Capítulo 1: Regreso a Avalon

275 25 85
                                    

Darion abrió los ojos con algo de dificultad, había dormido bien, pero no mucho. Observó la habitación; por un momento olvidó que estaba en un hotel. Miró hacia el lado y sonrió al contemplar a su hermoso elfo durmiendo junto a él. Acarició su rostro, creyendo que estaba dormido, pero cuando iba a darle un beso, este se giró y abrazó la almohada.

—¿Te estabas haciendo el dormido? —cuestionó, haciéndose el ofendido.

—No... —mintió Vanyan sin ni siquiera hacer amago de mirar a su novio. Sonrió tratando de aguantar la risa por su tono ofendido.

Darion se acercó más, pasando la mano por su cintura.

—¿No vas a darme un beso? —le preguntó, y Vanyan negó con la cabeza—. Ah, o sea, ¿qué quieres más a la almohada que a mí?

—La almohada me deja dormir por las noches.

—Perdona, pero fuiste tú quien me asaltó anoche.

Vanyan se giró de nuevo y abrió los ojos por fin, mirando a Darion mientras trataba de contener la risa. El mago no pudo evitar sonreír al contemplar sus hermosos ojos azules por primera vez en el día.

—Mentira —replicó el elfo, a pesar de que Darion decía la verdad.

—Pues ahora sí que te voy a asaltar yo.

Vanyan rodó por el colchón y con un rápido salto salió de la cama, volviendo a esquivar a su pareja. Le gustaba verlo refunfuñar y reclamar su atención.

—Eres malo conmigo —protestó haciendo un puchero.

—Levanta. Hoy volvemos a casa, ¿recuerdas? —mencionó Vanyan entre risas.

—Justo por eso quiero aprovechar el poco tiempo que nos queda. —Darios se estiró sobre la cama y apartó la sábana, dejando ver su cuerpo desnudo—. Venga, vuelve a la cama. No me hagas rogarte.

Vanyan sonrió con picardía.

—¿Y qué pasa si justo es eso lo que quiero?

—¿Ah, sí?

—Sabes que me gusta hacerme de rogar.

—Ah, bueno, si vas por ahí, —Darion se incorporó y se acercó al borde de la cama, quedando de rodillas—, yo sé cómo hacerte ceder. —Lo agarró de la cadera y lo acercó, comenzando a besar su pecho, y palpar su cuerpo con bastante descaro. Vanyan pasó las manos por su cabello y gimió al sentir como humedecía su piel—. Si quieres que baje más, solo tienes que pedirlo —dijo Darion.

—¿Y si mejor me subo yo?

Darion sonrió con satisfacción, mientras Vanyan lo empujaba sobre la cama y se colocaba encima de él. Sus labios se encontraron por fin y ambos se perdieron en el placer.

Vanyan gimió al sentir a Darion dentro de él. Subió y bajó con fuerza, deleitándose con aquella sensación. Darion lo tocaba como si quisiera impregnar su aroma en su piel o dejar alguna marca que dijera: «es mío». El mago se incorporó y se aferró más a su cuerpo.

—No pares —le dijo, indicándole que pronto llegaría al clímax.

Vanyan busco sus labios antes de correrse, provocando que le mordiera el labio por la excitación, lo cual hizo disfrutar al mago más de lo que le gustaría admitir. Ambos se rieron, y tras recuperar un poco el aliento, se besaron, mientras se acomodaban de nuevo en la cama.

Aquella había sido prácticamente su rutina en la última semana. Tras meses reconstruyendo la escuela, Sierra había insistido en que se tomarán una semana de vacaciones para pasar tiempo a solas. Así que cogieron una habitación en un hotel de Naron y se encerraron allí toda la semana, saliendo solo para tener algunas citas románticas. Pero la mayor parte del tiempo habían permanecido en la habitación, recuperando el tiempo perdido. Nada de llamadas, ni cartas, ni terceras personas, solo ellos dos.

La magia de Avalon: Mestiza [Libro 2]Where stories live. Discover now