Prólogo

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Prólogo
17 de Noviembre del 2016.
En las noticias, salió una nota preocupante que tenía que ver con el lugar donde vivía; una persona había sido avistada devorando el cuerpo de alguien a quien sabía golpeado y mordido hasta matar. Esto, a plena luz del día. La persona, salvaje e indómita, había sido imposible de someter, y los policías tuvieron que disparar a matar.

20 de noviembre del 2016.
Escuché a mi vecino gritarle a su esposa, quien al parecer está actuando irracionalmente, y tiene un comportamiento muy errático. No estoy muy seguro si eso fueron gritos de súplica o de furia. No he salido de casa en los últimos días, demasiada gente se ha vuelto loca y ataca a otros sin razón aparente. No es como si mi casa fuera una fortaleza hecha y derecha, pero al menos esos locos no tienen la fuerza suficiente para romper los barrotes de acero de la entrada. Ya se ha comprobado, cabe añadir.

21 de Noviembre del 2016.
Nuestros vecinos se han quedado en silencio después de los gritos de ayer, he tenido el impulso de subir al techo y ver si todavía están ahí, pero algo me lo está impidiendo. Quizá sea el llamado instinto de auto preservación. Mi familia piensa salir y correr hasta la entrada de la ciudad, en donde los militares tienen una base y probablemente todavía estén sanos dentro de la misma. Piensan salir esta noche, con una mochila llena de provisiones y algunas otras cosas más. Me iré con ellos, naturalmente. Esto se está convirtiendo en un escenario de pesadilla.

22 de Noviembre del 2022.
Fue una pésima idea salir por la noche. Apenas cruzamos la calle, nos encontrábamos con que estábamos rodeados completamente por personas enloquecidas, rabiosas, que se arrojaron a sí mismas contra mí y mi familia. Había llevado un buen machete en excelente estado, solo por si acaso. Terminé defendiendo a mi familia de aquellos locos de la única manera en que las circunstancias me permitieron hacerlo, y tomar una vida se sintió... no como lo esperaba. Tal vez porque ya no veía a aquellas personas como seres humanos, sino como bestias depredadoras. Fácilmente asesiné a más de cincuenta personas, aunque hubo menos sangre de lo que se podría pensar. Y la poca que hubo... era extraña, espesa, de un color apagado. Es muy raro. Pero de cualquier manera, llegamos a la base militar, tanto mi familia como yo estamos a salvo. Al menos, hasta que se descubra que me han mordido.

23 de Noviembre del 2016.
Decidí regresar. Me despedí de mi familia en la base, y ellos probablemente estarán a muchos cientos de kilómetros de distancia a estas alturas. Yo... vi a una familia atrapada en su hogar, cuando estábamos atravesando la zona céntrica. Si de todas formas iba a perecer, que de algo sirviera mi vida. Volvería, barrería el área alrededor de esa familia, y los ayudaría a llegar a la base militar. Mi machete aún está afilado.

26 de Noviembre del 2016.
Tuve una alucinación. Cuando terminé con la última de las criaturas que asediaban la casa, escuché una voz diciéndome que me concedería un deseo. Estaba sucio, manchado de sangre enferma a más no poder, e increíblemente cansado. También había comenzado a sentir una especie de calor febril en mis sienes, y sabía que el momento en que pasara a ser un número más, estaba cerca. Recuerdo haber sonreído y decirle a la voz, «ya que estamos de dadivosos, ¿por qué no me haces inmune a esta enfermedad?». Tres días han pasado, aquella familia huyó hace dos, y todavía sigo cuerdo. La fiebre desapareció, y no hay ningún malestar físico que me indique estar enfermo. No sé qué pensar. Regresé a mi casa, y pienso ponerme a la tarea de convertirla en una fortaleza. Si es que soy inmune, voy a acabar con esta infección.

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