Capítulo 23: Yo contigo, tú conmigo

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Darion recordaba perfectamente la primera vez que entreno con Peters. Vanyan le insistió en que lo hiciera, porque quería mostrarle las habilidades del nuevo profesor.

Peters cayó al suelo nuevamente, después de que Darion lo atizara con la vara de madera con la que entrenaban. Vanyan los contemplaba divertido, sentado en una roca. Darion pretendía demostrar que era mejor que el nuevo, y lo era, ciertamente, pero Peters siempre respondía levantándose con una sonrisa. No era capaz de hacer que se rindiera.

—Otra vez —volvió a pedir.

—Pero bueno, ¿es qué nunca se cansa? —dijo Darion, provocando la risa del elfo.

—Ya te he dicho que es persistente. —Peters atacó de nuevo y Darion respondió con rapidez, pero esta vez Peters fue más hábil que él y consiguió tirarlo al suelo—. Y también aprende rápido.

Darion le pegó una patada en las piernas a Peters, se levantó con rapidez y lo golpeó de nuevo con la vara, tirándolo al suelo una vez más.

—No lo suficiente —se jactó.

Esta vez Peters gruñó al levantarse, algo frustrado.

—Otra vez —pidió de nuevo.

Darion se sentía algo irritado. Peters era mucho más joven que él y aun así parecía estar casi a su nivel. Además, se notaba que Vanyan disfrutaba de su compañía. Todos estaban encantados con el nuevo profesor. ¿Acaso no hacía nada mal?

—Lo reconozco, eres bueno —admitió resignado.

—¿En serio? Vaya, gracias. —Peters parecía sentirse halagado viniendo de él—. Pero aún quiero seguir aprendiendo.

—Eso es bueno.

Vanyan se levantó y se acercó a ellos.

—Te dije que se parecía un poco a ti, no se da por vencido y siempre quiere saber más.

—En eso último es más como tú.

—Pues vaya equipazo haremos en el torneo —dijo Peters ilusionado.

Durante el verano representarían a Avalon en el torneo de Centauris. Era la primera vez que la escuela competía, a pesar de haber sido invitados durante años, pero les hacía falta el dinero del premio, y no pudieron rechazarlo.

—Ya tengo alumnos a los que entrenar, no tengo tiempo para instruir al niño grande de la escuela Norte.

—¡Hey!

—Hay que ganar ese torneo, o el curso que viene, muchos alumnos se quedarán sin beca —les recordó Vanyan.

Darion miró a Peters y lo analizó. ¿Incluir a alguien nuevo en el equipo, con quien nunca habían trabajado, era la mejor opción para ganar? No veía como eso los ayudaría, solo complicaría más las cosas, pero tampoco podía negarse.

—Como digas. —Le devolvió la vara—. Tengo asuntos que atender, ya entrenaremos para el torneo. Mientras tanto, enséñale tú para que no sea un estorbo.

Peters quería replicar, pero prefirió callarse. Aún era nuevo allí y no quería enemistarse con nadie, y menos con Darion, sabía lo importante que era para Vanyan.

—Creo que no le caigo bien —comentó cuando Darion se marchó.

—Últimamente, parece que no le cae bien nadie. No es él mismo desde que volvimos.

Aquello fue lo último que escuchó al irse. Ciertamente, nada era igual desde que estuvo en los guerreros de élite. La gente pensaba que el mundo estaba en paz, pero no era cierto, solo que ahora las guerras se ocultaban, y cualquier ataque era tratado como «un caso aislado» a ojos del mundo, para que no cundiera el pánico. Darion había visto cosas... Había sentido el caos en carne propia, la desesperación de no haber podido hacer más, de llegar tarde. Y toda su vida se sintió así, como si no fuera suficiente. Siempre debía esforzarse más que los demás, y ahora esa era su forma de vida: hacer más.

La magia de Avalon: Mestiza [Libro 2]Where stories live. Discover now