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‼️LAS CASTAS ESTAN EXPLICADAS EN EL CAPÍTULO ANTERIOR‼️

Hoy sería un día especial, por fin la temporada veraniega había llegado, eso significaba dos cosas, que el calor en la casa tanto en el exterior estaría insoportable y la segunda la cual le alegraba más era que llegarían las festivales del pueblo ...

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Hoy sería un día especial, por fin la temporada veraniega había llegado, eso significaba dos cosas, que el calor en la casa tanto en el exterior estaría insoportable y la segunda la cual le alegraba más era que llegarían las festivales del pueblo como la feria y el festival de clanes, cada año en el centro del pueblo llegaban cientos de personas de otros clanes y reinos dónde se vendía comida representativa de cada lugar y se haría la selección de los jóvenes que entrenaban para caballeros, normalmente el ni su madre saldrían en esas fechas pero este año sería la excepción ya que podrán ver a Aldo y a Mariana después de 3 años de su duro entrenamiento. Había recibido algunas cartas de ambos hermanos durante esos años pero no era lo mismo a estar con ellos cara a cara y poder volver a abrazarlos y si tenían suerte podrían pasar por desapercibidos por mujeres de acero del clan Czos ya que las mujeres de ese clan suelen usar ropas así durante fiestas.

Una noche antes del tan esperando día para los hermanos "Yuit", habían preparado algunas cosas para sus amigos, Roier preparó una de las galletas que tanto les gustaba a los dos demonios caninos, para su gusto eran horribles pero quién era el para juzgar, Rivers por su parte les compro algunos dulces del clan Ártico como chocolates y tés que solo vendían en aquellos pueblos helados. Acomodaron las galletas en pequeñas bolsas de 5 cada una, prepararon algunas más para los adultos "Baas" ya que sabían que si no les daban algunas lo más probable es que les robaran algunas a sus hijos.

Por primera vez en su vida Roier no pudo dormir por la emoción de ver de vuelta a sus amigos de la infancia, sentía que la noche no avanzaba viendo de vez en cuando la ventana para ver cuánto faltaba para que la luna acabará su recorrido por el ci...

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Por primera vez en su vida Roier no pudo dormir por la emoción de ver de vuelta a sus amigos de la infancia, sentía que la noche no avanzaba viendo de vez en cuando la ventana para ver cuánto faltaba para que la luna acabará su recorrido por el cielo estrellado.

Cuando por fin llegó el amanecer fue el primero en levantarse, incluso más temprano que su padre que ese día tendría que estar cuidando el templo a diferencia de su hermana que tenía el día libre, preparó la ropa de su madre y hermana, junto al desayuno de su padre que una vez despertó solo lo veía dar vueltas por toda la casa con una pequeña sonrisa en su rostro.

El papel también corta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora