¡Desvergonzado!

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Yang JeongIn se despertó en la cama de una habitación de hospitales.

—¡Ya despertate!—exclamó Seojoo, mirando a su hijo, que poco a poco se irguió en la cama hasta quedar sentado— ¿Te sientes bien, JeongIn?

El de cabellos oscuros estaba ido, él sería papá, aún no lo podía creer, era algo difícil de aceptar.

—¿Dónde está, MingJun?

—Él justo ahora iba al consultorio del obstetra, tu padre lo acompañó. ¿A dónde vas, JeongIn?—el alfa se había levantado de la cama, y se colocaba de forma rápida los zapatos.

—Voy a ver a mi omega, ¡y a nuestro cachorro!—respondió JeongIn, para salir de la habitación y correr por el pasillo.

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—Estoy muy nervioso—admitió MingJun acostado en la camilla—. Sigo procesando la noticia.

—No debes tener miedo, eres un buen chico, y serás un gran papá—expresó JeoGin, sonriéndole a su yerno—. He pasado por esto y no es nada doloroso, solo mi colega la doctora Wendy verá cómo va mi nieto.

La bella omega le sonrió y asintió ante las palabras dichas por el mayor.

—¿Ya lo sabía?—JeoGin miró a MingJun sin comprender—. ¿Qué sabía que estoy esperando un cachorrito?

—Sí, me di cuenta hace como una semana, aunque quería que se dieran cuenta por su propia cuenta; pero ya te darás cuenta que tanto mi hijo cómo tú son algo despistados.

Y de pronto se escuchó como algo se estrellaba contra la puerta.

Los tres omegas en la habitación alzaron la mirada para ver qué había provocado ese estrambótico sonido; pero JeoGin solo pudo reír bajito, ya que cuando la puerta se abrió lo que apareció detrás de la puerta fue JeongIn que se acariciaba la frente.

MingJun confundido se levantó de la camilla para ver si su novio estaba bien.

—P-Perdón por entrar a-así...¡Junnie!—el alfa corrió hacia su novio y sin más lo abrazó. MingJun no supo que hacer cuando escuchó los sollozos de JeongIn— Gracias.

—¿Gracias?—inquirió el omega de forma ahogada.

—Por todo—el alfa se apartó dejando ver su rostro con rastros de lágrimas—. Por crear una familia conmigo.

—Innie...—y MingJun empezó a llorar.

—No deberían someterlo a tantos cambios de humor, es malo para el bebé—dijo la doctora Wendy mirando a la tierna pareja que se abrazaba feliz por la noticia de que serían padres.

—Déjalos—pidió JeoGin, dando un ligero apretón sobre el hombro de la omega—. Deja que dejen fluir sus sentimientos.

—Esta bien JeoGin-ssi.

MingJun lloró unos minutos abrazado a JeongIn. Y el alfa también dejó fluir su alegría a través de sus lágrimas.

Luego de unos minutos cuando estuvieron más calmados, el mayor anunció que era momento de realizarle la ecografía a MingJun para ver como iba el crecimiento del feto.

El imega asintió y limpio sus lágrimas y se volvió a acostar sobre la camilla. JeongIn sujeto su mano mientras Wendy alzaba el suéter con diseño de calaveras del omega, y cuando colocó aquel transparente gel sobre el plano estómago de MingJun, este se estremeció y soltó una leve risita.

—El feto se ve bien, sus latidos son estables, si hacen silencio serán capaces de escucharlo—y así fue, JeongIn lloró de forma inmediata al escuchar los pequeños sonidos del corazón de su futuro cachorrito.

—Innie... cálmate, nuestro cachorrito está bien.

—Es que ya quiero tenerlo aquí, cargarlo...—JeongIn dejó un beso sobre la frente de su novio.

—Deseo lo mismo—exclamó MingJun sonriendo.

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JeongIn se sentía desfallecer. MingJun. ¡Dios! MingJun era una bomba de hormonas alteradas. Luego de que se enteraran del embarazo del Suh a las dos semanas estaban volviendo a Seúl, y aunque JeongIn quiso que su novio se fuese a vivir con él, Ten Lee se opuso.

¡Sí! Se opuso.

Ya que a su primer nieto y a su hijo no le iba a pasar nada. ¿Cómo haría JeongIn si MingJun se llegaba a sentir mal? Fue el argumento de Ten, y es que necesitaba cuidar a su pequeño hijo.

Así que ahora el Alfa Yang se había mudado a casa de la familia Suh.

—Junnie...deja de llorar—pidió el alfa tratando de calmar a su lloroso novio.

—¡¿CÓMO ME PIDES ESO SI OLAF SE ESTÁ DERRITIENDO?!—Sí, estaba viendo Frozen, y ahora el omega lloraba desconsoladamente.

Cuando logró por fin calmar a MingJun el Omega ahora estaba molesto. ¿La razón?

—Quiero helado.

—La doctora Wendy, dijo que debes comer sano, así que no puedes comer helado.

Y la mirada del omega demostró el enojo que sentía.

—¡Así que te Revelas Contra Elmo!—y sin más MingJun se lanzó sobre JeongIn.

Suh Johnny, que salía de su oficina y se encontró con la escena de JeongIn tratando de controlar a MingJun, solamente sonrió recordando que cuando su esposo estaba embarazado era igual.

Aunque algo que aún recordaba como si hubiera sido ayer, era a Ten persiguiéndolo con una pala porque le había dado frutas.

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