Epílogo

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Estaba nervioso, muy nervioso.
Me miré al espejo, nada parecía ser suficiente, incluso había estado cuidando lo que comía solo para verme bien en este día.

--Hobi, romperas el espejo si sigues viéndote.

Me di la vuelta y apunté mi rostro.

--Quiero que sean honestos, ¿me falta maquillaje?

Jin viró los ojos y se golpeó el rostro, kook tenía una mueca.

--Joder Hoseok, el te conoció cuando te vestias de camisas anchas y cuadradas con busos y zapatillas ¿crees que a él le importara si te falta maquillaje? Antes ni usabas y lo has flechado.

Jin le dió un sape en la cabeza. Ambos se había hecho grandes amigos cuando kook había decidido ir a la prestigiosa universidad que finalmente ya no hacían aquellas crueles apuestas.

Kook se quejó murmurando en voz baja. Jin se paró delante mío.

--Eres muy guapo Hoseok, el mocoso tiene razón, antes no te arreglabas y le gustabas demasiado. Créeme, aunque estuvieras con mocos el solo te los limpiarla y te besaría. Tu maquillaje es sutil pero hoy... hoy te ves precioso, Yoongi tiene la suerte de casarse contigo. Y no sabes cuanto ha soñado este día a tu lado.

La imagen  de los mocos en mi cabeza me provocó una mueca, kook también la tenia y hacía señal de vómito. Pero cuando mencionó a Yoongi sentí las mejillas arder.

--Hoseok, no es como si el no te hubiera besado resfriado.

Bueno, no iba a negarlo aquello.

--Así que Créeme, hoy te ves espectacular.

Le di un fuerte abrazo, estaba muy nervioso ahora quería muchos abrazos, me sentía muy feliz. Mi pecho no podía con tanta emoción. Nunca creí que llegaría este día, antes de Yoongi podía jurar que nunca me casaría pero ahora, verme frente al espejo con mi traje blanco, con una corona de flores en mi cabello con ondas... se sentía mágico. Parecía un sueño, y me iba a casar con el hombre más amoroso del mundo, de mi mundo.

Pronto mi madre entró a la habitación.

--Muchachos, ya es hora__ dijo sonriendo, se acercó a mí y halagó lo guapo que me veía. Me dijo que Yoongi estaba igual de nervioso.

Moría por verlo, ya quería estar sujetando su mano.

Jin se llevó a rastras a kook. Minutos después también salí junto a mi madre, hasta que nos detuvimos frente a una puerta.

Atrás de ella podia oír las voces de los invitados. Volví a acomodarme el cabello y ajusté mi saco. Mamá me ayudó también, hasta que la llamaron en señal de que ya era hora. Abrimos la puerta y salimos al patio donde el amplio jardín estaba decorado con preciosas rosas, las telas de tul final y brillantes en todos lados.

Decidimos que la boda seria algo pequeña, solo nosotros y las personas sercanas. Aún así Yoongi había hecho la boda de mis sueños, su jardín era del tamaño ideal, era amplio y habían flores. Estaba atardeciendo y al mismo tiempo en que salí e hice presencia muchas lucesitas que parecían de cristales se encendieron y el piano empezó a sonar.

Desde esa distancia vi a Min Yoongi, con su traje blanco y cabello negro, su pálida piel haciendo contraste con el atardecer. Su mirada brillaba y tenía una preciosa sonrisa, espera por mi en aquel altar. Sonreí también, porque el es todo lo que en mis momentos más tristes deseaba con el corazón. Un gato negro y elegante estaba parado a su lado, alguien le había puesto un moño blanco, me dio una pequeña risa de ternura.

Si alguna vez pedí al hombre perfecto para mi, ahora lo tenía frente mío, junto a nuestro hijo adoptivo.

Camine a la par con mi madre, siguiendo la alfombra roja del suelo, en los pasos lentos que daba todo vino a mi mente.

Hermanos Min (Yoonseok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora