Capítulo 2- Problemas a la orden

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Halley mira a Donovan y a Jacob, quienes también la tienen en su centro de atención. Ellos se miran entre sí, Donovan mueve la cabeza y le indica a Jacob que vaya con Halley, mientras él se queda sujetando al chico que se supone, es una víctima.
—Vaya, vaya. Miren qué tenemos aquí —menciona el rubio—. Una espía. —Camina hacia Halley.
Ella retrocede un paso. Jacob llega hasta ella y se agacha para quedar a su misma altura, mirándola a los ojos.
—¿No te han enseñado que es muy descortés espiar a la gente, pequeña?
Halley siente que sus rodillas se debilitan, pero aún así no puede apartar la mirada de él. Su voz no sale.
Jacob se endereza y se cruza de brazos.
—Contesta.
—Yo... Yo no espiaba.
Jacob mira a Donovan.
—¿Tú crees que no espiaba?
—Definitivamente, espiaba —responde Donovan—. Y tal cual dicen por allí: la curiosidad fue lo que mató al gato.
Jacob se pone una mano en la quijada.
—¿Y qué debemos hacer con las personas que les gusta espiar?
—Hay que enseñarles a no hacerlo.
Halley retrocede algunos pasos, pero al hacerlo choca con algo fuerte. Se gira lentamente y siente escalofríos al encontrarse con unos ojos sombríos. Es Hunter Hayes, la mira fijamente y ella se queda sin voz, paralizada.
Hunter mira a los otros tres.
—¿Qué pasa aquí?
—Diablo, la chica nos vio mientras nos encargábamos de este... amigo —explica frotando la cabeza del chico acorralado.
Jacob da un paso al frente.
—No podemos dejarle pasar esto por alto.
Hunter baja la mirada nuevamente hacia la pequeña e indefensa Halley. Ella está petrificada.
—Vete —le dice en un tono bajo.
Halley lo mira sin entender. Él vuelve a hablarle.
—Vete, ahora.
Ella se sorprende, pero reacciona de un momento a otro y se va rápidamente.
Jacob se acerca a Hunter.
—Oye, ahora nos va a acusar. Debimos hacer algo para que no hablara.
Hunter se acomoda las mangas de la camisa del uniforme.
—Mujeres no.
—Pero ella...
Hunter lo mira fríamente.
—Dije que mujeres no, y punto.
—¿Y si ella va a decir algo? —inquiere Donovan.
—Sí. Nos puede acusar con mi mamá. De por sí ella ya me tiene amenazado con mandarme a una escuela militar —agrega preocupadamente Jacob—. Prefiero mil veces estar aquí que en ese lugar.
Hunter se pone a pensar. Luego camina en medio de Jacob y Donovan.
—Entonces hay que vigilarla.
Jacob y Donovan se miran. Luego Hunter se acerca al chico acorralado.
—Y tú... —Lo agarra de la camisa y lo levanta—. Más te vale que me digas a dónde se fue esa rata cobarde de Min Ho.











Halley llega apresuradamente a su salón y se sienta. Estaba aún nerviosa por el incidente con aquellos chicos. Lo que menos buscó al llegar al internado fue meterse en líos, pero al parecer los líos siempre la encuentran. También tiene la sensación de que nadie la quiere allí, porque solo James fue realmente gentil con ella. Aunque eso no le mortifica, ya que está allí para estudiar y para más nada.
Suspira. Luego de unos minutos ve a Jade entrar al aula y se sienta atrás sin hablarle a nadie. Halley notó, desde que llegó, que ella es muy asocial, como si nadie le cayera bien. O era eso o simplemente tanto ella como la tal Alexa no le caían bien.
Thomas entra y se sienta a dos sillas detrás Halley.
—Oye, chica de gafas de la primera fila.
Halley se gira a verlo.
—¿Esto es tuyo? —le pregunta él, mostrando un bolígrafo que recogió del suelo.
—Sí, es mío. Gracias.
—Entonces toma. —Se lo ofrece.
Halley se sonroja, pero lo toma. Thomas la observa.
—¿Estás bien?
—¿Yo?
—Lo digo por lo de ayer. Lamento mucho lo que te hizo mi prima.
—¿Tu prima?
—Sí, Alexa. Fue ella quien pateó el balón que te golpeó.
Halley, quien pensó que Alexa y Thomas eran novios, se sorprende.
—Estoy bien.
—Discúlpala. A veces ella suele ser un poco extrema.
—Yo no quería quitarle su puesto. No tengo problemas con devolvérselo.
Thomas sonríe, haciéndose ver más atractivo de lo que ya era.
—Tranquila. Es más, si ella te dice algo yo me encargo de arreglarlo.
Halley sonríe tímidamente. En ese momento entra Alexa, quien la mira de arriba a abajo con una ceja alzada. Por ello, se da la vuelta y mira hacia el tablero. Alexa se sienta tras Thomas y le habla.
—¿Qué haces hablando con esa nerd?
—Alexa, no empieces —pide él en respuesta.
Poco después toda la clase se queda en silencio.
Halley cree que se trata del profesor que ha llegado, pero ve que es Hunter el que entró al aula. Él la mira. Ella agranda los ojos y aparta la mirada rápidamente.
Hunter continúa caminando directamente hacia su silla al fondo del salón. Al sentarse en esta sigue mirando a Halley, y aunque ella no lo estuviera viendo siente su mirada intensa sobre ella.













