Lisa llevó a Jennie hasta la camioneta para resguardarla de la tormenta, miró a la chica quien aún tenía la mirada perdida en un punto fijo de la camioneta.
La tailandesa sacó de su chaqueta su teléfono, para avisar a Kai que había encontrado a Jennie, cuando esta se dió cuenta de lo que hacía su chófer, de inmediato la interrumpió.
— ¿Qué vas a hacer? — Preguntó alarmada.
— Avisarle a todos que ya te encontré y llevarte a casa — Le respondió tranquila.
—¡No! -—Gritó alarmada - No lo hagas, por favor - Pidió angustiada.
—¿Por qué?, ¿No quieres ir a casa? —Le cuestionó la más alta, Jennie solo negó cabizbaja.
Lisa miró el camino por unos minutos, antes de encender la camioneta y empezar a conducir para salir de aquella playa.
La lluvia aún no cesaba, parecía un diluvio en aquel momento.Ambas chicas no dijeron nada durante el trayecto, solo se quedaron en silencio, demasiado tortuoso para ambas pero aún así, ninguna dijo ni una sola palabra, ni de lo sucedido, ni de lo que pasaba entre ellas.
Jennie seguía con ese amargo sabor de boca después del recuerdo que vino a su mente mientras se ahogaba en las grandes olas del mar, seguía sintiendo esa misma importancia de cuando era niña, sentía su dolor y el de su madre aquella trágica noche.
Cuando Jennie salió de sus pensamientos, notó que habían llegado a una calle deteriorada y la gente ahí parecía... Extraña.
Un ambiente al que Jennie no estaba acostumbrada.Miró por la ventanilla y todos miraban con asombro la camioneta lujosa que se paseaba por esas calles, probablemente la mayoría de las personas de por ahí, jamás habían visto una igual.
-—¿A dónde vamos? —preguntó desconcertada viendo el panorama.
-—A mi casa, necesitas bañarte y nivelar tu temperatura, estás helada —Respondió Lisa sin dejar de ver el camino.
En los siguientes minutos el silencio tormentoso se hizo presente de nuevo entre ambas chicas, hasta que Lisa aparcó la camioneta fuera de un pequeño departamento. Jennie supo que habían llegado a su destino.
Lisa bajó de la camioneta y Jennie igual lo hizo, la tailandesa sacó las llaves de su apartamento del bolso de su pantalón y se dispuso a abrir la puerta, cuando esta al fin abrió, Lisa se movió del lugar para dejar pasar a la coreana a su humilde morada.
Jennie un poco apenada aceptó la invitación y entró al apartamento, el cual era pequeño pero acogedor, realmente parecía un hogar.
—Perdona el desorden, no esperaba visitas —Rió ligeramente la chica de ojos grandes.
Jennie asintió divertida.
Se quedó observando el lugar un tiempo, había fotos enmarcadas de Lisa adolescente junto a un hombre mayor, otras de Lisa con su motocicleta nueva en aquel entonces.
El departamento era pequeño, pero lo suficientemente grande para tener una sala comedor, un recibidor, un baño, una cocina pequeña y una habitación.—Toma asiento, iré por toallas y encenderé el calentador para que tomes un baño caliente —Agregó Lisa, Jennie solo obedeció.
La chica esperó paciente en el sofá de la sala a que Lisa apareciera de nuevo, esta casi en seguida, fue a su habitación y se escuchó como abrió las puertas de su clóset para sacar las toallas que había dicho y casi de inmediato apareció de nuevo en la sala con las toallas en mano.
Lisa se sentó al lado de la coreana, quien temblaba de frío, seguía un poco mojada por el reciente incidente, así que Lisa no dudó en arroparla con las toallas que había traído.
—Quédate aqui un rato para que recuperes la temperatura normal de tu cuerpo, en cuánto lo hagas, puedes tomar una ducha — Le dijo Lisa.
Jennie solo asintió.
