló al ver su madre, la rubia la tomó en brazos y se acercó a su omega dejándole un tierno beso en la sien.

—Hola, amor —Murmuró.

—¿Cómo te fue, alfa? —Preguntó apagando el horno.

—Cansado, solo quería llegar aquí —Respondió sentándose en una silla dejando a Ryujin en su regazo— Odio esas juntas. Y le peor es que mis alumnos estaban más revoltosos de los normal, ¡parecieran simios!

—Tú también eras una revoltosa en la secundaria.

—¡Pero decente!

Al terminar de cenar la pareja se sentó en sillón a ver una película mientras Ryujin jugaba a pocos metros de distancia, Jeongydon volteó a ver a su hija al percibir un movimiento algo extraño por su parte; la niña se había parado, sola.

La alfa llamó la atención de su omega, la morena abrió la boca con asombro y se arrodilló frente al sofá estirando sus brazos.

—Ven, hijita —La llamó y Ryujin la miró sonriente.

—Ven con nosotros, pequeña —Habló la alfa.

Ryujin movió un piecito, luego el otro y el otro hasta llegar a los brazos de sus madres. Había caminado, había dado sus primeros pasitos ella sola.

Tanto para la alfa como para la omega lo más hermoso de llegar a casa era ver a su cachorrita corriendo hacia ellas.

Tanto para la alfa como para la omega lo más hermoso de llegar a casa era ver a su cachorrita corriendo hacia ellas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sabrá dios cuando la original será actualizada así que disfruten esto 🙏

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 21, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

³ Cuidando a Yoo RyujinWhere stories live. Discover now