𝐓𝐎𝐗𝐈𝐂; 𝐝𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐦𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲

004: he is her soulmate

004: he is her soulmate

Sophia Black había conocido a Cedric Diggory durante su primer año en Hogwarts, sucedió de una manera muy graciosa porque ella, motivada por su pasión sobre el quidditch, tuvo la grandiosa idea de ir a ver los entrenamientos del equipo de Hufflepuff para observar mejor sus jugadas. Ella había ido a los entrenamientos de todos los equipos, incluyendo el suyo, porque sabía que en su segundo año entraría al equipo como guardiana.

Lo que no esperó fue encontrarse con que el nuevo buscador, Cedric Diggory, chocaría accidentalmente contra ella mientras intentaba atrapar la snitch dorada. Resultó que quien terminó atrapándola fue Sophia, cuando esta fue a impactar contra su cara, llevándose a Cedric consigo. Él había intentado frenar todo lo que pudo para cuando notó hacia donde, o quien, se estaba dirigiendo. Sophia terminó con un ojo morado y el otro lloriqueando.

Cedric la había guiado hacia la enfermería con la señora Pomfrey, estaba aterrado al verla llorar, durante todo el camino se la pasó pidiéndole perdón, casi entre llantos, hasta que Sophia se hartó y le dijo que no era él quien tenía un ojo morado, por lo que no se atreviera llorar porque entonces ella se encargaría de usar su rostro de niño lindo como lienzo.

Él había reído entonces, pidiéndole perdón una vez más. Cuando llegaron a la enfermería no tardaron en atender a Sophia, la señora Pomfrey corrió a Cedric de la sala, diciéndole que había hecho suficiente, y Sophia observó el gesto culpable de Cedric sintiendo verdadera pena por él. Pero, fue solo cuando se lo encontró a su lado en la camilla, pues la habían sedado, con una caja de ranas de chocolate y muchas más chucherías, que ellos se hicieron amigos.

Su madre le había enseñado mucho sobre cómo uno podía reconocer a las buenas personas, remarcando la importancia de darles el mismo trato, pues no había cosa más inteligente en el mundo que saber elegir a sus amigos.

Sophia supo, a través de los años, que no se había equivocado con Cedric al elegirlo como su mejor amigo. Pero eso se reafirmó de manera definitiva durante su cuarto año. Cedric fue el único soporte que la salvó de caer en la locura cuando ella apenas y podía soportar el peso de despertarse viva cada día.

Su apetito se había ido desde la muerte de Katherine, no era capaz de pasar bocado sin que las náuseas la atacaran. Dormía poco y muy mal, a veces prefería quedarse despierta todas las noches para no tener pesadillas con su madre; se encontró a sí misma muchas veces tratando de distraerse, estudiaba todas las noches para no pensar. Su rendimiento en las clases bajó considerablemente, todo el colegio podía notar como el brillo de Sophia Black estaba muriendo lentamente; no participaba como antes, hablaba solo cuando se volvía estrictamente necesario.

Los demás estudiantes no tardaron en notar que la única persona con la que ella intercambiaba más de dos oraciones en un día era Cedric Diggory. Y algunas veces Harry Potter, quien Sophia sospechaba lo hacía por petición de Lily.

Pronto comenzó a ser más común, de lo que le habría gustado a Sophia, el hecho de encontrarse así misma llorando sobre el hombro de Cedric a media noche en las cocinas del colegio. Agradecía que él respetara su dolor como para estar dispuesto a acompañarla en silencio mientras ella se desahogaba.

Ella no habría podido expresar en palabras cuanto odiaba las condolencias que ahora estaba acostumbrada a recibir, no había manera de que pudiera explicarlo de manera que fuera suficiente. Detestaba la lastima, pero aún más la falsa lastima.

A pesar de que el pelirrojo no se quejara al respecto, Sophia se daba cuenta de cómo lo estaba afectando con sus propios problemas emocionales, puesto que Cedric comenzó a tener tantas ojeras como ella después de algunas semanas. Y, aún así, él jamás se quejó bajo ningún aspecto.