Ferret • Drarry • Harco

3

Despertó cuando sintió que su fuente de calor se iba, ¿porqué tenía que levantarse tan temprano? Sus ojos se abrieron y froto la cabeza en las sábanas al no poder tallarse los ojos debido a sus patas.

—Buenos días, Drago.

Sintió que besaba su cabeza y luego volvía a alejarse.

Que cariñoso es Potter con los animales.

Iba a seguir durmiendo, pero en su campo de visión apareció un Harry sin camisa. Despertó de golpe y lo miró fijamente, este ni siquiera le presto atención a aquello.

El chico tarareaba en voz baja mientras rebuscaba en su baúl algo, supuso, ropa. Después confirmo su teoría cuando se quedó frente a la cama, sus manos yendo al borde del pantalón de pijama, y antes de bajarlo, se dio cuenta de que el hurón lo miraba.

—Lo siento, Drag, no debería de arruinar tu vista.

Lo tapo y luego fue al baño con la ropa. Cuando ya estuvo lejos se permitió soltar un ligero gruñido de frustración, unos segundos más y habría podido...

¿Qué?

Se sorprendió a si mismo queriendo ver a Potter mientras se cambiaba, definitivamente debía de estarse volviendo loco. Seguro era parte de la poción que lo convirtió en animal. No pensaba como un humano, si no como un salvaje animal. Estaba dejando que sus instintos lo consumieran.

No era porque le gustará Harry, eso jamás podría pasar. Si, eran las necesidades normales de un animal común y corriente, en el que había tenido la desdicha de convertirse.

¿Los hurones tenían celo?

Negó y se acomodo de nuevo sobre las sábanas, justo en un punto donde los rayos de sol llegaban a la cama, manteniendolo caliente.

—Drag, hora de desayunar.

Se sentó, esperando que Harry lo levantara y lo dejara sobre la silla, cosa que no tardo en pasar. Una vez allí se acomodo y miró el plato que le había puesto enfrente.

—Leí que los hurones son carnívoros, así que esto debería de estar bien para ti.

Horrorizado, se hizo hacia atrás al ver los ratones muertos en su plato. Era como si los hubiera encontrado, matado y puesto directamente en su plato (fue exactamente lo que hizo). ¿Cómo se atrevía a darle eso?

—¿Qué pasa, no tienes hambre? Si no te gustan los ratones, puedo conseguir ratas o topillos.

Su cara de desagrado y horror debió ser clara, pues lo escucho reír luego de mirarlo, ¿estaba bromeando con él?

—Creo que debo darle la razón a Ron sobre algo, eres muy expresivo.

Recogió el plato y le acarició la cabeza, pasando otro plato.

—Esta cruda, pero dicen que es mejor así.

Olfateo la carne, era algo más decente, y hacer que la cocinara lo haría sospechar, así que tuvo que comerla asi, al fin y al cabo, su sistema también tendría que haber cambiado, por lo cual supuso que no habría problema.

No sabía mal, por lo menos.