Al salir de clases Halley va a la cafetería. Pide un emparedado de jamón, una manzana y un jugo de uvas.
Toma su bandeja y se dirige a las mesas. Mira hacia todos lados y ve a los grupos en sus respectivas mesas. Busca al único que parecía haberle ofrecido amistad, James, pero no lo ve. Resignada a estar sola como casi siempre, se sienta en una mesa vacía. Cuando se encuentran terminando de comer su emparedado, dos personas se sientan junto a ella, cada uno a sus extremos. Estos no eran otros que Jacob y Donovan.
—¿Por qué tan sola? —pregunta el primero alzando una ceja.
Ella se sobresalta. Donovan toma la manzana de su bandeja y la muerde.
—¿No quieres compañía?
Halley los mira de forma intercalada, con mucho nerviosismo.
—¡Aw! Mírala —se burla Jacob con una sonrisa—. Se quedó muda.
Ambos chicos ríen y chocan los cinco. Halley empieza a recoger sus cosas.
—Con permiso. —Trata de levantarse, pero Donovan la jala del saco del uniforme y la hace volver a sentarse.
—Yo te recomiendo que no lo hagas, a no ser que quieras problemas.
—Problemas aun mayores de los que ya tienes —comenta Jacob.
Halley se queda fría y Jacob se acerca a su oído.
—Escúchame, al atardecer irás a donde te diremos, y si no lo haces nosotros vamos por ti a donde sea que te escondas.
Donovan también le habla al oído.
—No es broma, así que más te vale que vayas. Te veremos en un viejo salón que se encuentra tras el cuadro de béisbol.
Jacob jala una mejilla de Halley.
—Y cuidadito con decirle algo a alguien, porque será peor para ti.
Donovan se levanta y se lleva un dedo a la boca, haciendo señal de guardar silencio; Jacob mira a Halley de forma intimidante y se levanta también, luego los dos desaparecen, dejando a Halley en shock con una sensación de escalofríos recorriéndole todo el cuerpo.











Después de las clases, Halley está en su habitación sentada en su cama mirando hacia el suelo. Tiene presente en su mente lo que aquellos chicos le dijeron. Ellos la estarán esperando al atardecer en un viejo salón tras el cuadro de béisbol del instituto.
Ella no sabe qué es lo que harán los dos, pero se imagina que no es nada bueno. Por ello tiene miedo, porque si va es malo, pero si no lo hace también lo sería, ya que ellos la buscarán y no la dejarán en paz. Se siente atrapada. Tal vez su única opción es salir corriendo, aunque quizás tampoco eso sea lo mejor.
Es una de esas situaciones en que te encuentras sin saber qué hacer, así que en este momento solo se puede quedar allí sentada mirando al suelo sin hacer nada. Ni pensar que ella no busca problemas con nadie, pero ya los tiene.
Cuando empieza a bajar el sol, mira por su ventana.
Jade entra a la habitación. Tal como siempre lo hace no le habla y se va directo a su cama para acostarse a escuchar música. Halley la ve por un momento. Para ella es triste no tener a nadie a quien contarle sus cosas, aunque de todos modos no puede contar nada, ya que los chicos fueron muy claros con ella respecto a que no debe decirle a nadie.
—No queda de otra —se dice a sí misma.
  Teniendo apenas una pizca de valor, decide salir de la habitación para encontrarse con su destino, sea cual sea. Lentamente camina hacia el lugar del encuentro. Pasa por el campo de béisbol, en donde ve a dos chicos jugar lanzándose una pelota. Estos la ignoran mientras ella les pasa cerca.

ENAMORADA DEL DIABLOWhere stories live. Discover now