XXVI

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La temperatura dentro de esas cuatro paredes continuo aumentando por cada minuto que pasaba, su respiración se volvió tan pesada que sentía como si se estuviera sofocando, el oxígeno no llenaba sus pulmones obligándolo a abrir su boca dando profundas caladas de aire.

Su cuerpo tembló, ambas manos presionaron su vientre con fuerza tras el fuerte calambre que lo hizo retorcerse de dolor siendo apenas perceptible el bajo quejido proveniente de su garganta.

¿Cuanto tiempo ya había transcurrido desde que se tomo aquella droga?

No importaba cuantas veces levantara la mirada en busca del reloj de pared, su vista borrosa le impedía ver los pequeños números y donde estaban apuntando las manecillas.

- mngh maldición... -

Una pequeña lagrima recorrió su mejilla hasta ser absorbida por la tela de la almohada, la frustración de no poder aliviar ese malestar lo estaba enloqueciendo, quería levantarse, salir de ese cuarto en busca de algún alfa, no importaba de quien se tratará, solo quería que todo terminara

- Dazai... -

Un escalofrío recorrió su columna llevando un hormigueo a cada una de sus extremidades, su mente lo traicionó susurrando el nombre el aquel a quien había a elegido desde un principio como su pareja, era demasiado tarde para darse cuenta que su encuentro con el líder de la mafia rusa no iba a funcionar, estaba encadenado al castaño, su cuerpo suplicaba por él.

Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no noto la presencia del azabache, la puerta se abrió dejando entrar una corriente de aire y un aroma apenas conocido.

- vaya, ¿te preparaste para mi? eres muy considerado Chuuya - a paso lento se acercó a la cama donde el pelirrojo se retorcia en el límite de dolor y placer, rodeado de las mantas deshechas y algunas otras prendas - jamás pensé encontrarme con un omega tan hermoso como tu - su diestra recorrió sus piernas desnudas, fue una verdadera sorpresa encontrarlo solamente con una camisa y la ropa interior, no iba a desperdiciar la oportunidad de jugar con lo más preciado de Dazai, iba a disfrutarlo y asegurarse de dejar una marca en él que jamás iba a olvidar

- ahh por favor - el mafioso se reincorporó con dificultad, sus brazos apenas lo sostenían cuando intentó acercar su rostro al más alto, su olor era tan embriagante que la poca cordura que le queda había desaparecido por completo

- pobre omega, buscando algo que los de tu tipo jamás podrán tener - el aliento del contrario golpeaba contra su boca, iba a besarlo pero antes de siquiera rozar sus labios tiro de los mechones naranjas de su nuca con fuerza - por despecho estas dispuesto a sacrificar tanto- su nariz recorrió desde su mejilla hasta su cuello donde la gargantilla negra cubría una gran parte de su piel aspirando sus dulces feromonas - un omega tan fértil y poderoso como tu será perfecto para mi plan -

Si los siguientes días el pequeño cuerpo del ejecutivo cedía y lo reconocia como alfa sería suyo hasta que su corazón deje de latir, de lo contrario por lo menos podría ver la expresión rota de su mayor rival tras saber que su más amado tesoro habia sido mancillado por un demonio como él.

Finalmente lo beso con fuerza y hambre, los jadeos del menor eran ahogados dentro de su boca mientras su lengua lo guiaba hasta sentir la forma en que se derretia entre sus brazos, se posicionó encima suyo antes de desvestirlo recorriendo con sus manos cada rincón de su blanca e inmaculada piel lista para ser marcada.


¿Que era esa sensación?
¿ese dolor que entumecia sus piernas?

- ahhh -

Había algo abriéndose paso en su interior pero ¿porque no podía reaccionar?

Al mover sus manos se percató que había algo presionando sus muñecas, frío como el metal provocando cortes con cada movimiento

- despertaste -

Su visión no podía enfocar lo que había delante suyo o mejor dicho quien se encontraba ahí, aun estaba mareado y la excitación no había disminuido, ese solo era un breve lapso de lucidez antes de que su calor lo hiciera volver a perder el control

- mirame Chuuya -

Una mano helada lo sostuvo por la barbilla y sus ojos se encontraron con esos orbes amatistas que lo veían fijamente

- mngh Fyodor - su voz salió entre cortada, su garganta dolia y no podía estar seguro si había sido de tanto gritar y gemir o si había intentado quitar el collar y lo lastimó en el proceso

- por lo menos dejaste de llamarlo a él- levanto las piernas del pelirrojo colocándolas sobre sus hombros antes de reaunudar el movimiento de cadera, empujando con fuerza presionando su punto más sensible

- ¡ahhh! - su espalda se curveo al mismo tiempo de que ese sonido vergonzoso escapaba de su boca - por favor ya no - estaba cansado, si apenas había vuelto en si ¿porque quería correrse tan pronto? ¿cuanto tiempo llevaban haciéndolo? ¿cuanto tiempo llevaba el azabache entre sus piernas como para ya sentirse tan sucio y pegajoso?

Un par de embestidas más fueron suficientes para terminar y liberarse manchando su abdomen, el contrario dejó caer su peso sobre su cuerpo, escuchaba su respiración cerca de su oído pero no liberaba sus manos, ahora podía notarlo estaba esposado y de las marcas rojas brotaban pequeño hilos de sangre

-ahora entiendo porque todos te desean Chuuya - depósito pequeños besos sobre sus hombros maltratados, cerca de la glandula de olor, con eso fue suficiente para que las fuertes feromonas volvieran a envolverlo

-¿cuanto...? -

-¿cuanto tiempo a pasado? - lo interrumpio saliendo de su interior sonriendo con satisfacción al ver como su semen bajaba de entre sus muslos - dos días -

- aun estamos a la mitad -

- es bueno saberlo - tomó una botella de agua del mueble a un lado suyo y darle al menor de beber -¿como te sientes? -

- mareado- respondió de inmediato cerrando sus ojos, el dolor en su vientre volvía a hacerse presente - Fyodor... -

- si, ya me di cuenta - con una sonrisa llena de malicia se levantó, lo dejaría sufrir un poco antes de volver, le gustaba escuchar como le rogaba pero también necesitaba descansar

- ahhh no te vayas mngh por favor - lo siguió con la mirada moviendo su cadera, quería seguirlo pero era imposible, nisiquiera podía utilizar su habilidad

- no desesperes petirrojo, cuando vuelva podremos continuar - su diestra presionó su pecho donde con solo ese toque una marca morada apareció, el dolor en su rostro solo lo hacia desear continuar lastimandolo pero no quería colapsar por no poder seguir su ritmo - cuando acabe tu celo nisiquiera podrás moverte - su mano libre descendió a su abdomen donde nuevamente una marca aparecio

- ¡Fyodor! - grito su nombre tirando de las cadenas viéndolo marcharse, pese al dolor lo llamaba entre lágrimas, deseaba al alfa, deseaba el aroma que ayudaba a disminuir el calor, pero aún más deseaba a Dazai

Mi mayor secreto ★Soukoku★ PausadaWhere stories live. Discover now