7 - Solitario

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Aún de madrugada, Jungkook abrió la puerta de su departamento y dos peluditos saltarines lo recibieron con alegría.

A pesar de su malestar general, aquello le significó un pequeño halo de luz en su triste y solitaria navidad. Se agachó a recibirlos con los brazos abiertos, y después del mudo cariño, Song y Paeng regresaron a recostarse contentos sobre la cama de su dueño.

El omega dejó el paraguas escurriendo en el recibidor y se encaminó a su armario, dejando el celular sobre la cama, dispuesto a buscar ropa seca para poder tomar una ducha caliente. Necesitaba encontrar un poco de calor y quizá...

Jungkook era lágrimas.

No podía evitarlo. Continuaba con el corazón entumecido y el cuello le ardía en ráfagas intermitentes mientras el agua tibia empapaba su desnudez.

Todo un mundo de palabras moría en su garganta y sus pensamientos lo traicionaban cuando quería hacer memoria. Y cuando recordaba e imaginaba el rostro del que era su alfa contraído en una mueca de disgusto, él volvía a llorar.

Estaba sólo. Abrazado a sí mismo, sintiéndose impotente.

Vacío.

Incluso fue tan tonto y tan descuidado que Bam había huido de él. De aquel hogar lleno de matices y de agujeros. De su mirada oscura y desaliñada. Bam, su amigo fiel, quien pensó que era su familia, tampoco lo quería.

El omega se sintió chiquito cuando salió desganado a secarse el cabello con una toalla mientras envolvía otra a su cintura.

Cruzó el pequeño dos ambientes con pies descalzos y fue directo a revisar su teléfono y consultar la hora.

Apenas pasaban de las cuatro de la mañana y Jungkook, extrañado, vió que tenía dos llamadas perdidas.

Una era de su mejor amigo.

Otra de un número desconocido que estaba llamándolo nuevamente.

En ese mismo instante.

GRIS [ KTH + JJK ]Where stories live. Discover now