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Rebecca se encontraba en la biblioteca con un enorme libro de cálculo diferencial y al lado un cuaderno con cinco problemas de la materia. La omega era un asco para los números. Era más que obvio que su inteligencia lógica matemática estaba muy poco desarrollada, no lograba entender nada de eso y estaba desesperada.

La castaña estaba tan sumida en los límites y derivadas que no notó cuando cierta alfa entró y la observó de forma para nada disimulada.

Chankimha había estado buscando a Rebecca después del almuerzo y de las clases. Cuando creyó que la chica se había ido a su hogar, la encontró en la biblioteca con aspecto desesperado, lo cual podía oler por alguna extraña razón, pues la chica traía inhibidor puesto o eso había escuchado de las amigas de la menor. Se tomó unos segundos para respirar y llenarse de valor para ir a hablarle a esa linda chica que la volvía loca desde hace muchos meses.

Ni siquiera sabía que le diría, pero sus pies ya se encontraban caminando en dirección a la mesa de la omega. Cuando vio lo que estaba leyendo sintió más confianza, eran números y al parecer la castaña no entendía nada del contenido del libro, por lo que fue una gran oportunidad para acercarse a la chica.

Cuando llegó a la mesa de la omega centró su atención en ella. Esos lindos ojos marrones la miraron con una pizca de confusión y miedo.

—H-hola. —dijo Freen tratando de sonar relajada.

—Hola... —susurró la menor. Hace mucho que no convivía directamente con una alfa que no fuera su madre o los amigos de ella. Los nervios la invadieron.

Freen se quedó callada al escuchar la bella voz de aquella castaña.

—Ehm, perdón por molestar y por ser una entrometida, pero pude ver que estas viendo algo de cálculo y por tu cara se nota que no entiendes nada, ¿o me equivoco? —la menor desvío un poco la mirada y negó con la cabeza— Me preguntaba si quisieras algo de ayuda con eso, digo, soy un año mayor y ya vi eso, además soy muy buena con los números.

Los ojos de la menor se iluminaron con un rayo de esperanza, pues esa atractiva alfa, la cual era la misma que había visto en el almuerzo y era amiga de la crush de Urassaya, no sólo le estaba ofreciendo su ayuda, sino que también no se estaba alejando por su aroma. Pero ese brillo duró poco, pues recordó que traía el inhibidor puesto; Rebecca bajó la mirada sintiéndose mal.

Freen pudo notar eso y como el aroma de la chica cambiaba.

Rebecca levantó la mirada, aún necesitaba ayuda en cálculo.

—Si no es mucha molestia, te lo agradecería mucho. —habló suavemente la omega.

La alfa dentro de Freen salto de alegría ante esa respuesta.

—Por cierto, soy Freen, ¿tú cómo te llamas? —la alfa le sonrió.

Ja, como si no supieras su nombre, edad, curso, grupo y el día de su cumpleaños.

Habló una voz dentro de la cabeza de la mayor.

—R-Rebecca.

—Que lindo nombre —Rebecca se sonrojó por el cumplido y susurró un, apenas audible, gracias.

La mayor sonrió antes de sentarse al lado de la castaña.

La omega de Rebecca se emocionó al sentir el cuerpo de la alfa cerca y se emocionó aún más cuando juntaron sus cuerpos por accidente. La menor no podía explicar la sensación y lo único que pudo hacer fue sonrojarse e intentar concentrarse en los límites y derivadas de su cuaderno.

En cuanto Freen estuvo más cerca de Rebecca pudo percibir más de cerca el dulce aroma de esta, eso la tranquilizó demasiado dejando de lado su nerviosismo.

Mientras Freen le explicaba a Rebecca sobre los límites, se pegaba más a ella de manera disimulada. Quería estar lo más cerca posible del cálido cuerpo de la omega.

Fue muy difícil para ambas poder concentrarse en la "tutoría" express y repentina que tuvieron, pero después de una larga hora de repaso y explicaciones, Rebecca pudo terminar su tarea con éxito.

—Enserio gracias por esto —dijo Rebecca un poco apenada—. No soy muy buena con los números y le he pedido tanta ayuda a mi amiga Urassaya que ya me da pena preguntarle.

El corazón de Freen dio un vuelco ante la ternura de la más baja. Le dio una radiante sonrisa a la omega y se atrevió a acariciar su cabello castaño.

—No hay de que Rebecca, siempre me gusta ayudar, y enserio no dudes en preguntarme si tienes duda en algo de cálculo —Freen pudo ver una perfecta oportunidad—. Es más, dame tu número y yo te daré el mío, así podrás comunicarte conmigo siempre que tengas problemas con la materia o con cualquier otra cosa no dudes en mandarme un mensaje o incluso llamarme.

Rebecca asintió y le pasó su celular a Freen y viceversa.

—Perfecto, ¿ya te vas? —preguntó la mayor en busca de no quedarse callada y crear un momento incómodo con su crush.

—Si, hoy me vino a recoger mi mamá.

—Entonces te acompaño a la entrada, yo también ya me voy.

Las dos recogieron sus cosas y se dirigieron a la entrada de la escuela.

Freen pudo distinguir a una mujer dentro de un auto saludando en su dirección, era la madre de Rebecca.

—Esa es mi mamá —señaló Rebecca—. Gracias de nuevo P'Freen.

—Ya te dije que no es nada Becky, nos vemos —sonrió al ver que la menor se había sonrojado por aquel apodo.

—Adiós. —por primera vez, Rebecca la miró a los ojos y una sonrisa apareció en sus labios. Camino de manera graciosa hacia el auto de su madre, la cual no dejaba de mirarlas, en especial a la alfa.

Freen se quedó quieta al presenciar aquel acto lleno de ternura. Su pecho se llenó de una sensación cálida, era la sonrisa más bonita que había visto en su vida.

Cuando el auto abandonó el lugar, Freen soltó un suspiro. Definitivamente estaba enamorada de Rebecca, no la conocía en muchos aspectos, pero esa sonrisa fue su perdición y lo último que necesitó para caer por esa baja y dulce omega.

Sacó su teléfono y llamó a Noey.

—¿Qué pasó, Freen?

—LO LOGRÉ, LO LOGRÉ. HABLÉ CON BECKY E INCLUSO OBTUVE SU NÚMERO —Freen no pudo evitar gritar cuando la alfa azabache contestó.

—Primero, no me vuelvas a gritar si no quieres que le ponga picante a tu comida, casi me dejas sorda —Freen odiaba la comida con picante y mucho condimento, le hacía mal—. Y segundo, felicidades Freen, sabía que lo lograrias. Y perdóname por amenazarte en el almuerzo, necesitabas un empujón. Oaey me contó lo harta que estaba de tí y de tu enamoramiento por Rebecca, además de que le desesperaba que no le hablaras.

Freen solo pudo reír ante todo lo dicho por su amiga y le agradeció por la amenaza, la armó de valor.

—Nos vemos mañana Noey y por favor no le pongas picante a mi comida, no te vuelvo a gritar, te lo juro. —la alfa azabache se rió con su singular risa para después decirle que no se preocupara.

Freen colgó aliviada el teléfono. Le tenía cierto miedo y respeto a Noey, porque a pesar de que Chankimha fuera una alfa pura y su amiga una común, le aterraba el temperamento de su amiga. Lo mejor era no ponerla de malas.

Con una gran sonrisa y un ánimo por los cielos, la alfa se fue caminando a la parada de autobús para llegar a su hogar.

Con una gran sonrisa y un ánimo por los cielos, la alfa se fue caminando a la parada de autobús para llegar a su hogar

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Sweet Scent - FreenBecky-Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz