«Soy una coreana embarazada que siempre se preocupara por su hermano, ¿por qué crees que siempre estoy ansiosa?»
Espero que les guste
Perdón por las faltas de ortografía
La historia es totalmente mía
Ya paso un mes desde que vine a Atlanta con Glenn, a la semana le conté todo a mí madre y me grito por una hora reclamando el porqué no le conté en ese mismo momento.
Y la tuvimos aquí por una semana entera para cuidarme y asegurarse de que estuviera bien, aunque si fue un dolor de cabeza para Glenn y para mi, aprecio qué viniera a verme.
Hace poco me contacte con Connor y le dije donde me estoy quedando así que acordamos qué hoy nos veríamos.
Glenn: Sigo creyendo que es mala idea que vayas a verlo sola —me estoy terminando de arreglar —. ¿No te estas arreglando mucho?
Hanna: Tranquilo león, qué sólo iré a verlo —lo miro por el espejo —. No hay ninguna esperanza de que vuelva con él, porque sigo persistente con mi decisión.
Glenn: Puedo pedir permiso en mi trabajo y…
Hanna: No, Glenn —volteo a verlo —. Ya mucho tenemos con que yo haya pedido permiso hoy como para que tú lo pidas.
Glenn: De acuerdo —levanta las manos rendido —, lo que digas.
Hanna: Si algo llega a ocurrir te juro que serás al primero en que llamaré —le aseguro —. Y recuerda que es el padre del bebé, tiene derecho a estar en su vida.
Glenn: Ese derecho inicia cuando el bebé salga de ti, no ahora —pongo los ojos en blanco —. Solo… avisame cuando llegues al lugar.
Hanna: Lo que digas, hermanito —él se aleja.
Al principio si dude en decirle donde estaba a Connor, incluso pensaba en pedir custodia completa del bebé sin derecho a visitas.
Pero es el padre y nada cambiará eso, el bebé no merece que alguien lo aparte de su padre y si alguien lo puede hacer es Connor.
Ahora demostrará qué tan comprometido esta con su hijo.
Termino de arreglarme y tomo mi bolso con mis cosas, salgo de la habitación y camino hacia la entrada.
Glenn: Al menos come algo —pongo los ojos en blanco.
Hanna: Glenn… iré a un restaurante y ahí voy a desayunar.
Glenn: Buueeeno, yo no más decía —reí —. Me mantienes informado de todo.
Hanna: Si, mamá —salgo del apartamento.
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Entro al restaurante y busco a Connor con la mirada, lo logro ubicar y me acerco a él.
Él rápido se da cuenta de mi presencia, se levanta, se acerca para abrazarme y darme un beso en la mejilla.
Connor: Me alegra mucho que por fin te hayas comunicado conmigo.
Hanna: No tenía de otra, sigue siendo tu hijo —me siento frente a él —. ¿Como has estado?
