Quién es Jauregui???

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Horas despúes....

En efecto, tal y como había previsto la gendarme, sobre las seis de la tarde el médico hizo su incursión en la enfermería. Vistiendo pantalones beige, polo verde y con la bata pulcramente abrochada, me sonoro mostrando sus dientes blancos y haciéndome una ligera inclinación de cabeza sin ni siquiera despeinarse.

-Soy Shawn Mendez. anunció...Médico de día y superhéroe de noche.

Ante su tono serio y franco, no pude por menos que echarme a reír, asintiendo con la cabeza ante su inusual presentación.

-Encantada. le dije, estrechándole la mano. Dejando el maletín sobre la mesa, volvió a sonreírme.

Me di cuenta de que observaba con cuidado todo lo que yo había hecho en apenas unas horas, la estancia lucía más limpia a simple vista. También noté que aquel hombre no debía tener muchos años más que yo.

- Por lo que veo, estoy de suerte. No solo me han traído una ayudante, sino que además es una florecilla, recalcó, con retintín.

- ¿Te han dicho ya lo loca que estás por haber venido?

- Un par de veces. reconocí, no muy contenta con el término «florecilla».

- No voy a decirte que es la mejor decisión que has tomado en tu vida, porque te mentiría. Pero no debes preocuparte en exceso, a nosotros las presas nos respetan bastante, saben que somos los únicos que pueden proveerles medicinas y recomponerles cuando se rompen alguna extremidad.

- Perder. Estoy tranquila, no se preocupe, doctor Mendez.

- ¡Por favor! Llámame Shawn, declaró, sonriendo

- Después de todo vamos a pasar muchas horas juntos, ¿no? Debemos llevarnos bien.

Afirmé, pensando que él tenía toda la razón. Me sentí un tanto más segura con su presencia, al menos ya no estaba sola o con la alguacil cuyas caras largas e inmensos ratos de mutismo empezaban a desesperarme seriamente.

- Me han comentado que ya has vacunado a todas las presas, dijo.

-Así es. Esta misma mañana.

- ¿Ha habido algún problema? ¿Ha ido todo bien?

- Todo muy bien, apenas se han quejado del dolor, comenté, risueña.

- Lamento que tuvieras que hacerlo a solas con la gendarme. Debería haber estado también el encargado para evitar problemas.

- No hubo problema alguno, repetí. él ascendió, dándome la razón.

- Si hay algo que necesitas saber o alguna pregunta que quieras hacerme... ofreció, poco después.

Me mordí la lengua forzando a todos mis músculos a callar, pero me fue imposible. La curiosidad no hacía más que bullir en mi interior, como si de una potente olla a presión se tratara.

- En realidad... sí hay algo que quiero saber...tanteé - Algo sobre una de las reclusas.

- Si necesitas sus antecedentes, alergias y demás, las tengo en este armario. Te haré una copia de la llave para que puedas acceder a el sin problema.

La Enigmatica JefaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora