OCHO

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Win  🐰

Esa noche, después de cenar, Win  se tumbó en la cama. A duras penas se creía que hubiera estado en la habitación del propio Bright Chiva-aree.

Recordó los trofeos de baloncesto, los pósteres, el libro de álgebra sobre las rodillas de Bright. Intentar concentrarse había sido una tortura. Había tenido que ir poco a poco, haciéndole preguntas a Bright para no descentrarse.

Aún olía a su colonia. Se apretó las muñecas contra la nariz, inhalando el aroma profundo de Bright, y suspiró.

Alguien llamó a la puerta y su madre la entreabrió para darle las buenas noches. Win  quería contarle todo lo que había sucedido:

—Está en el equipo de baloncesto. ¡Estoy loco por él!

Esa sería una forma gloriosa de salir del armario. A lo mejor podía invitar a Bright a casa:

—¿Mamá, papá? Os presentó a Bright, mi futuro novio.

Ya. No sucedería nunca.

Win  se lavó los dientes, se desvistió y apagó la luz del acuario. Metió la mano en el cajón de la mesilla de noche y sacó el anuario del año anterior. Lo hojeó hasta llegar a la página que contenía las fotos de Bright, cuya esquina había doblado, y sintió que se excitaba.

Así no iba a dormirse.

Dejó el anuario escolar y encontró la revista +18 que le había dado Gun. Pasó las páginas hasta encontrar la foto de un chico que llamó su atención, estirado desnudo sobre un coche eléctrico que había construido a partir de piezas de automóviles viejos, paneles solares y el ala de un planeador.

Antes de que Win  se diera cuenta, se había quedado dormido.

Cuando se despertó, la fuerte luz de la mañana le daba en los ojos. Su madre estaba sentada en el borde de la cama y le
acariciaba el pelo.

—¿Qué ha pasado? —le dijo—. ¿Te quedaste dormido sin poner la alarma?

Observó soñoliento mientras ella miraba en derredor. Toda la semana pasada le había dado la lata para que ordenase la
habitación. Se agachó y recogió algo del suelo.

Con un sobresalto, se despertó del todo. Su madre había cogido la revista.

Ella miró la revista con la misma expresión perpleja que se le ponía cuando hacía crucigramas.

—Win , ¿qué es esto? —Su voz era rígida y formal.

La cabeza le daba vueltas. Tenía que pensar rápido.

¿Qué podía decir? Uf, mamá, ¿cómo habrá llegado eso aquí? Mía no es, desde
luego. No sé de dónde viene.

Ella levantó la mano, como para acallar cualquier tontería que Win  pudiera soltar. Colocó la revista sobre la mesilla, se estiró la falda con brusquedad y se levantó.

—¿Qué tal si te vistes para ir a clase y hablamos abajo?

Y con eso, salió de la habitación. Win  saltó de la cama y metió la revista entre las sábanas. Como si le fuese a ayudar a esas alturas.

Nunca tenía que haberse llevado la estúpida revista. Iba a matar a Gun.

Inspiró profundamente y miró por la ventana. Su padre ya se había ido al trabajo, gracias a Dios. Se duchó y se lavó los dientes; se le cayó sin querer el tapón de la pasta de dientes en el váter.

Mierda. Recogió la revista de entre las sábanas y la metió en la mochila. A lo mejor a su madre se le olvidaba…

Sigue soñando.

Línea Arcoiris (BrightWin)Where stories live. Discover now