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Tres días después de la comida con las madres de Rebecca, Freen recibió un mensaje de parte de la castaña.

Hola Saro

Perdón si te molesto, pero mañana tengo examen de cálculo y en verdad necesito ayuda.

La pelinegra sonrió enbobada y respondió.

Hola Becky, claro que te ayudo.

¿Quieres que vaya ahora a tu casa?

Rebecca le respondió rápido.

Si no es mucha molestia, si P'Freen, por favor.

De acuerdo, voy para allá.

La alfa respondió el mensaje, guardó su teléfono y tomó su mochila, se arregló un poco el cabello y salió de su habitación con dirección a la puerta de su casa.

–¿A dónde vas? –preguntó Nam sentada en el sillón.

–Con una... amiga, la voy a ayudar –la mayor se paró del sillón al escuchar eso.

–Voy contigo, ¿vas con la beta esa? –preguntó Nam con interés.

–Ahm, no, no voy con Oaey –dijo Freen un poco confundida, observando a su prima.

–Ah, entonces diviértete. –dijo la mayor volviéndose a sentar y perdiendo el interés por completo.

–De acuerdo... nos vemos más tarde Nam –dijo Freen aún confundida por el comportamiento de su prima.

Salió de su casa aún pensando en eso.

¿Pasó algo cuando cuando Oaey fue a dejar el videojuego?

¿Nam le hizo algo a Oaey o viceversa?

Diversas preguntas invadieron su cabeza hasta que llegó al hogar de la familia Armstrong. En verdad era una casa muy linda y pintoresca.

Tocó el timbre y esperó a que le abrieran.

La puerta fue abierta y una Rebecca con una tímida sonrisa fue lo primero que Freen vio. También un dulce aroma la invadió, era mucho más intenso de lo que Freen acostumbraba a oler. Tal vez Rebecca por fin había dejado de sentirse insegura sobre su esencia y estaba dejando de usar el inhibidor.

–Hola N'Bec –Freen le sonrió.

–Hola P'Freen, pasa –Rebecca se hizo a un lado y la dejó pasar.

Las dos subieron hasta la habitación de la menor donde estudiarían, Freen no veía por ningún lado a Rhian y Glaiza. La casa estaba muy silenciosa.

–¿Y tus madres, Becky? –preguntó la mayor dejando su mochila en el piso y sentándose al lado de Rebecca, frente al escritorio.

–Salieron –dijo Rebecca sacando su cuaderno de cálculo–. Creo que a cenar con unos amigos, algo así –la menor se encogió de hombros y sacó su lápiz.

–Ah... de acuerdo –dijo Freen tratando de quitar los pensamientos inapropiados que se estaban creando en su cabeza.

Estar en la habitación con la omega y sin nadie más en casa era una situación muy sencilla de pervertir.

–Empecemos, por favor, Phi –dijo la menor viéndola con una radiante sonrisa.

Freen se golpeó mentalmente al ver a su menor, ¿cómo podía imaginar aquellas cosas con esa chica que irradiaba ternura por donde la mires?

–Claro Becky, ¿en que tienes dudas?

–En todo Phi, soy muy mala para esto y ya olvide todo lo que vi en las últimas dos semanas. –dijo Rebecca haciendo un pequeño puchero.

Freen se derritió de ternura al verla así.

–Entonces repasemos todo. —dijo Freen tomando entre sus manos el cuaderno de la menor.

Rebecca simplemente asintió y centro toda su atención en la explicación de la alfa, o al menos eso intentaba. Extrañamente el aroma de la mayor se había vuelto aún más del agrado de Rebecca, haciendo que sus mejillas se calentaran.

La menor no había tomado en cuenta que su celo estaba por llegar pronto. Lo había olvidado por completo y todo gracias a Freen, ya que últimamente no podía dejar de pensar en la alfa.

Después de una hora y media, Rebecca suspiró aliviada y se recargó sobre la silla.

Por fin habían terminado, aunque la omega se distraía por el aroma de la mayor de vez en cuando, pudo entender absolutamente todo lo que Freen le había explicado.

La última hora y media también había sido muy complicada para Freen, ya que con cada minuto que pasaba el aroma de la menor se intensificaba y provocaba que la alfa se distrajera y por momentos la hacia olvidar todo lo que sabía de cálculo.

–Bueno, por fin terminamos Becky. –dijo Freen viendo a la menor y notando que sus mejillas estaban más rojas que de costumbre.

–Si, enserio gracias Phi. No se que hubiera hecho sin ti –dijo la menor regalándole una sonrisa a Freen. Esta se la devolvió y comenzó a guardar sus cosas.

–No es nada Becky, somos amigas y las amigas se ayudan –Freen le sonrió antes de cerrar su mochila– ¿Podría ir a tu cocina por un vaso de agua?

–Por supuesto Phi –dijo la menor– ¿Me traerías uno a mi también?

–Si, no hay problema –respondió la mayor levantándose de la silla en la que estaba para ir a la planta baja.

–Gracias –dijo la omega con una pequeña sonrisa.

Freen se la devolvió y abandonó la habitación. Cuando llegó a la planta baja suspiro aliviada. La dulce esencia de Rebecca la estaba mareando, era muy fuerte y en verdad deliciosa.

Llenó dos vasos con agua y hielo y comenzó a subir las escaleras.

Conforme subía, el dulce aroma volvía a invadir sus fosas nasales. Soltó un gruñido cuando la sintió aún más intensa, pudo sentir presión en sus pantalones y los nervios la invadieron.

Tal vez, muy probablemente, Rebecca había entrado...

Freen abrió la puerta lentamente y lo que sus ojos presenciaron hizo que la presión de su pantalón se intensificará hasta el punto de doler y que su respiración se hiciera más rápida.

La omega estaba tirada en la cama con sus ojos cerrados moviendo sus caderas en busca de fricción con su colchón mientras gemía y jadeaba.

Su rostro estaba comenzando a sudar y sus mejillas estaban más rojas que nada.

El olor de su excitación llegó a la nariz de la alfa y tragó saliva. Rebecca por fin abrió los ojos y volteó a ver a Freen con un brillo especial en sus ojos.

–S-Saro –dijo la omega haciendo más rápido el movimiento de su cadera –, ven aquí, por favor...

En celo... Rebecca había entrado en celo.

Y al parecer Freen se encontraba en la misma situación

Y al parecer Freen se encontraba en la misma situación

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Sweet Scent - FreenBecky-Where stories live. Discover now