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Cinco días después Hyunjin estaba frente a su ordenador borrando uno tras otro la docena de mensajes que su madre le había enviado por correo electrónico a lo largo de la semana, después de que hablaran por teléfono. ¿Porque le había dado de pronto esa manía de que quería ir a verlo?

En ese momento se abrió la puerta de su despacho y al alzar la vista vio a Felix allí de pie.

- Hola, ¿ya has vuelto?

Felix avanzo hacia su escritorio era la misma mirada que le había dirigido cuando le había dicho que había mandado su coche al desguace.

- ¿Dónde está? - Le pregunto el joven, apoyando las manos en su mesa. Vaya parecía que estaba enfadado.

- ¿Dónde está el qué?

- Mi ropa- Le contesto el aún más enfadado- He subido a mi habitación por ropa para cambiarme después de darme una ducha y el armario este vacío.

- ¿Vacío?- Repitió él muy calmado, cruzándose de brazos y echándose hacia atrás en el sillón de cuero- ¿Has mirado en la ropa sucia?

- ¿Por qué iba a estar mi ropa limpia, que estaba colgada esta mañana en el armario, con la ropa sucia?- Quiso saber - ¿Y mis bóxer tampoco están en los cajones?

Hyunjin se encogió de hombros.

- Era solo una idea. Si quieres puedo preguntarle a la señora Sana si la ha visto.

Felix se enojó aún más, si es que se podía.

- Devuélveme mi ropa ahora mismo.

- No puedo devolverte algo que no tengo- Le contesto Hyunjin. Se levantó, fue hasta la chimenea tomo el atizador para remover los rescoldos.

- No habrás sido capaz...

Hyunjin volvió a colocar el atizador en su sitio y se volvió hacia él.

- ¿Capaz de qué?

El joven fue hasta donde estaba y se quedó mirando la chimenea, antes de alzar el rostro completamente furioso hacia Hyunjin.

- ¡¿Has quemado mi ropa?!

Por más que lo intento, finalmente Hyunjin no pudo contener la risa.

- ¿Y encima te parece gracioso?

- Necesitas ropa nueva

- ¿Qué?... ¿Y eso que tiene que ver?

- El otro día me dijiste que tenías dinero, ¿no? Entonces ¿qué problema hay? Cómprate ropa nueva y ya está.

- Si tengo dinero, ¡Pero no como para comprarme de golpe un armario entero!

- Bueno, en ese caso yo tengo la solución perfecta- Le dijo sacándose del bolsillo la tarjeta de crédito que se había negado a aceptar días atrás- Usa esto.

- Siempre tienes que salirte con la tuya, ¿no es eso?

- Felix tómala. Guarda tu dinero para cuando te haga falta de verdad.

- No lo entiendes, ¿verdad? No me siento cómodo teniendo más dinero tuyo. Lo que más odio es deberle algo a alguien.

- No me debes nada porque no me lo estas pidiendo, soy yo quien te lo está ofreciendo.

- ¿Y qué diferencia tiene?

- ¿Tienes idea de cuánto dinero tengo?

- Si, demasiado.

- Precisamente por eso. Déjame hacer esto por ti. Por favor.

Finalmente, Felix se calmó un poco.

- Esta bien, pero pienso devolverte todo el dinero que gaste. No sé cuándo, ni como, pero te devolveré hasta el último centavo.

Embarazado De Un Millonario | Hyunlix Kde žijí příběhy. Začni objevovat