𝐗𝐈𝐗

47 3 0
                                    

Era la primera noche en la que nuestra seguridad no dependía de nosotros mismos, hacía ya mucho tiempo desde la última vez que descasamos sin preocupaciones, plácidamente dejando que la noche nos envolviese por completo.
Aunque hoy no sería distinto, pues ningún miembro de la compañía a excepción de Gimli dormía, todos pensábamos en lo mismo, todos nos arrepentíamos de haber iniciado aquel viaje, pero por otro lado, también nos alegrábamos por ello pues de no ser por este viaje ninguno de nosotros nos hubiésemos conocido.
El silencio reinaba en aquel lugar aunque de un momento a otro una canción cantada por los elfos comenzó a escucharse.

Legolas-Es un memento por Gandalf-

Merry-¿Qué dice de él?-preguntó tranquilamente.

Legolas-No me salen las palabras, para mí el dolor aun es reciente-

Sam-Apuesto a que no mencionan sus fuegos de artificio, se merecerían algún verso-dijo melancólico mientras se levantaba.

Sam-Los mejores cohetes nunca vistos, estallan en estrellas de verde y azul. Tras el estruendo, un manto plateado se cierne como una lluvia de flores. No, eso no le hace justicia ni por asomo-dijo mientras volvía a sentarse en el suelo.

Gimli fue el único que consiguió un profundo sueño, aunque cuando esto se hizo muy evidente debido a sus ronquidos Aragorn le despertó con un fuerte manotazo.

Perspectiva de Aragorn

La compañía estaba agotada, tanto física como mentalmente, mi mirada se fijó en Boromir quien se encontraba sentado junto a las raíces de un árbol lejos de donde el resto nos encontrábamos.
No podía seguir viéndolo así, me levanté y me dirigí a él.

Aragorn-Deberías descansar-dije cuando ya estaba cerca de él.

Boromir-No encontraré descansó aquí-

Boromir-Oí su voz en mi interior. Habló de mi padre y de la caída de Gondor. Ella me dijo "incluso ahora hay esperanza". Pero yo no la veo. Hace tiempo que la hemos perdido.-dijo cabizbajo.

Me dispuse a sentarme junto a él escuchando atentamente sus palabras.

Boromir-Mi padre es un hombre noble, pero su mandato decae, y nuestro pueblo pierde la fe. Confía en mí para ordenar las cosas, y lo haría, restablecería la gloria de Gondor. ¿Has llegado a verla, Aragorn? La Torre Blanca de Ecthelion, brillante como una aguja de nácar y plata; sus pendones ondean con la brisa temprana. ¿Te han recibido alguna vez con el claro sonido de las trompetas de plata?-dijo melancólico mientras me miraba.

Aragorn- Vi la Ciudad Blanca, hace tiempo-le contesté.

Boromir-Algún día nuestros pasos nos llevaran allí, y el centinela de la torre dará la nueva: ¡Los caballeros de Gondor han regresado!-

Perspectiva de Edora

Los recuerdos me abrumaban: los gritos de Frodo ante la caída de Gandalf, el sacrificio en la Atalaya, los lamentos de los hobbits al no poder defenderse como ellos quisieran, todos se repetían en mi cabeza una y otra vez sin descanso alguno.
Me dispuse a levantarme y dar un breve paseo por aquel bosque.
La compañía dormía o eso creía yo pues al abandonar aquel lugar alguien me siguió.

Merry-Edora-susurró.

Edora-¿Que hacéis despiertos?-dije refiriéndome a ambos hobbits.

Pippin-Podríamos hacerte la misma pregunta-me dijo retándome.

Pippin-¿Podemos ir contigo?-

Edora-Venir, demos un pequeño paseo-

Los primeros minutos de nuestro paseo fueron silenciosos, aunque a leguas de distancia se notaba que los hobbits tenían preguntas que buscaban que las respondiese.

𝐸𝐷𝑂𝑅𝐴 𝐼 Where stories live. Discover now