CATORCE

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Win  🐰

Una mañana, la segunda semana de diciembre, Win  llegó al instituto y se encontró a un grupo de estudiantes en el pasillo que señalaban su taquilla.

Cuando se acercó, se le cayó el alma a los
pies. En la parte frontal, con letras muy grandes, alguien había rayado el metal para escribir MARICÓN.

—Pobrecito —dijo una voz conocida.

Win  se dio la vuelta y se topó con Foei.

—Ay, ay. —Foei fingió poner cara triste y, enseguida, gritó—: ¡Qué pena, loquita mía!

Nonkul le dio un codazo y ambos se giraron para ver que Saussay se acercaba. Foei le gruñó a Win:

—Hasta pronto, guapa.

Saussay ignoró el comentario y se dirigió a Win :

—¡Opas-iamkajorn! Dile a Phunsawat que he transmitido la decisión acerca de vuestro club al comité.

Se fijó en la taquilla de Win  y miró rápidamente en dirección a Foei y Nonkul.

—¿Has dado parte de esto? —le preguntó a Win.

—¿Para qué? —respondió este.

Se estaba volviendo tan cínico como Gun.

Antes de ese año, nunca había entendido el nivel de abuso al que Gun se enfrentaba. Al estar en el armario y no hablar mucho de sí mismo en el instituto, había conseguido evitar las experiencias por las que Gun pasaba cada día. Ahora, la homofobia parecía salirle al paso desde todas partes: su familia, el instituto, Bright…

Win  había saludado a Bright en un par de ocasiones, pero en cuanto este último lo veía, se daba la vuelta y se marchaba en
dirección contraria.

Win  pensó: No tendría que haberle cogido de la mano en el cine. Era evidente que eso no era lo que Bright quería.

O, si lo era, claramente no estaba preparado para ello.

Win  se sentía estúpido por haberse hecho ilusiones. Tendría que olvidarse de Bright. A partir de entonces, no volvería a hablar con él.

Ese domingo, después de comer, Win  estaba tumbado en la cama intentando resistirse al impulso de contemplar la foto de Bright en el anuario… sin conseguirlo.

Desde el piso de abajo, su madre lo
llamó:

—¡Win ! Tienes visita.

Win  rodó para levantarse de la cama, se puso la gorra y trotó escaleras abajo, esperando encontrarse con Gun. Cuando llegó al rellano y vio al visitante, casi se cayó por la barandilla.

Abajo, desde el recibidor, Bright lo saludó tan tranquilo como un fantasma:

—Eh, qué pasa.

Le lanzó a Win una mirada avergonzada.

—Me preguntaba… si podrías ayudarme con las mates. Vamos, si no estás ocupado. Como dijiste que, si quería venir a verte, pues…

Win  se ajustó la gorra. ¿No había jurado que no volvería a hablar con Bright? No, ese no había sido él; habría sido otra persona.

—Claro, puedo ayudarte.

La madre de Win  le pidió a Bright el abrigo. Su padre pasó por el recibidor y le estrechó la mano para presentarse.

—Tienes un buen apretón de manos —le dijo a Bright—. Haces mucho deporte, ¿a que sí?

—Está en el equipo de baloncesto —dijo Win , orgulloso.

Línea Arcoiris (BrightWin)Where stories live. Discover now