𝟐. Dear Ravenclaw [George Weasley]

𝟎𝟒| 𝐊𝐧𝐨𝐰 𝐲𝐨𝐮

Los fin de semanas siempre eran los más movidos de todos cuando se trataba de los estudiantes de cuarto para adelante saliendo rumbo a Hogsmeade. Cyan se encontraba en su cuarto viéndose en el espejo para probarse distintas combinaciones de ropa mientras que le pregunataba su compañera de cuarto y mejor amiga, Cho Chang, que de encontraba leyendo un libro acostada en su cama.

Sabía de la situación y no estaba segura de lo que su amiga haría, no podía creer que ella fuera capaz de irse a Hogsmeade sin respetar el reglamento cuando Cyan era demasiado Ravenclaw como para hacer ello. Cada tanto, a los llamados de Cyan miraba una nueva combinación de ropa.

─¿Tú dices que me queda mejor el azul marino o un gris azulado? ─preguntaba Cyan mientras se colocaba por encima del cuerpo aquél par de poleras cuello de tortuga.

Cho se quedó pensando un momento mirando cada que movía la percha con aquella remeras hermosas para el gusto de ella.

─El grisáceo ese extraño te queda mejor ─dijo Cho─. Acompañalo con la bufanda de Ravenclaw, hace frío afuera.

─Sí señora ─con burla comentó, su nuca recibió un almohadon que fue lanzado por su amiga─. ¡Auch, perdón!... Ayúdame, quiero estar presentable.

─Siempre estas presentable, te encanta la moda y te viste bien sin problema apartente. No le veo tanto drama al asunto ¿acaso quieres lucir bien cuando te castiguen por ir a Hogsmeade sin permiso y aparte sin tener la edad que corresponde?

Cyan soltó una risa─ ¡Exactamente, entendiste al instante!

Ambas soltaron una carcajada sonora, amaban esos momentos que tenían juntas cuando nadie los molestaba o cuando cierta Ravenclaw no miraba a Cedric Diggory. Les hacía bien a ambas tener momentos donde estaban en privado hablando de cualquier cosa pero lo que más le tranquilizaba era que su amiga no hablaba cada dos por tres de su mejor amigo.

Se seguía cambiando tranquilamente mientras seguía una charla sobre un libro que las dos estaban leyendo a la par aunque en medio de la charla mientras se colocaba Cyan las medias Cho soltó una risa. Le causaba risa que con los colores tan fríos que se vestía Cyan las medias que se colocaba eran de gatitos rosados.

Se levantó del suelo luego de colocarse las medias y recogió las zapatillas que tenía pensado colocarse, se comodó en la cama para ponerselos sin esfuerzo alguno y atarse los cordones con un apoyo aparente. Agarró su campera de montagne de color azul marino, agarró de su escritorio unos pares de monedas que tenía guardadas para todo el año, era bastante así que le duraría y se despidió de su amiga con un beso en la mejilla para salir de su cuarto y encaminarse hacía el punto de encuentro.

George se encaminaba hacía donde se situaba la estatua de la bruja tuerta para irse directo a Hogsmeade, él tenía el permiso de su madre para ir pero Cyan aún era menor como para ir, sería algo arriesgado que la encontraran pero eso es lo que lo hacía aún más divertido. El riesgo que podían tener, a menos de que Cyan sea de esas prefecto que se pone casí a llorar por la baja de puntos o por un castigo más que simple pero decidió tomar el riesgo.

Ella había llegado un poco antes de él haciéndo que se colocará algo nervioso pero no demasiado, capaz lo estaba esperando hace un largo tiempo y llegó tarde. Él vestía una ropa bastante hogareña, un suéter de color verde con una letra "G" en el medio y por arriba una campera de lana bastante calentita, unos jeans azulados algo gastados y unas zapatillas comunes. Cyan volteó a verlo y le sonrió saludandolo con la mano en un movimiento de vaivén entusiasta logrando calmar un poco al chico.

─¿Vamos? ─comentó Cyan señalando con la cabeza la estatua de la bruja tuerta.

George se acercó hacía la estatua susurrando la contraseña y de inmediato la joroba de la estatua se abrió lo suficiente para que pudieran pasar por ella. Miraron para ambos lados supervisando si no había nadie por los pasillos que los pudieran descubrir se adentraron a un tobogán de piedra terminando aterrizando a una tierra húmeda y fría, se pusieron de pie. George agarró la varita conjurando un "Lumus" para poder iluminar el pasadizo estrecho, agarró la mano de Cyan para guiarla hacía unas escaleras que los llevarían a unas escaleras de piedra, tardaron aproximadamente una hora en llegar al ser un largo pasadizo y tenían que dar vueltas y vueltas.