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Nunew despertó cuando todas las cortesanas ya se estaban arreglando para la primera clase de ese día.

Se removió en su lugar, con muchas ganas de volver a dormir, pero sabía que tenía asuntos que resolver ese día. No estaría bien visto que faltara a sus deberes, y menos cuando ese día el sacerdote les iría a buscar para enseñarles sobre religión.

Se puso de pie, cansado. Casi de forma inmediata, Lisa se volteó a verlo.

—¡Nu! —dijo, contenta—. ¿Cómo te fue ayer? ¿Llegaste más temprano o...?

—No, no —suspiró Nunew—. Llegué tarde, nada más —bostezó, agotado—. Cenamos con el Emperador...

—¡¿El Emperador?! —gritó Rosé, sorprendida—. ¡Qué honor más grande, Nunew!

—No habrás metido la pata, ¿cierto, Nu? —preguntó Rosé, preocupada.

Nunew se rió ante la pregunta, sabiendo que su amiga sólo le cuidaba. Rosé parecía saber que Nunew tenía una entrañable capacidad para meterse en problemas, pero en su defensa, el chico no lo hacía a propósito.

—Claro que no —contestó Nunew.

—¿Cómo está el Emperador? —preguntó Jennie, tranquila y sin mirarlo, pues se estaba maquillando los ojos—. Mi tío es un hombre temible.

El menor tal vez no tuvo que interpretarlo así, sin embargo ¿no sonaba como una pulla hacia él? Recalcando el hecho de que el Emperador era su familiar, y peor aún, que ya le conocía mejor que él. Nunew no tuvo que enfadarse, pero sintió su sangre arder por el comentario, supuestamente, inocente de Jennie.

—Está muy bien —respondió, alzando su barbilla— El Emperador me pidió bailar para él y quedó muy contento con eso —añadió, orgulloso—. Él y el Príncipe Zee me felicitaron por mi danza.

Jennie se volteó a verlo en ese momento.

—Claro —dijo, sonriendo con algo que no supo interpretar bien— ellos son muy amables.

Su enojo aumentó, porque ahora sonaba como si ellos le hubieran mentido. ¿Qué se creía Jennie? ¿Pensaba que Nunew no tenía posibilidad alguna? Nunew ya no la encontraba ni un poco simpática, ni siquiera amable. Jennie estaba actuando como una mala persona.

Lisa, Jisoo y Rosé los contemplaban a los dos en atónito silencio, sin querer intervenir directamente en esa pequeña batalla que parecía haberse desatado entre ambas partes.

Para fortuna de todos (o quizás, menos de Nunew), las puertas fueron abiertas y el Sumo Sacerdote entró a través de ellas, listo para buscar a las Cortesanas y el Cortesano e ir a desayunar. El problema es que Nunew no se encontraba un poco listo.

—¿Todavía en la cama? —preguntó el Sacerdote, mirándole con ojo crítico—. Oh, no me digas que por tener una cita con el Príncipe ya piensas que estás exento de tus deberes, porque no es así.

—¡No he pensado eso! —se defendió Nunew—. Cumpliré con lo que se me pida.

—Entonces, ¿por qué no estás listo? —el hombre se veía demasiado irritado.

—Sacerdote —intervino Lisa, luciendo incómoda—, el Cortesano Chawarin anoche llegó tarde, fue a cenar con el Príncipe y el Emperador.

Nunew no sabía sí decirle eso fue mejor o peor. Por un momento, temió que el Sacerdote se hubiera quebrado el cuello cuando se volteó a mirarlo. El chico no tenía planeado contarle lo ocurrido, pero ya no tenía opción en ese momento.

—¿Y eso justifica este retraso? —escupió Park—. Tenemos muchas cosas qué hacer hoy, y si no quiere ir...

—De todas formas, no podrá ir —interrumpió otra persona, y todos se voltearon para ver a Mew aparecer—. Sacerdote, Cortesanas y Cortesano, disculpen que les interrumpa, pero vengo en busca del Cortesano Chawarin. Traigo regalos para él.

👑 JEWEL 🤴Where stories live. Discover now