Capitulo 20

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Allí se fue su apetito de nuevo. La idea de una joven siendo vendida la hizo
estremecerse. Su corazón se compadeció de la mujer.

- Siento mucho oír esto.

- Ella estaba drogada. Todas las chicas eran alimentadas con una dieta constante de mierda química - Rafe escupió las palabras como balas. -Rogó por drogas durante semanas después de que volvió a casa. Estaba reducida a piel y huesos, pero todo lo que quería era otra dosis. Esto es sólo una de las muchas cosas que le hicieron. Aún tiene horribles pesadillas...

- Cuando Cole y Burke la encontraron, estaba cautiva con otras quince mujere - continuó Kade, su voz volviéndose dura por primera vez. - Me complace yacer desvelado durante la noche y pensar en todas las cosas que tus hombres hicieron a los hijos de puta que mantenían cautivas a esas mujeres en contra de su voluntad. Sus descripciones fueron gratamente detalladas. Tengo una vívida imagen en mi cabeza.

- No puedo imaginar por lo que pasó Alea - Tembló a pesar de la bata, sintiéndose muy mal por la joven. Incluso después de que se hubiera salvado, era obvio que todavía tenía un camino duro por delante. Delgado había estropeado muchas vidas, y ahora su hijo parecía decidido a mantener el negocio familiar.

- No, no puedes - contestó Kadem. - Y no quiero que lo hagas. Pero te estoy pidiendo que tengas en cuenta que el trabajo de ellos fue vital para nosotros y para las familias de las otras chicas que rescataron. Sí, ellos se sacrificaron. Pero Burke y Cole salvaron vidas.

Jessa se envaró.

- Oh, por supuesto que su trabajo era importante. No lo discuto. Y habría entendido la verdad. Pero el hecho es que me mintieron.

- ¿Habrías entendido? ¿En serio?- preguntó Kade con tono ligeramente arrogante, como si él ya hubiera decidido la respuesta a la pregunta.

Así que la habían juzgado.

- Habría hecho mi mejor esfuerzo. Tal vez suene egoísta para vosotros, pero también quería ser importante.

- Ellos creyeron que tú habías sido reclamada por otro hombre - dijo Rafe.

- Algo que pudo haber sido aclarado si me hubieran dado un nombre verdadero o incluso me hubieran llamada una sola vez - Ella sentía las lágrimas amenazando. Dios, no quería sentir este agujero enorme y doloroso en el pecho. Quería no sentir nada en
absoluto por ellos. - Si hubiera sabido lo que estaban haciendo, habría orado en las noches por ellos. Los habría amado, pero no me dieron la oportunidad. No confiaron en mí lo suficiente.

Los ojos de Rafe se suavizaron un poco.

- Los hombres a veces no somos las más inteligentes de las criaturas. Tomamos decisiones que creemos son las mejores para proteger a nuestros seres queridos. Y a veces, cometemos errores. Eso no quiere decir que no conozcamos nuestros corazones. Si te han dicho que te amaban, quisieron decir eso.

- Son buenos hombres. Los mejores que conozco - dijo Kade con suavidad. - A veces son ásperos, pero eso no quiere decir que no tengan ternura para ti y para tu hijo. Sería una lástima si ese niño nunca conociese a sus padres.

Ella miró a Kade echando chispas por los ojos. Eso no era justo. ¿Se suponía que debía perdonar a Burke y Cole en el mismo instante en que volvieran a entrar en su vida? Ellos le habían costado un año terrible de pena y dolor, y nunca le habían dado elección.

- Lo gracioso es que, si me hubieran preguntado si me arriesgaría a ir con ellos a Sudamérica, lo habría hecho. O me hubiera quedado aquí y hubiera esperado, tan difícil como podría haber sido eso. Habría hecho lo que fuera que me pidieran. Pero no me dieron a elegir. Sí, probablemente estuviera siendo cerca, pero mientras más pensaba en ello, más enojada se ponía. Por supuesto que eran héroes, no tenía dudas. ¿Pero eso significaba que se suponía los aceptara de nuevo sin recelo? ¿Qué pasaría la próxima vez que ellos tuvieran una "misión" que considerar? ¿La dejarían atrás durante meses o más aún sin mensajes ¿Decidirían que su hijo estaba a salvo y simplemente se volverían a marchar, esta vez para siempre? Ellos no sólo la dejarían abandonada. Romperían el corazón de Caleb también. No, ella no creía que pudiera correr ese riesgo. No estaba segura que estuviera dispuesta a volver a confiar en ellos. Y eso la enojaba muchísimo porque ella quería confiar. Quería arrojarse a sus brazos y suplicarles que la amaran, que nunca la volvieran a abandonar. Aunque la habían dejado embarazada y sola, todavía soñaba con ellos. Todavía se despertaba gritando sus nombres. Se limpió las lágrimas enojada. Esta vez, no iba a escuchar a su estúpido corazón. No podía permitírselo. Ya no era una niña. Ahora era una madre.

Su virgen Secreta Where stories live. Discover now