Diciembre llegó....

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POV ......

Siempre era difícil volver a la vida real después de una infiltración especialmente dura y larga. Lauren Jauregui lo sabía bien, no por nada era la agente de la PDI que más veces había trabajado de infiltrada, motivo que le había valido un ascenso meteórico a subinspectora. No tenía problema en ausentarse de su casa y convertirse en otra persona, y tampoco le importaba si la misión se complicaba y resultaba más larga de lo que en un principio le habían dicho. Nadie la esperaba al volver, así que no tenía prisa en cruzar su umbral y retomar las cosas tal como las había dejado. Hasta ese momento. Ahora todo era diferente. Conocer a la enfermera de nombre Camila Cabello, ella había alterado su ritmo de vida y se había sorprendido a sí misma encontrándose tensa, nerviosa y desesperada por dar carpetazo a un caso importante al que había dedicado muchas semanas. Solo porque, en teoría, cerrar ese asunto la dejaría libre para poder hablar con ella, aclararle las cosas y ver si quedaba algo que salvar después de lo vivido. Las primeras horas una vez estuvo fuera de la carcel de Antofagasta, sucedieron rápido, como siempre. Presentó los informes, escribió las declaraciones, contestó preguntas e ingresó en la sala de cuidados de la comisaría para que le retiraran la baliza de seguimiento y le efectuaran análisis de distintos tipos para confirmar que su salud era adecuada después del confinamiento. La psicóloga le hizo el test acostumbrado después de cada infiltración y Lauren respondió de memoria a todas aquellas preguntas que ya se sabía. No mintió, pero tampoco pudo decir de verdad todo lo que sentía. Lo primordial era que nada obstruyera el caso, que nada pusiera en tela de juicio la culpabilidad del doctor Shawn Mendes, sujetándose a alguna confraternización inadecuada durante el operativo.

Cuando todo estuvo listo, volvió a su casa, metió la llave en la cerradura, abrió la puerta y dejó la maleta en el suelo. Lauren pasó sus primeras horas de libertad abriendo las ventanas y subiendo las persianas de todo el apartamento, sintiéndose agobiada al recordar la celda donde había tenido que vivir. Se duchó con agua caliente durante cerca de media hora y durmió. La primera noche, con la luz del pasillo encendida, solo para recordarse que ya no estaba en el penal, donde los horarios de las presas habían regido su vida, obligándola a vivir tal como ellas lo hacían. Era una mujer fuerte, ya había pasado por aquello en otras ocasiones, pero su mente estaba demasiado colapsada por lo que pasaría después, por lo que pudiera estar pensando en Camila en aquellas primeras horas, cuando digiriera la verdad, cuando fuera consciente de que la jefa. de la que se había enamorado, era en realidad una detective  encubierta de la que apenas sabía nada. Puede que los días en que no pudieran verse ni hablar bastaran para hacerla sentir que nada de aquello tenía sentido, ¿qué opciones tenía Lauren, realmente? Solo esperar a que Camila decida mantenerse firme en su idea principal de darle opción a explicarse, solo rezar, como nunca antes en su vida había hecho ni siquiera cuando esta corría peligro, para contar con el tiempo a su favor. De modo que pasó su primera noche en casa mirando el techo y fumando distraídamente dentro del dormitorio, algo que nunca había hecho, pero que deseaba solo para reiterar que podía.«Todo ha terminado» , se dijo a sí mismo. «Supéralo de una vez». Se quedó dormida sin saber si se refería al caso oa su relación con la enfermera.

Durante los días que siguieron, su rutina prosiguió inalterable. Dedicaba al trabajo más horas de las que eran recomendables y se negó en rotundo a tomarse la baja para descansar que sus superiores le habían propuesto. Se acostaba tarde y pasaba gran parte de la noche releyendo informes y asegurándose de que todas las declaraciones de los testigos estuvieran bien sujetas. Llegó a llamar tanto al fiscal que este terminó por amenazarle con dejarla fuera del juicio si seguía insistiendo.

Tiempo despúes....

El invierno pasó y diciembre avanzó hasta su segunda quincena antes de que el caso del, ahora ex doctor, Shawn Mendes fuera visto para la sentencia y declarado culpable por robo, estafa y tentativa de homicidio en primer grado, debido a las ingentes cantidades de morfina y heroína sin diluir que estaba suministrando a sus pacientes recluidas. Además, durante la vista se descubrió que tenía otros pequeños delitos acumulados en su haber, así como documentos oficiales que no estaban en vigor. La pena fue considerable. Jamás volvería a ejercer la medicina. 

La Enigmatica JefaWhere stories live. Discover now