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Arrastraba los pies hacia la salida de Hogwarts, agradecía que ya hubieran llegado las vacaciones de Navidad y pudiera regresar a la comodidad de su mansión, donde los elfos le prepararian un chocolate caliente luego de tomar una relajante ducha. Si, sonaba genial.

Pero debía concentrarse en el presente, estaba cargando una maleta hacia la salida, estaba cansado física y mentalmente, parecía un muerto viviente.

Detuvo su paso al ver un pequeño paquete, miró a los lados y se agacho para verlo más de cerca con curiosidad. No, no debía revisar cosas que no eran suyas y menos que no sabían de dónde venían, podían ser peligrosas.

Continuo su marcha, pero aquella intriga no lo permitió seguir caminando.

Un vistazo no le haría mal.

Dejo la maleta en la salida y regreso a ver el paquete, quitando su envoltura, rápidamente un humo gris y un olor desagradable lo invadió, cubrió su nariz y perdió el conocimiento por unos segundos.

Cuando volvió a abrir los ojos sacudió la cabeza y miró el piso, ¿se había caído? Pero se sentía como si estuviera de pie... ¿ese era el paquete que abrió?

Dio un brinco en su lugar y se sorprendió al ser consciente de su cuerpo. Era chiquitito, estaba a cuatro patas y lleno de un pelaje blanco, ¿cómo podía ser eso posible?

Estar así le recordó a la vez que el profesor Ojo loco lo convirtió en un huron, ¿era un hurón acaso?¿Quién le abría podido jugar una broma así? No era para nada divertido.

Se metió en la caja que había abierto para inspeccionarla, no había nada más, pero podía notar los rastros de alguna pocion extraña, seguro era eso.

Comenzó a pelear consigo mismo por ser tan curioso, si hubiera seguido de largo no estaría en esa situación y ya estaría camino a su casa.

Sus quejas hubieran seguido si no hubiera sido por quien lo tomó entre sus manos y lo alzó, se giro para morder a quien sea que se haya atrevido a agarrarlo y quedo sorprendió al ver a Potter.

—Aww, eres tan chiquito, ¿de quién eres pequeño?¿te perdiste?

Le estaba acariciando la cabeza, justo detrás de las orejas, la sensación era tan agradable que inclino la cabeza para recibir más caricias.

—Ya casi se fueron todos, así que es probable que tu dueño ya se haya ido.

No prestaba mucha atención a sus palabras, estaba concentrado frotando la cabeza contra su mano.

—Te quedaras conmigo durante estas vacaciones entonces.

Se quedó inmóvil al escuchar eso, removiendose para tratar de bajarse y huir, no podía quedarse con Potter, ¿qué pasaría si el efecto de la poción se iba de repente?¿y si se enteraba que era él?¿pensaría mal de él?

—Hey, hey, tranquilo... ya comenzó a nevar, no puedes quedarte merodeando por ahí con este frío... ya lo decidí, iras conmigo.

Quiso escapar, pero el chico lo tenía bien agarrado, y ya lo estaba llevando a su cuarto.

No podía escaparse de él.

Ferret • Drarry • HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora