5. LISTA DE PENDIENTES

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Actualmente permanecía en mi habitación

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Actualmente permanecía en mi habitación. Anteriormente —por la mañana —cuando me desperté no me había parado ni un solo segundo a observar en todo lo que consistía el dormitorio.

Aquí dentro podían caber más de cincuenta Zareks —y no estoy exagerando —, y me estaba quedando corto, yo creo. No tengo ni la más remota idea del porque una habitación no puede tener pocos metros cuadros, lo indispensable para poder descansar en una cama y listo. Porque también debo decir, que, a falta de la magnitud de esta, lleva incorporado un baño en el interior, que a eso ya no se le llama un cuarto normal, sino en una suite.

Lo primero que ves al entrar es un pequeño hall con dos butacas a cada lado, para luego pasar entre unas cortinas —carísimas —oscuras y pesadas. Tras ese telón se encuentra el lugar más maravilloso para las personas que aman dormir como un oso perezoso.

Conforme entras, a la derecha se encuentra un enorme ventanal que da a uno de los balcones más grandes del palacio. Justo en la pared contigua se encuentra un escritorio ancho de madera antigua.

En una de las esquinas —la cual da con la pared —hay una lámpara bastante antigua, que queda a tono con la habitación y con el mueble en el que esta posada.

La lista de pendientes, se hallaba descansando sobre la madera con un bolígrafo descansando en la mitad de la hoja.

La cama en la cual amanecí hoy, se ubica justo frente a la entrada, quedaba paralela a las cortinas gruesas. A ambos lados de la gigantesca cama estaban colocados dos muebles bajitos que simulaban dos mesillas.

Y la puerta del baño justamente se encontraba frente al ventanal. Si entrabas a él, ocupaba el ancho de la habitación y luego su extensión era exorbitante para los cuartos de baños que yo había visto a lo largo de estos años.

Realmente esta alcoba era casi la extensión de mi piso en el centro de Detroit. Desconozco el interés de las personas —la realeza —que vivían antiguamente en estos palacios. ¿Por qué tener tantos metros cuadrados si luego seguramente no visitaba ni la mitad de los lugares? ¡Una pérdida de tiempo, vaya!

¿Qué hago yo en un lugar tan espacioso? Yo me abrumo con sitios tan grandes, me hacen hacerme una bolita y esconderme.

Si mi suite era desorbitantemente enorme, no quería imaginarme el resto de rincones que no había visto del palacio.

—¿Cómo voy a aguantar aquí? —suspiro.

Me posiciono en la silla y la echo hacia delante para poder estar más cerca de la mesa. Primero apoyo mis codos, para a continuación, posar mis brazos en la tabla.

Mis ojos se deslizan por el papel que tengo frente a ellos. Va a ser difícil cumplir todos los pendientes de la listo, más no imposible. Si mantengo la cabeza fría y no me desvío del camino, obtendré lo que más ansío; la verdad.

El mundo de ZarekWhere stories live. Discover now