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Nunew estaba terminando de beber la sopa de mariscos, cuando las puertas del comedor fueron abiertas y entró Lisa con una expresión radiante y llevando un nuevo hanbok. De su cuello, cargaba un hermoso collar con piedras preciosas, y escuchó las exclamaciones de las cortesanas a su alrededor.

El chico se forzó a sonreír, a pesar de que por dentro sentía el disgusto florecer. Quiso sentirse mal por estar pensando así, y más de quién era una gran amiga, pero no podía evitarlo.

-¿Cómo te fue, Lisa? -preguntó Jisoo, que había acabado de su plato minutos atrás.

-¡Bien! -Lisa se rió con torpeza, luciendo encantadora y preciosa- El príncipe me ha regalado estas cosas, ¿no son bonitas? Incluso tomamos desayuno juntos.

Nunew miró con desagrado su sopa, a medio comer. No le gustaba mucho ese plato, no era un gran fanático de los mariscos. Sumado a eso, su estómago se cerró por completo gracias a las palabras de Lisa.

-¿De verdad? -se animó Rosé-¡Es tan encantador, ¿no?! Dijo que podíamos salir a cabalgar algún día.

El muchacho ya lo tenía claro, era la tercera vez que Rosé lo decía desde que volvió el día anterior del cuarto de Zee.

-¿Y qué fue lo que hizo contigo, Lisa? -preguntó de pronto Jennie, y las chicas soltaron risitas de diversión. Parecían aprovechar que el sacerdote no estaba allí-. El príncipe es un hombre muy bien dotado por los dioses.

Más carcajadas estallaron. Nunew volvió a beber de la sopa, tratando de aguantar la sensación desagradable de la comida.

-¡No deberíamos hablar de eso! -chistó Rosé, pero tenía una risa enorme en su rostro.

-Me probó - confesó Lisa, y más chillidos se escucharon --. Él me desnudó entre besos y se metió entre mis piernas, ¡me hizo alcanzar el cielo!

Sus amigas no podían resistirse a gritar y emocionarse. Nunew hizo un pequeño puchero, tratando de mantener la envidia a raya.

- Yo también lo probé -intervino Rosé, en medio de las risitas hormonadas-, me arrodillé ante él y lo probé, ¡dijo que lo hacía perfecto!

¿Cómo sus amigas podían hablar tan desvergonzadamente? Nunew de verdad que quería reírse con ellas, pero resulta imposible, tanto por la vergüenza como por los celos al comparar lo que Zee hizo con él y lo que hizo con ellas.

-Nos tocamos mutuamente -habló Jisoo, ruborizada, pero alegre-, él se vino en mi mano y yo me vine con la suya.

Muchas más risitas y chillidos. Las chicas miraron a Jennie, expectantes a que la mayor hablara. Nunew no quería oír lo que diría ella, que era la que parecía más cercana al príncipe.

Los aretes de oro, que fueron el regalo de Zee a su prima, brillaban con cada nuevo movimiento. Era el regalo más ostentoso hasta el momento.

-Mi Príncipe se encargó de hacerme una mujer -fue lo único que contestó Jennie, y los chillidos escandalosos volvieron.

Nunew ya no tenía más ganas de comer, pensando en la forma en que Zee se comportó con él. Ahora estaba casi seguro de que sólo lo vio como un objeto con el que divertirse y por el que perdió interés. Una parte de Nunew quería ir a verlo, a pesar de que fuera grosero, y reclamar por su atención, sin embargo, otra pensaba en cómo haría para lograr que Zee posara sus ojos en él.

No era bonito como Lisa o Rosé, ni poseía la simpatía ni la voz de Jisoo, ni el carisma y erotismo que Jennie exhalaba. Nunew era... era sólo Nunew, nada más, y el príncipe parecía haberse aburrido de él.

Por otro lado... ¿estaría bien que él se ofreciera tan descaradamente a Nunew? El príncipe podría verlo como una ofensa, o peor aún, creer que Nunew estaba sólo para eso, para ser usado de forma sexual, y él no quería eso. Nunew era mucho más que una puta.

👑 JEWEL 🤴Where stories live. Discover now