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-Entonces, ¿vives por aquí?- Preguntó, jugando con sus pequeñas manos mientras caminaban a su hogar.

-Algo asi- Ladeó su cabeza, concentrando su vista en un auto color azul que pasaba por las calles al atardecer. Ambos regresaban de sus clases que iniciaban después del almuerzo y finalizaban poco antes de que se ponga el sol.

-¿Solo me acompañaste por qué si?-

-Si y no- Las respuestas del de ojos gatunos eran frias y acertivas para muchos, pero dejaban al pequeño con cientos de dudas en su cabeza.

Era su primer día en aquella escuela, con sus padres se habían mudado desde Malasia hasta Corea. A pesar del cambio que eso conllevaba, esperaba hacer amigos como cualquier niño de su edad, claro que el único problema que habia era que él era super tímido a la hora de acercarse a un extraño. Era algo contradictorio que sus progenitores le recordaran día a día que no debia acercarse o hablar con extraños, y ahora deba hacerlo solo porque era una instalacion que dicta saberes. Jisung no lo comprendia del todo.

-Vi tu direccion en la hoja de presentacion que hiciste para la maestra hoy, esa misma que se cayó al suelo y yo recogí- Jisung se ruborizó al recordar ese momento, era sabido lo torpe que llegaba a ser en situaciones que implicaran ser, al menos, el mínimo centro de atencion como: pararse de su asiento a entregar un trabajo -Mi casa queda practicamente en diagonal a la tuya-

El menor solo se limitó a asentir, ahora con sus manos tomando las correas de su pequeña mochila con dibujo de ardilla. Sus padres se le habían regalado justo cuando llegaron a la nueva casa, ya que solian repetirle que era tan tierno como una ardilla. Miró ligeramente a la mochila que colgaba en un hombro de su compañero, del cual aún no conocia su nombre, tenía colores alegres como la suya pero la diferencia era que ésta tenia un gato de color azul.

-¿Te gustan los gatos?- Se animó a preguntar con una sonrisa brillante.

-¿Oh? Ah, eso, si- Contestó una vez más de manera directa, haciendo suspirar a Jisung quien trataba de evitar un posible silencio incomodo -Mi mamá dice que podre tener uno cuando sea más mayor, no puedo esperar- Esas palabras que cualquier a diría con emocion, su voz no lo hizo notar.

-¡Eso es hermoso!- Juntó sus manos en su pecho con emoción -Nunca eh tenido una mascota, al menos no aún, nisiquiera lo había pensado-

-Nunca es mal momento para pensar acerca del futuro- Ahí fue donde pudo admirar la linda sonrisa que le había otorgado, también fijandose en los dientes de conejo que poseía. Jisung sonrió con más entusiasmo.


Pudo visualizar a los pocos metros su linda casa ahora pintada de un color turquesa, su papá Chan le había mencionado que mientras él estuviese en clase comprarian la pintura, le encantaba ese color. Justo al lado de la valla que separaba su casa de la del vecino, un gran ciruelo pintado con pequeñas flores color rosado, conectandose desde lo lejos en un arco con otro árbol igual, desde ahora lo que conocia como la casa de su compañero. Vaya coincidencia

-Creo que nos despedimos ya, te acompaño mañana para ir juntos, si gustas claro- Ofreció con las orejas levemente tintadas de rojo. Jisung sonrió.

-¡Me encantaría!- En un brincó abrazo a su mayor (por unos centimetros) un momento y se separo mirandolo con un aura brillante, pronto vió a su papá Seungmin salir por la puerta para recibirlo.

-¡Hannie!- Le llamó este.

-¡Voy!- Quiso correr a casa, pero recordó un paso fundamental -Oh, cierto, ¿Cómo te llamas?-


-Lee Minho- Su boca se curvó en una sonrisa de lado, con una de sus manos apuntó a la casa que anteriormente menciono que tenía otro ciruelo -Ahí, si me necesitas solo cruza la calle- Agitó su mano en un saludo, corriendo a su hogar.

-¡Nos vemos mañana!-

-¡Eso!- Escuchó el grito entusiasmado de su padre mayor, Chan -¿Viste eso Minnie? ¡Te dije que nuestro muchacho era el mejor!- Seungmin solo lo miro cariñosamente.



Podria decirse que desde ese día de clases, Jisung y Minho se volvieron mejores amigos. Iban y volvian de clases juntos, hablando de muchas cosas. Mayormente el menor de mejillas abultadas era el más hablador de los dos, aunque admiraba la infinita paciencia que podia tener Minho con él.

Cuando era torpe y botaba algo, le decia que se calmara y le daba un patpat en la cabeza; cuando las palabras se enredaban en su boca y salian desordenadas, Minho carcajeaba y lo corregía juguetonamente para que no se sintiera mal. Era la mejor compañia que habria pedido.

Ambos con 8 años, mismo pensamiento y gustos, distintas vibras. Podian pasar horas juntos sin aburrirse, hasta ya que las pijamadas en casa del otro se habían vuelto una clase de tradicion incapáz de romper.



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-¿Me prometes siempre estar conmigo, Lee Minho?- Le tendió el dedo meñique, en la oscuridad de la noche donde las estrellas eran las únicas testigos acompañadas del seco ciruelo, que yacía sin hojas dado el otoño.

-Siempre juntos, lo prometo, Han Jisung- Enredó sus dedos en una promesa "infantil" para los adultos. Ambos sonrieron con ojos brillantes, ellos eran dos mejores amigos, almas gemelas, destinadas a cruzarse y esperando nunca separarse. Como si se conocieran desde hace años, su conexion era innegable.


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Deja Vu - Minsung/HyuninWhere stories live. Discover now