، 👨🏻‍⚕️ : Capítulo 01.

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Esa mañana había comenzado a marchar su plan.

Era un viernes, por suerte no tenía clases y podía estar en la comodidad de su casa, hasta que su padre tuvo que salir de trabajar y su abuela llegó a su cuidado. Que no se malentienda, él amaba cuando su abuela y tía lo cuidaban, pero en ese momento tenía un solo objetivo y lo lograría aunque cueste sacrificar sus gustos.

Si bien el dolor de estómago había disminuido, sabía que tenía que intensificar su malestar para ser tomado en serio y poder tener un gran tiempo en el hospital en los cuidados de aquel enfermero. Su primer objetivo era descubrir su nombre, el segundo poder hacer que su padre se digne a tener una conversación bastante fluida con él y el tercero sería congeniar como una familia, fácil.

Se había asegurado de comer muchos dulces, los cuales sabía que estaban perfectamente escondidos en la alacena; Acercó una silla del comedor y con cuidado se subió hasta donde se encontraban, llevándose la bolsa consigo hasta la habitación.

El efecto no tardó en surtir, y cuando menos imaginaba ya estaba lloriqueando junto a su abuela y viendo como llamaban a su padre para que pudiera llevarlo al hospital. No era consciente de cuánto podía afectar el sacar de su trabajo a su padre, eran más sus deseos de seguir con su plan que cuándo fue por él e iban en el camino, se sintió un poco intimidado por la seriedad con la que conducía él.

—Buenos días, necesito ver al pediatra para una nueva consulta —habló su padre cuando entraron en recepción, tomando de su manita.

—Llene este formulario con los datos del niño antes de pasar, le tomarán sus datos nuevamente antes de que el doctor le llame para un chequeo previo —habló la recepcionista tendiendo una tabla y le mostró una sonrisa al niño antes de volver a sus tareas.

Asintió y soltó su mano para hacer el llenado del formulario, una vez concluido caminaron juntos por el pasillo hasta la característica puerta donde la empujó sin esfuerzo y emitió una mueca al ver a un par de personas por delante suyo. Llevaría más tiempo del debido y eso le impediría llegar a la reunión.

Tomaron asiento mientras esperaban a su llamado; El niño movía sus piernas al ser una silla tan alta y se sostenía el estómago, emitiendo gestos de dolor.

—¿Te sientes muy mal, cariño? —cuestionó su padre cuando dejó su frustración a un lado y se centró en su hijo, sabía que él no tenía la culpa de nada y no tenía porqué mostrarse de forma negativa ante él.

Asintió en respuesta y cerró los ojos, considerando si había sido una buena idea. De solo pensar en aquellos dulces lo hacían querer vomitar, definitivamente los evitaría por un tiempo. Antes de que pudiera seguir con ese hilo de pensamientos, reconoció aquella voz que tanto había anhelado escuchar desde que salieron unos días atrás llamando por su nombre.

—Oh, nuevamente los veo por aquí, ¿qué pasó ahora, pequeño? —Jimin cuestionó con sorpresa, sin esperar a volver a verlos en tan pocos días.

Señaló su estómago sin querer hablar en absoluto, por lo que su padre se precipitó hacerlo —Me llamó mi madre de que se empezó a sentir muy mal, casi lloraba en el camino por su dolor en el estómago y pensé inclusive que tenía fiebre. También se quejó de querer vomitar y perdió su color, ¿habrá contraído algo?

Entraron al característico cuarto de chequeo, donde pidió que lo subieran a la camilla que estaba ahí y pidió permiso para destapar su estómago —Probablemente siguió ingiriendo dulces, en estos momentos no es muy tolerable para lo dulce y el azúcar, por lo que cualquier cosa que ingiera de ese estilo hará erupción dentro de él.

De solo escuchar aquellas palabras provocó que sus ojos se llenaran de lágrimas, eso no sonaba para nada bien y se lamentó por su cometido, se estaba arrepintiendo de todo.

—Pero no te preocupes, pequeño, para eso estamos el pediatra y yo, te recetarán un par de medicamentos para que te sientas mejor en un par de días y con la ayuda de tu padre estarás como si nada hubiera pasado, ¿entendido? No tienes porqué temer, no llores, no me gusta verte triste —sonrió mientras daba leves masajes en la zona del estómago donde habían señalado el origen del dolor, comprobando que era lo que tenía en sí.

—Tu abuela, tu tía y yo te estaremos cuidando, no permitiríamos que nada malo te pasara, ¿entendido? —su padre se acercó hasta que acarició su frente y apartó el cabello que comenzaba a adherirse a su piel por el frío sudor que sentía.

Asintió, solo deseando que el dolor pasara pronto.

✧✦✧

Había transcurrido un rato cuando por fin salieron del doctor, con una receta en mano y el medicamento en la otra. Junwon portaba un leve puchero sobre sus labios, casi iba lloriqueando por la inyección que le habían puesto pero tenía que ser fuerte y demostrar que no le había dolido en absoluto.

—¿Listos? ¿Qué les dijo el doctor? —Jimin cuestionó tan pronto como salieron del consultorio, en un deje preocupado.

—Tiene medicamento extra y una inyección para que pueda surtir mayor efecto, siguiendo las indicaciones al pie de la letra todo tiene que ir bien —Jungkook señaló el medicamento en sus manos y mostró un semblante menos tenso, inclusive parecía cansado.

—Me alegro, eres un niño muy valiente, Junwon. Eres el primer niño que veo que no llora por esas inyecciones, que el miedo no te domine porque son inofensivas, solo te hacen que te cures más pronto y son necesarias en ocasiones, ¿entendido? —se acuclilló para hablar con el menor y le mostró una sonrisa cálida—. Te regalaría una paleta, pero no sería muy ético considerando tu estado, si vienes una próxima vez acuérdame de darte dos, eres un pequeño admirable.

Junwon sintió el calor venir a su rostro, por lo que estampó sus manitas contra sus mejillas para ocultar el rubor y los dos mayores rieron ante el gesto.

—Bueno, es hora de irme ya que tengo que regresar de trabajar, pero gracias por ayudarnos nuevamente —maniobró para poder agarrar la manita de su pequeño y le sonrió.

—Es un placer, más allá de mi trabajo lo hago por mero gusto. Espero que te recuperes pronto, Junwon —le revolvió el cabello en un modo divertido.

Se despidieron con la mano, pero cuando iban hacia la puerta y Jimin se había girado para ir al cuarto de chequeo, algo le detuvo para avanzar y se giró con un solo propósito.

—Disculpa, ¿podría saber tu nombre? —le sorprendió como su padre había girado en dirección contraria a la salida, sin siquiera acordarse de su objetivo al ir nuevamente al hospital.

Parecía consternado por su pregunta, pero rápido se recompuso —Mi nombre es Jimin, Park Jimin, un gusto.

—Jimin —dijo con un tono curioso, saboreando el nombre entre sus labios—. El gusto es mío, Jimin. Mi nombre es Jungkook.

—Entonces es un placer conocerte, Jungkook —le devolvió el gesto con una sonrisa, adornando un leve rubor en sus mejillas ante sus palabras.

Y Junwon sintió desfallecer en ese instante.

figura paterna › kookminWhere stories live. Discover now