-—Gracias - Habló al fin Jennie —Gracias por ayudarme y por siempre estar ahí, siempre estás ahí - Rió levemente.
Lisa la miró, esos ojos que le encantaba ver la estaban viendo también, esa armoniosa cara que amaba observar todos los días desde que se conocieron, estaban tan cerca pero tan lejos.
Lisa tomó el valor para poner la palma de su mano en la mejilla de Jennie, acariciándola, pero para su sorpresa, Jennie no se quitó, al contrario, buscó el tacto de la tailandesa, hundiéndose en él, sintiendo ese calor tan cálido que emanaba la mano de Lisa, la única mano que quería que la tocara, que la acariciara, más en momentos como ese.
— No me lo agradezcas —Dijo Lisa rompiendo con la burbuja que se había formado entre ambas —Yo solo quiero que seas feliz — Le dijo sinceramente.
Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Jennie, sintiendo ese cosquilleo en el estómago de nuevo, sintiendo como su corazón se apachurraba ante tal cumplido, amando cada sensación que si contraria le causaba. Simplemente estaba enamorada pero no quería aceptarlo, ni tampoco decirlo.
—Yo... - Tomó una pausa para respirar antes de hablar —Creo que te amo Lisa — Habló al fin.
Lisa no sabía cómo reaccionar, ¿Había escuchado bien?, ¿O solo fue su imaginación?
No sabía que decir ante aquella confesión, si bien ella igual amaba a Jennie, no quería decirlo, no quería admitirlo, porque eso sería tener que admitir y aceptar que había perdido, que había perdido su típica personalidad mujeriega y que se entregaría en cuerpo y alma a una sola chica, a un solo corazón. Lisa no sabía si aquello sería buena idea, pero definitivamente sabía que Jennie valía la pena y que no era una más.—Cuando me encontraste en el borde de mi mansión a punto de suicidarme, nadie podía salvarme... Excepto tú —Habló con sinceridad Jennie, captando la atención de Lisa —Mi vida ha sido tan caótica y deprimente que no había día que no pensara en morir pero cuando llegaste tú, mi cielo gris se tiñó de azul de nuevo, veía la vida con colores alegres y no con colores tristes —Suspiró — No sé qué... Clase de juego perverso estamos jugando, no sé que clase de embrujo estás haciendo para tenerme aquí, contigo, no quiero enamorarme de ti pero es casi imposible. Una cosa te digo, no dejemos de jugar este juego porque tú... -—Se acercó a Lisa acortando la distancia entre ambas, haciendo que la más alta se tensara ante tal movimiento —Eres todo lo que quiero —Y sin más, Jennie tomó de las mejillas a Lisa para besarla.
El beso fue tierno, un beso que solo era para acariciar los labios de la otra, sentirse mutuamente, conectar con sus corazones y averiguar de una vez por todas qué era lo que sentían.
Lisa abrazó por la cintura a Jennie mientras se besaban, quien al sentir esto, su cuerpo se hizo más frágil... Estaba a los pies de la más alta.
Ninguna jamás se había sentido de esa manera, Lisa era una chica que no le gustaba el compromiso, por ende, jamás se ataba a una sola chica.Por otro lado, Jennie era una chica adulta con corazón de niña pequeña que solo buscaba amor pero jamás encontró a alguien que la hiciera sentir especial, amada.
Todo el amor en su vida, desde su niñez hasta su adultez, fue un rotundo fracaso, y ahora que tenía a Lisa, lo que siempre buscó, era como una niña con juguete nuevo, no lo soltería jamás y amaría a su nueva pertenencia con el alma.

BINABASA MO ANG
MY BAD GIRL ~Jenlisa G!P~
FanfictionFINALIZADA Jennie lo tiene todo, un esposo guapo, trabajo, dinero, fama, lujos, todo lo que una chica desearía pero... Su vida es un desastre, pues su esposo Kai la trata como una basura. Vive una vida llena de golpes y humillaciones, hasta que encu...