4. REPERCUSIONES

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Cuando Lech, Gawel, Miloslaw y Witold salen de la biblioteca, mi cuerpo se relaja casi por completo

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Cuando Lech, Gawel, Miloslaw y Witold salen de la biblioteca, mi cuerpo se relaja casi por completo. Suelto un suspiro largo, cerrando los ojos en el proceso. Una vez que los abro, mis dos amigos, están frente a mí; donde hace apenas unos minutos se encontraba el personal de seguridad.

—Has hecho lo correcto —toma la iniciativa de hablar, Julek. Yo simplemente me encojo de hombros desinteresado.

—No es nada del otro mundo, finalmente han colaborado, me han dado información enriquecedora para mis oídos.

—Al menos le ha cambiado el humor —agrega Dagmara hablando solamente con Julek a excepción de que no estaban solos si no que yo estaba con ellos allí.

—¿Vais a seguir así por mucho rato? —les digo mientras me levanto de la silla dispuesto a salir de la estancia y dejarles ahí parloteando a ellos dos solos.

—Zarek debe entender que las cosas no se deben hacer a la fuerza —eso mismo es lo que estaba haciendo Aleksy y yo le paré los pies y me están diciendo, que estoy haciendo las cosas mal. ¡Increíble!

A paso firme me pongo detrás de ellos y mis dos dedos índices, tocan a cada uno el hombro, para que los dos me presten un mínimo de atención.

De inmediato, los dos a la vez le levantan una de sus manos, dejando las palmas extendidas en mi dirección.

—Ahora no Zarek —parece que ahora hasta se sincronizan hablando a la misma vez.

Los dos siguen parloteando, cada uno dando sus puntos de vista sobre el tema central que nos engloba a todos los que estamos dentro del castillo, que no saben cuándo parar.

—Zarek es inteligente, pero una cosa te digo, ha sido llegar al castillo y es como si él mismo hubiera cambiado casi radicalmente —no sé qué ocurrirá. Sin embargo, ahora se han puesto a hablar directamente de mí, en mis narices —, ha sido entrar aquí, no estar ni un día y ya se ha sentido ese cambio. El ambiente se ha trasformado a algo denso, las personalidades de Aleksy y Zarek, se repelen, como si fueran dos imanes que no pueden ser juntados, si no es de la forma correcta.

Al menos algo habían hecho, a aparte de estar como pasmarotes mirando lo que sucedía a su alrededor.

—Hay que mantenerlos lo más apartados que podamos —agrega Dagmara —, como merodeen los dos juntos, ya sea por los alrededores del castillo o por dentro, se va a desatar una guerra entre ellos dos y nadie la podrá parar.

—Ahí yo tengo una objeción: Aleksy no saldrá de donde está encerrado —me cruzo de brazos.

No sé para qué me esfuerzo en hablar, si mis amigos están haciendo como si yo no existiera.

—Otra cosa que hay que agregar a la lista de cosas que hacer urgentes es ponerle en otro puesto de trabajo —mis amigos están locos.

Actualmente yo no estos en mis cinco sentidos; es más, estoy en esos momentos en los que no piensas con claridad lo que haces. Yo estoy en ese estado de ceguera total, que todo lo que pienso estando así, es todo lo contrario a la realidad y a lo que está bien.

El mundo de ZarekWhere stories live. Discover now