008: my boy

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008: my boy


La sonrisa que Sophia intentaba mantener para que los demás no notasen la tensión entre ella y Harry se estaba desmoronando con cada paso que él daba. Iba delante, podría decirse incluso que Sophia estaba persiguiéndolo por el pasillo, tratando de alcanzarlo a grandes zancadas.

Apretó los labios en una fina línea, podía sentir como su cara estaba volviéndose cada vez más y más roja. Lo único que escuchaba eran los zapatos de Harry azotar el suelo con cada violento paso que daba. Decidió, entonces, acelerar su propia velocidad hasta alcanzarlo y obligarlo a frenar cuando se plantó delante de él con el entrecejo fruncido.

—Hablemos, ahora —exigió.

Observó a Harry resoplar, irritado, como si ella fuera una verdadera molestia. Sophia no se sorprendió. La primera vez sí lo hizo, ahora solo estaba tan irritada como él.

—Bien, si no quieres hacerlo entonces no lo haremos, pero no iré siguiéndote como imbécil por todo el colegio, Harry James Potter.

Decidida a largarse de ahí, Sophia dio la media vuelta, sintiendo la vista nublada. Quería que no le dolería, pero lo hacía.

Entonces algo la detuvo, miró sobre su hombro solo para encontrarse a Harry sujetándola por el brazo para que no se fuera.

—Lo siento... lo siento de verdad.

Aquí está la cosa: al parecer Sophia era demasiado bonita para su propio bien, y sus elecciones de moda nunca dejarían de atraer la atención de todo el mundo a donde sea que estuviera, para la desgracia de Harry.

Harry sabía que muchos darían lo que fuera por tener siquiera una pequeña posibilidad de estar con Sophia. Y él no toleraba la idea de que a donde sea que entraran todas las miradas fueran a dar hacia Sophia, hacia sus llamativos atuendos y hacia su figura. Según él, no era justo. Él era su novio, ellos eran pareja. 

Resulta, entonces, que a Harry le molestan dos cosas; que a Sophia la miren otros hombres y que cuando están juntos las personas siempre la verían primero a ella que a él.

Sentirse invisible ante su presencia era algo que nunca pensó llegaría a pasar, pero lo hizo. Y no le gustó, en absoluto. Pero no podía decirselo, Harry reconocía que ese pensamiento resultaba extraño, incluso maníaco. No era ese el tipo de persona que deseaba ser.

—Lo hemos hablado, Harry...

—Lo sé, lo sé. De verdad lo siento, perdonáme —suplicó, mirando sus propios zapatos. Estaba de verdad avergonzado, avergonzado de sentirse celoso de ella. Pero, como ya quedó claro, él no iba a admitirlo—. Soy un pésimo novio, yo no debería... yo no debería hacer esto. Lo siento, no puedo evitarlo, no sé cómo hacerlo. Lo intento, intento que no me importe, lo prometo. Pero no puedo soportar pensar... saber que otros te miran, te miran e imaginan cosas... —sus facciones se contrajeron, eso genuinamente le molestaba. Detestaba a cada tonto que mantenía la esperanza de llegar a siquiera tomarle la mano a su novia—. No me gusta, y tú no tienes la culpa, solo te vistes tal y como lo deseas y eres muy hermosa —Harry lo odiaba, a veces incluso la odiaba a ella por seimpre vestirse como lo hacía—. Es imposible que los demás puedan ignorar tu presencia cuando estás con ellos, pero no deja de ser molesto. Me molesta que te vean como lo hacen, quiero protegerte de todas esas miradas lascivas que tanto detesto. A veces desearía que solo fueramos tú y yo...

—Harry... —Sophia no pudo evitar abrazarlo. Él le devolvió el gesto pasando sus manos alrededor de su cintura. Ambos sonrieron—. Debes dejar de permitir que cosas como esas te afecten. Y no puedes volver a hacerme esto, ¿entiendes?

—De verdad lo lamento, juro que haré lo posible para que no vuelva a suceder —susurró sobre su cuello, sintiendo el embrigador aroma floral de su loción. Entonces se alejó del abrazo y sus manos fueron a dar a las mejillas de Sophia, tomandolas para darle un corto y cariñoso beso. Pudo sentirla sonreír contra sys llabios y supo que él lo había conseguido—. Aunque, ¿sabes? Podrías... podrías solo usar alguna prenda más largas sobre tus piernas la proxima vez... —cuando observó como sus labios caían se apresuró a añadir—: Solo cuando vayamos a fiestas, cariño. Sabes que siempre hace frío al volver, no hay una ocasión en la que no te hayas quejado al respecto. Además quizás ayude a obstruir un poco la imaginación de cada tonto que te vea... Por favor, ¿lo harías por mi? De verdad no soporto que tantos hombres te miren, eres mi novia.

—Lo pensaré...

—Por eso te amo —le sonrió, plantándole un beso en la frente.

Sophia intentó sonreír, pero hubo una extraña sensación en su pecho que hizo que su intento de sonrisa titubeara. Prefirió ignorarlo.

𝐓𝐎𝐗𝐈𝐂; 𝐝𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐦𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora