Capítulo 13: Claro de Luna

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Fish y Peter se encontraban en el departamento, sumidos en un pesado silencio. La noticia de la muerte de su amigo y, de cierta manera, hermano, los había dejado aturdidos. Cada uno luchaba por asimilar lo ocurrido, tratando de encontrar consuelo en medio de la devastación.

Dentro de la habitación de Villalobos, Fish se aferraba a las sábanas que aún conservaban el calor de su presencia. Sus ojos estaban húmedos, pero las lágrimas se negaban a caer. La habitación parecía estar impregnada con el recuerdo de su amigo, haciendo que la ausencia fuera aún más palpable.

Fish: No puedo creerlo... No puedo creer que se haya ido, Peter.

En otro rincón, Peter estaba sentado en el suelo, abrazando una almohada con fuerza. La tristeza y la frustración lo embargaban, y aunque su corazón latía con dolor, las palabras no encontraban salida con facilidad.

Peter: Lo sé, Fish... No puedo creerlo tampoco... 

Ambos se miraron, compartiendo la misma sensación de impotencia y dolor. En ese momento, no culparon al otro. Se culpaban a sí mismos por no haber podido evitar lo que había sucedido.

Fish: Peter...

Peter: Fish, ¿por qué? ¿Por qué no pudimos hacer más?

La habitación parecía encogerse a su alrededor, mientras el eco del silencio resonaba en cada rincón. Peter terminó por levantarse, acostándose frente a Fish. Aunque Fish aún sostenía las sábanas en sus manos, se acurrucó contra su amigo en busca de consuelo.

Fish: Peter... Tendré que... tendré que informarle a mamá... a Hikary.

Peter sintió un nudo en la garganta al recordar a la doctora y asintió en silencio. Sabían que no sería una tarea sencilla. Lunaris apenas les había proporcionado información y, como compañeros y agentes de la ASEV, era de esperar que Hikary, siendo civil, aún no estuviera al tanto de lo sucedido.

Mientras tanto, de regreso en el hospital, la hora del almuerzo estaba por llegar y Hikary se adentró en la habitación de Villalobos. Llevaba consigo algo de comida para Violeta.

Hikary: Violeta, he traído algo para que comas.

Sin embargo, al llegar, se encontró con una escena que la dejó sin palabras. Violeta estaba en pleno proceso de la transfusión que estaba por terminar. Hikary sintió un nudo en la garganta, sin saber exactamente cómo reaccionar ante la valentía y riesgo tomado por la joven.

Violeta, visiblemente agotada y abrumada, balbuceó sus disculpas y expresó no se arrepentía de su decisión.

Violeta: Lamento... lo siento mucho... No... no me arrepiento.

Hikary se acercó con delicadeza, tratando de encontrar las palabras adecuadas para consolar a Violeta en ese momento de vulnerabilidad. 

Hikary: Violeta, entiendo que estés tratando de salvarlo, pero también necesitas cuidarte a ti misma. No te culpes. Estamos aquí para apoyarte.

Sabía que la joven estaba pasando por un momento extremadamente difícil, y lo único que deseaba era apoyarla en lo que fuera posible. Ayudándola a recostarse al lado de Villalobos, permitió que descansara antes de que pudiera comer algo. Besó su frente y suspiró con inquietud cuando Katherine irrumpió tímidamente en la habitación.

Katherine: Disculpa, Hikary, pero te buscan en recepción.

Hikary asintió, agradeció a Katherine y salió de la habitación con ella.

Mientras tanto, dejó a Violeta recuperando fuerzas y esperando que la situación con Villalobos no se complicara aún más. Sin embargo, no contaba con que nuevos médicos de la ASEV irrumpieran en la habitación junto con el personal médico, indicando que debían trasladar al paciente de inmediato.

Médico ASEV: ¡Despierta! Debemos llevar al paciente de inmediato.

Mientras tanto, el General y el Comandante buscaron la manera de sacar a Violeta de la habitación, pero ella, a pesar de su debilidad, trató de resistir.

Violeta: ¡Esperen! Estoy bajo custodia de la Directora Sekai. ¡No pueden llevárselo!

Sin embargo, los médicos y el personal médico se negaban a creer sus palabras.

General de la ASEV: No podemos tomar en serio tus palabras, señorita. Nadie tiene autoridad sobre nosotros en esta situación.

Mientras tanto, una enfermera se vio obligada a cuestionar sobre el procedimiento no autorizado que se realizó en el paciente.

Enfermera: ¿Qué procedimiento se llevó a cabo aquí?

Ante la presión, Violeta se vio obligada a confesar sobre la transfusión sanguínea, aunque lo hizo entre sollozos y con evidente angustia.

Violeta: Lo hice... le di mi sangre para salvarlo... por favor, deben entender...

Comandante de la ASEV: Lo que hicieron fue una violación de protocolo y puede tener consecuencias graves. No podemos permitirlo.

La tensión en la habitación aumentó mientras la situación se volvía más complicada. Violeta, sintiendo la constante sofocación por el collarín de energía, luchó por resistir mientras balbuceaba entre jadeos que no se veían anomalías de la transfusión.

Violeta: Por favor... escúchenme... No hay señales de rechazo... No... no hay complicaciones...

La enfermera, visiblemente frustrada, reprendió las acciones de Violeta como injustificadas.

Enfermera: Enfermera: ¡Señorita, esto no puede ser! ¡Ha cometido una imprudencia grave!

El General de la ASEV intervino, confirmando que Violeta sería enviada de regreso al área de alta contención

General de la ASEV: Ella será enviada de regreso al área de alta contención. Esto es inaceptable, especialmente tras el asesinato confirmado del agente James Villalobos.

La enfermera estaba a punto de retirar el catéter cuando Violeta, en un acto desesperado, cuestionó si al retener la anestesia podría dar paso a que Villalobos reaccionara después de la transfusión.

Violeta: ¿Y si... si retienen la anestesia, tal vez él... él podría...

El Comandante interrumpió sus palabras con ironía ante tal conjetura.

Comandante de la ASEV: ¿Dejar la anestesia? ¿Crees que podrías poner en peligro la vida de nuestro agente por una simple suposición? Eres demasiado atrevida.

Mientras trataban de sacar e inmovilizar a Violeta, la enfermera reconsideró sus palabras y, a pesar de la incertidumbre, decidió seguir su sugerencia. Sin embargo, ninguno de ellos estaba preparado para lo que sucedería a continuación.

Los monitores comenzaron a pitar con peligrosidad, anunciando que el paciente estaba entrando en paro. Sin embargo, aquello no era realmente lo que sucedía. Era una reacción a la solución de Claro de Luna que abundaba en la sangre de Violeta y ahora también en la de Villalobos. El personal médico temía lo peor.

En medio del caos y la confusión, la enfermera, junto con los médicos de la ASEV, intentaron estabilizar a Villalobos. Los intentos por revertir la situación fueron frenéticos, pero la emergencia ya estaba desencadenada.

Enfermera: ¡Necesitamos una descarga de desfibrilación, ahora!

Médico de la ASEV: ¡Rápido, prepara el desfibrilador, a 200 joules!

Los esfuerzos eran intensos, pero la situación parecía escapar de su control. Las lecturas en los monitores continuaban empeorando, y la desesperación se apoderó del personal médico. En medio de todo el caos, Violeta, atada y en estado de shock, observaba impotente la situación, sin comprender del todo lo que estaba sucediendo.

-"El Resurgimiento de Villalelphia"- @YumenonakadeWhere stories live. Discover now