Capítulo 43: Ecos de una Brecha Emocional

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El mediodía se posaba sobre el departamento de Violeta, y después de un intercambio de ropas, ella se encontraba usando su conjunto casual de hogar. Observaba a las visitas inesperadas mientras Katherine, abrumada, estaba sentada en silencio. Fish, por otro lado, balbuceaba nerviosa ante lo desconcertada que se sentía por lo ocurrido. Peter la había bombardeado con acusaciones de que Villalobos se había vuelto una bestia que casi lo atacaba y demás. Aunque no era del todo equivocado, Violeta, aún distante hacia Fish, le dejó claro que nadie había sido lastimado, al menos no de gravedad.

Violeta: Nadie resultó herido, Fish. Las cosas se salieron un poco de control, pero están bajo control ahora.

Fish, visiblemente nerviosa, intentó articular una disculpa, pero antes de que pudiera hacerlo, Villalobos, saliendo de la ducha de Violeta y usando su pijama color vino, interrumpió a Fish con firmeza.

Villalobos: ¿Preocupada por mí, Fish? Eso es nuevo.

Fish, sorprendida por la repentina aparición de Villalobos, se quedó enmudecida. Su deseo de acercarse a su hermano, que había vuelto después de tanto tiempo, se enfrentaba a la conciencia de la distancia que ella misma había creado al distanciarlos. La encrucijada dejó a Fish sin saber qué impulso seguir.

Villalobos, cruzando los brazos, la miró con una mezcla de escepticismo y desconfianza.

Villalobos: ¿Qué te trae por aquí, Fish? ¿O solo te preocupas cuando las cosas se ponen peligrosas?

Katherine, al ver a Villalobos mejor de lo que esperaba, no dudó en levantarse y correr hacia él con rapidez. Lo envolvió en un abrazo de alivio que Villalobos no rechazó. Rodeando sus hombros, giró su atención hacia ella.

Villalobos: ¿Estás bien?

Katherine, abrumada por lo ocurrido, solo pudo asentir. Sin embargo, su cola moviéndose de un lado a otro reflejaba su creciente inquietud. 

Katherine: ¿Estás bien? Estaba tan preocupada...

Villalobos, relajándose en el abrazo de Katherine, asintió.

Villalobos: Estoy bien, Katherine. Gracias por preocuparte.

La atención de Violeta se centró en ellos, y suspirando, le aclaró a Villalobos que ni él ni Peter la habían lastimado, por lo que podría despreocuparse por ello.

Violeta: Ninguno de ustedes se lastimó, así que pueden dejar de actuar como si hubiera ocurrido algo terrible.

Las palabras de Violeta fueron un alivio para Villalobos, pero no para Fish. Ella se mantuvo en silencio ante la escena, anhelando poder abrazar nuevamente a su hermano, que ahora sentía más distante que nunca, pese a tenerlo a unos metros de distancia. La tensión entre ellos persistía, y Fish luchaba internamente con la culpa y el deseo de reconciliación.

Tras unos momentos y dando fin a la conversación, Katherine y Fish se disponían a dejar el departamento. Sin embargo, cuando Violeta se disponía a cerrar la puerta detrás de ellas, la felina la interrumpió tomando su mano repentinamente para cuestionarla sobre su herida.

Katherine: Violeta, ¿qué pasa con tu mano? ¿No deberías revisarla?

Violeta, incómoda, trató de soltarse y restarle importancia.

Violeta: No es nada, solo un rasguño insignificante.

Pero la insistencia de la felina inquietó a Violeta. Cuando trató de negarse, se encontró con la mirada suplicante de Katherine, que le indicaba que quería animarla a que hablara con Villalobos, quien ya se encontraba en la cocina preparando algo para comer.

Katherine: Violeta, por favor, déjame ver. Podría infectarse.

Violeta, resignada, suspiró antes de reclamar repentinamente sobre algo sin sentido que molestó a Fish.

Violeta: ¡Estás siendo demasiado entrometida, Fish! ¿No puedes simplemente preocuparte por tus propios asuntos?

Pero antes de que pudiera continuar, Violeta tomó del brazo a Fish y la empujó hasta la puerta de la cocina. Allí, en un susurro, le lanzó una amenaza sobre no ayudarla si no hablaba con Villalobos.

Violeta: Si no hablas con él, no esperes que vuelva a ayudarte. ¿Entendido?

Sus palabras, pese a ser un susurro, dejaron aturdida a Fish, quien solo pudo ver cómo Katherine arrastraba a Violeta hasta la habitación bajo la excusa de "ver" la herida.

Fish, parpadeando repetidas ocasiones y tratando de comprender lo que acababa de pasar, respiró profundamente antes de tomar el valor necesario para ingresar a la cocina. Aun con timidez, esperó que su hermano estuviese dispuesto a escucharla. El sonido de la puerta cerrándose tras ella resonó, creando un momento de silencio tenso antes de que Villalobos, al percatarse de su presencia, dejara de revolver la olla y girara hacia ella con expresión seria.

Villalobos: ¿Qué quieres, Fish?

Fish, nerviosa pero decidida, se acercó un poco, jugando con sus dedos antes de hablar.

Fish: Necesitamos hablar, Villalobos. Hay cosas que necesito explicarte y entender.

Villalobos, con los brazos cruzados, la observó con cautela.

Villalobos: No hay mucho que entender, Fish. Tú y yo estamos en lados opuestos, y no creo que haya mucho que podamos decirnos.

Fish: Pero, Villalobos, yo...

Villalobos la interrumpió con un gesto de la mano.

Villalobos: Ya es suficiente, Fish. No hay necesidad de hablar de esto.

Fish, frustrada, pero sin rendirse, buscó sus ojos.

Fish: Solo quiero que sepas que no quiero perderte como hermano. No quiero que esta situación nos distancie más.

Villalobos, mirándola con dureza, no cedía.

Villalobos: Lo siento, Fish. Pero ya es tarde para eso.

Fish, sintiendo un nudo formarse en su garganta, trató de articular palabras, pero estas no salían y sus ojos comenzaron a cristalizarse. Villalobos, desinteresado, se giró para darle la espalda y continuar con su actividad, pero los sollozos y jadeos de Fish lo detuvieron. A pesar de las circunstancias y el paso de los años, lo que no cambiaba era lo profundamente que le afectaba escuchar a Fish llorar.

Titubeando en su firmeza, Villalobos buscó que saliera de la cocina sin siquiera mirarla, pero Fish, pese a las palabras entrecortadas, buscaba acercarse nuevamente a él.

Fish: ¡Villalobos, espera! ¡Por favor, solo escúchame!

Villalobos, apretando los dientes y manteniendo la mirada fija en la olla que revolvía, no respondió.

Fish, ahora al borde de las lágrimas, se acercó un poco más, extendiendo la mano hacia él como si pudiera tocar el muro invisible que parecía haberse erigido entre ellos.

Fish: ¡Villalobos, por favor, necesitamos hablar de esto!

Villalobos, sin mirarla, respondió con frialdad.

Villalobos: No hay nada más que hablar, Fish. Por favor, sal de aquí.

Fish, sintiendo el corazón roto, retrocedió lentamente mientras balbuceaba, intentando en un último jadeo ahogado llegar al corazón de su hermano. Sin embargo, sus palabras se vieron abruptamente interrumpidas por Villalobos, que gruñó con fuerza y dolor ante la distancia que Fish misma les había impuesto.

Fish: Villalobos, por favor, solo quiero...

Antes de que pudiera terminar, el gruñido profundo de Villalobos resonó en la cocina. Era una mezcla de frustración y dolor, expresando la profunda herida que sentía debido al distanciamiento entre ellos. Fish se detuvo en seco, sintiendo cómo el sonido vibraba en su propio pecho.

Villalobos, pese a su aparente indiferencia, estaba lidiando con sus propios demonios internos, y el sufrimiento de Fish solo añadía más peso a su carga emocional. La comunicación entre los dos hermanos estaba rota, y la brecha entre ellos parecía cada vez más difícil de cerrar. Con un último gruñido, Villalobos se alejó, dejando a Fish sola en la cocina con el eco de sus propias palabras no dichas.

-"El Resurgimiento de Villalelphia"- @YumenonakadeWhere stories live. Discover now