6 - Bam

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El alfa encendió el interruptor de la luz y agudizó sus sentidos. No había nada en el sector que pudiera significar una intromisión a la fábrica. Sin embargo, un bolsón de pintura en polvo se había derramado sobre varios recortes de cartelería.

Taehyung suspiró pero no le correspondía arreglar ese desastre. Mañana hablaría con el encargado de almacenamiento. Probablemente el bolsón se había rajado producto de fricción, calor o quizá alguien hizo una mala maniobra con su transporte.

Sea como sea, el rubio decidió regresar a portería pero cuando apagó la luz nuevamente, una sombra oscura zigzagueó a sus espaldas, jadeando por atención.

El alfa prendió la luz en un rápido movimiento y se dió media vuelta en el momento justo en que un hocico chocaba contra su rostro y lo derribaba.

En el piso, mientras un enorme animal le lamía la cara y agitaba la cola emocionado, el alfa se relajó después de un instante de tensión y decidió abrir sus ojos para contemplarlo. Era un perro de gran porte, con una cabeza enorme y dientes filosos, pero su actitud amigable contrastaba con su apariencia.

El perro estaba todo manchado de polvo. Taehyung se dejó oler y mientras intentaba quitarle la suciedad con una mano, le acariciaba el cuello con la otra.

Una serena y amable sonrisa no se hizo esperar. Era habitual que algunos animales se infiltraran en la fábrica; en el último año ya había descubierto una familia de tres gatos en las oficinas, un nido de palomas en el fondo, un pato que llegó con una carga en un camión del sur, los perros de la vecina que siempre se metían por algún descuido y alguna que otra alimaña.

El alfa tanteó un collar rodeando aquel cuello.

Y sonrió cuando el perro pareció agachar la cabeza y dejarlo leer su identificación sin dejar de mover el rabo.

Taehyung sonrió con ojos brillantes y volvió a mirar al perro de forma significativa.

Era él.

Era su perro.

"Bam".

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