، 🌱 : Capítulo 06.

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Una nueva semana había empezado.

Al igual que otras con Jimin y Jungkook corriendo por la casa para no llegar tarde a sus respectivos trabajos.

Llevaban unas semanas viviendo relativamente juntos pues Jungkook se mantenía en sus asuntos mientras el omega se encargaba de los suyos, ambos cuidando a Bohyun.

Como todas las mañanas el alfa de ojos azules se encarga de colocar los platos en la mesa junto con las tazas mientras Jimin prepara algo para desayunar. Luego los tres se sientan para comer lo que el omega ha preparado.

Más tarde —solo diez minutos después— corren al baño para lavar sus dientes y salir corriendo hacia el auto.

Jungkook deja a Jimin y Bohyun mientras se despide con un "nos vemos más tarde en casa" mientras sube los lentes de sol sobre el tabique de su nariz y enciende el auto.

Cuando las clases terminan, Jimin y Bohyun se despiden de Hyuna, aquella chica que se convirtió en la mejor amiga de Jimin en su segunda semana de trabajo, para luego caminar a casa.

Era una rutina que había sido establecida sin que nadie dijera nada.

✧✦✧

Bohyun y Jimin estaban paseando por el parque, el cachorro estaba jugando en los pequeños toboganes mientras el omega se mantenía sentado en una banca.

Una mujer que llevaba a su hija en brazos se sentó a su lado, no sin antes preguntar si podía tomar el lugar a su lado, Jimin no tuvo problema con ello.

—¿Cuántos años tiene tu cachorro? —algo dentro del omega ronroneó al nombrar a Bohyun de aquella manera, iba a decirle que no era suyo, pero nadie tenía que saber eso.

—Tiene cuatro —no dice nada más, la incomodidad está en el ambiente pero su pecho se siente tan caliente ante la sensación de decir que Bohyun es suyo, su cachorro.

Ese sentimiento.

El que estuvo ahí desde el primer día, desde el primer momento en que el cachorro lo miró a los ojos, desde el momento en que aquel niño se acurrucó sobre su pecho para dormir.

—Se parece mucho a ti —agrega aquella extraña mujer, y Jimin no ve nada parecido a él, hasta que lo mira con los rizos revoloteando sobre los juegos del parque.

—No lo creo —y no lo hacía, solo por los rizos extremadamente alocados sobre la cabeza del pequeño, de ahí en fuera era todo de Jungkook.

Y es que ni siquiera tenía la confianza suficiente para preguntarle dónde estaba la madre del cachorro, aunque Jimin supuso que era aquella mujer de las fotografías, las que estaban por todo el pasillo del segundo piso.

Pero aún así no hizo preguntas ni comentarios, no era quien para preguntar sobre ella.

Y al final de cuentas, Jimin estaría ahí solo un par de semanas.

—Tiene tus rizos —y ya lo sabía, era una de las coincidencias más bonitas.

Bohyun llega hasta Jimin corriendo, con un poco de sudor sobre su frente y las mejillas cubiertas de tierra.

—Mira eso, pequeño Bo, ¿qué sucedió? —pregunta mientras sacude las mejillas del menor, el cual lo mira con ojos brillantes ante el apodo por el que Jimin acaba de llamarle.

—Creo que me ensucié un poco —sonríe, y no hay nada más bonito que Jimin haya visto.

—Ya lo veo, es momento de volver a casa —coloca la mochila de Bohyun sobre sus hombros y con la otra mano toma su propia mochila.

Voltea a ver a la mujer dedicándole una sonrisa, mientras toma al niño de la mano.

✧✦✧

Cuando llegan a casa ayuda a Bohyun a tomar un baño lavando su cabello, el cual termina lleno de espuma.

Cuando llega la tarde preparan la cena y la dejan lista para cuando llegue el alfa.

Sirve la cena y escuchan a Bohyun contar sobre cualquier cosa que se le ocurra.

Jungkook era un alfa callado y no tan expresivo, pero parecía que Bohyun ya estaba acostumbrado.

Jimin apenas podía controlar el ritmo de las cosas, siempre esperaba que Jungkook mencionara algo, cualquier cosa pero no lo hacía.

Comían en silencio casi siempre, el desayuno era la parte en donde todos hablaban, solo para organizar cosas extras en el día.

Y como todas las noches, ambos se despiden frente a la habitación de Jimin.

✧✦✧

Era domingo por la tarde.

Jungkook no iba a trabajar hoy, así que disponía de un día para hacer labores en casa.

Mientras Jimin arreglaba el jardín, Jungkook lavaba la ropa.

El alfa no podía apartar la mirada de aquel omega que regaba las plantas. El viejo y horrible jardín había tomado vida gracias a él, que se encargaba constantemente de regar las plantitas.

La puerta de cristal es abierta y el olor a vainilla llega directamente a su nariz golpeándolo fuertemente.

Jimin limpia sus manos con un pañuelo y recarga su cuerpo sobre un estante.

—¿Necesitas ayuda con eso? —pregunta observado como Jungkook lucha por quitar una mancha que está sobre la pequeña camiseta de Bohyun.

—Por favor —el omega se coloca detrás del mayor para observar que es lo que está haciendo mal. Toma las manos de Jungkook mientras las mueve para quitar la mancha.

—Lo estabas haciendo mal —susurra Jimin.

El alfa se estremece al sentir la respiración del menor sobre su cuello, pero no hace nada más que dejar que guíe sus manos.

Y de un momento a otro, Jungkook deja un suave beso sobre los labios de Jimin.

Ninguno de los dos dice nada, incluso en todo el día.

Pero esa noche cuando ambos se dicen buenas noches, el omega deja otro beso en los labios del alfa.

like the summer breeze › kookminजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें