، 👨🏻‍⚕️ : Extra 03.

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—¡Mamá, otra vez Suji está babeando mis cosas! —la voz de Junwon se hizo sonar por toda la casa, dando grandes pisotadas hasta la cocina donde sabía que su madre estaría.

Jimin se encontraba horneando un par de galletas para sus hijos mientras Jungkook no tardaría de llegar de su trabajo. Haneul estaba en su habitación tomando una siesta después de salir de clases y Junwon estaba cuidando de su pequeña hermana Suji de apenas dos años porque quería hacerse responsable y demostrar lo tanto que creció en ese tiempo.

Ninguno de los dos adultos protestaba ante sus decisiones, lo respetaban aunque doliera ver cuán grande había crecido en todos esos años en los que han estado juntos. Jimin siempre se sentía nostálgico cada que veía a su hijo, conociéndolo cuando apenas tenía siete años y ahora verlo a punto de cumplir los trece lo hacían querer estrujarlo entre sus brazos y pedirle que ya no creciera. Igual sucedía con Haneul, su pequeña niña estaba a mitad de sus doce, pero parecía afectarle más a Jungkook por el hecho que estaría entrando a una edad donde pensaba espantar a sus pretendientes si fuera necesario.

La pequeña Suji ya contaba con dos años de edad, siendo tan risueña como sus dos hermanos, siendo una copia de los dos padres; tenía el cabello ondulado como Jimin, pero el color azabache como Jungkook, de ojos redondos como su padre pero de unas mejillas poseedoras de su madre que provocaban morderlas y darles muchos besitos. Si bien tanto con Junwon se demostraba los fuertes genes de Jungkook, y con Haneul los fuertes genes de Jimin, Suji era la clara combinación de ambos, como si de una guerra de genes se tratara.

Cuando el timbre del horno sonó, Jimin se giró mientras Junwon llevaba cargando con dificultad a Suji. La pequeña pesaba demasiado, para los brazos de Junwon era imposible soportar su peso por tanto tiempo, por lo que tomó asiento en una de las sillas del comedor y esperó a que su madre terminara de sacar las galletas.

—Oh, mi amor. Tú solo dijiste que la cuidarías, debes de hacerte responsable de ello —Jimin sonrió divertido ante la expresión de su hijo de horror.

—Y-Yo, uno nunca sabe lo que dice —se excusó, extendiendo a su hermana en su dirección.

—Entonces supongo que no habrá galletas más que para tu padre, Haneul y yo porque no pareces ser tan responsable como dices serlo —tomó una postura seria, pero solo trataba de hacerle una pequeña broma a su hijo.

Junwon pareció querer exclamar en su contra, pero solo apretó sus labios en una fina línea y siguió cargando a Suji, con una mueca de cansancio.

Cuando la puerta de entrada pareció abrirse, tanto Junwon con Suji en sus brazos, como Haneul bajando a paso apresurado las escaleras sin importar que recién despertaba, los tres niños se precipitaron cuando Jungkook entró por completo, dejando sus cosas en el suelo cuando recibió tres pares de brazos en su dirección.

—Mis niños, ¿cómo están hoy, eh? —Jungkook agarró a Suji de los brazos de su hijo, el cual por fin descansó y se sintió agradecido. Haneul pidió que se agachara y así lo hizo, recibiendo un beso por su parte—. Acabas de despertar Han, ¿no es así?

Asintió con pena, apartándose. Jimin se precipitó por el pasillo de la cocina mientras se desataba el delantal, colgándolo sobre su hombro al tiempo que recibía a su esposo con una sonrisa, depositando un casto beso sobre sus labios.

—¿Qué tal te fue en el trabajo, cariño? —cuestionó, acariciando el cabello de su hija.

—Algo cansado, solo quería llegar a casa —juntó sus frentes, cerrando los ojos hasta que el olor al horno llegó a sus fosas nasales—. ¿Acaso horneaste algo?

Asintió —Hice galletas, ¿por qué no cenamos todos antes de comer algunas? Así esperamos que se enfríen lo suficiente para comerlas.

—¡Sí! —los dos niños gritaron mientras corrían a la cocina, sabían que les correspondía acomodar los platos y vasos sobre la mesa mientras su madre servía la cena, Suji solo aplaudía ante la emoción que veía y Jungkook los acompañaba en lo que hiciera falta.

Mientras Jimin llevaba la comida a la mesa, Jungkook se aseguraba de colocar a Suji en su silla especial y servirle la comida cocinada especialmente para ella. Junwon y Haneul tomaban sus respectivos asientos mientras le contaban a su padre sus días, antes de que todos estuvieran por fin sentados. Cuando los cinco estuvieron listos para empezar su cena, se dieron una rápida mirada antes de iniciar, sumergiéndose en una cómoda charla sobre sus días y opinando sobre el otro, sintiendo la calidez de su hogar envolviéndolos.

Para todos ellos, la cena era el momento más esperado del día, donde podrían convivir los cinco y dejaban sus preocupaciones fuera de la mesa y se centraban en lo importante. Comían a gusto, charlaban tanto como podían y cuando se levantaban, era cuestión de un rato antes de alistarse para irse a dormir y esperar el siguiente día. Su día a día ya se trataba de una rutina, pero era sin duda alguna algo con lo que estaban bien.

Al final de todo, eran una familia y se trataban como una, estaban felices así y no lo cambiarían por nada en el mundo.

figura paterna › kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora