capitulo 26

1.2K 105 1
                                    

JULIET

—¡DÉJENME salir!—grito desde los barrotes de la celda—. Déjenme salir, ¡malditos bastardos!

La habitación está casi vacía. Solo queda el mismo técnico que trabaja en la consola de la esquina, que me ignora por completo sin importar cuanto grite. Además de todo esto, tengo un infernal dolor de espalda que no sé si provoqué de alguna manera, o si este otro extraño efecto secundario del embarazo. ¿No dicen que a las mujeres embarazadas les duele la espalda?

Pero es lo único que me importa ahora mismo. Se llevaron a Shak a rastras. Lo acusaron de matar a su propio padre. Lo matarán, sé que lo harán y no podré hacer nada para detenerlo.

—Déjenme...—me quiebro y ahogo mis gritos. Me quedo sin aliento por un intenso dolor que se extiende desde la espalda hasta los hombros y me inclino en la celda jadeando y llorando. Trato de estirarme, pero cielos, eso solo lo empeora. ¿Qué diablos ocurre?

Lágrimas salen de mis ojos por el dolor. Intento alcanzar mis hombros, pero el dolor me paraliza. ¿Qué demonios? ¿En serio? Como si ya no se tratase del peor día de mi vida. Shak acaba de ser arrestado por asesinato, el bebé y yo corremos más peligro que nunca y, para colmo, el universo decide darme un infernal dolor de espalda.

Me doblo de nuevo cuando una ráfaga de dolor me desgarra. Y cuando logo aclarar los ojos, miro hacia arriba y me encuentro con dos de los malditos guardias que se llevaron a Shak. Están de regreso.

El técnico de la esquina finalmente levanta la mirada.

—Tengo un mensaje de la reina —le dice al guardia y señala en mi dirección—. Mátenla.

El técnico asiente como si se tratara de algo que hace todos los días. Los guardias se marchan tan rápido como llegaron.

—Acércate a mí y te arrancaré la cabeza—grito.

Este hijo de puta no querrá ponerme a prueba hoy. Pero sigue caminando tranquilo hacia un gabinete y saca un artilugio similar a una pistola, con una aguja en la punta.

No, no. Este infeliz deberá pensarlo de nuevo si cree que me clavará eso. He tenido mucho miedo. He querido correr y pretender que nada de esto está sucediendo. Pero cuando el técnico de acerca con la muerte en la jeringa, de repente lo tengo claro.

Me han dado una segunda oportunidad. Me han dado el regalo de otra vida inocente que proteger.

Tomo la decisión en cuestión de segundos: no me matará a mí ni a este bebé.

Un rugido emerge de lo más profundo de mí y agarro la puerta de la celda gritando con furia. La cerradura se rompe, justo como lo hizo con Shak.

Solo me permito un pequeño momento de sorpresa al darme cuenta de mi fuerza. Luego, salto de la celda y abordo al técnico. Le rompo el antebrazo haciéndolo gritar y soltar la pistola.

Lo aparto de una patada justo a tiempo. Al siguiente segundo caigo de rodillas por el dolor. Tiro de la camisa de Shak y finalmente me la quito.

Grito tocándome el vientre y rezando para que lo que sea que me esté pasando no lastime al bebé. Por favor, que esto no se trate de un aborto.

<<Lo siento mucho, bebé. Siento que me haya tomado tanto tiempo desearte».

Me obligo a ponerme de pie hasta la mesa de examen en donde me escanearon por primera vez. El pequeño escáner de mano sigue allí. Lo tomo y pulso el botón apuntando a mi vientre.
El escáner emite un sonido regular. Un latido. El bebé está bien.

Sonrío de alivio y entonces me doy cuenta que el dolor disminuye, pero algo se siente extraño.

¿Qué...?

Me doy la vuelta y estiro los músculos de la espalda. Y es entonces cuando veo unas grandes alas doradas que se despliegan detrás de mí.

Mi Obsesion extraterrestre +21. (Extraterrestres Darci 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora